Capítulo 77.

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Me coloco los auriculares, subo a mi música lo más alto que puedo y retomo el libro, por curiosidad, en la parte donde me quedé la última vez que lo leí antes de que comience a copiar en mi hoja la información para mi análisis

“Se durmieron de cansancio. La guardiana entró con el desayuno a las cinco, en medio de la algazara de los gallos, y ambos despertaron asustados. Se les paró la vida. La vigilante puso el desayuno en la mesa, hizo una inspección de rutina con el farol, y salió sin ver a Cayetano en la cama. «Lucifer es un Oops», se burló él cuando recobró el aire. «También a mí me ha vuelto invisible». Sierva María tuvo que refinar su astucia para que la vigilante no volviera a entrar en la celda aquel día…”

Conforme avanzo en mi lectura siento como mis ojos se cierran poco a poco, como si algo en mi se fuese desconectando gradualmente. Me siento cansada, había pasado una noche terrible, básicamente en vela, y el día en el colegio había sido bastante agotador, no lucho contra mí misma, apoyo mi pecho en la cama, y mi rostro sobre el libro, cierro los ojos, siento como la música se filtra por mis oídos y como el aire entra y sale suavemente de mis pulmones, la sensación de tranquilidad llega a mí lentamente.

Entonces es un segundo de pánico cuando me siento asaltada por la presión de un cuerpo presionando sobre el mío. Abro los ojos y me muevo bruscamente intentado liberarme, pero solo consigo liberarme de mis auriculares, es cuando escucho su risa y mi cuerpo se relaja ante ese sonido familiar.

- ¡Ashton! – me quejo aliviada – ¿cómo entraste?

- Estaba la puerta sin llave.

- Me asustaste.

- Así tendrás la conciencia, preciosa – se burla con dulzura, da un beso a mi cuello, gira y me libera de la presión de su cuerpo acurrucándose a un lado mío, luce tan relajado, por qué no está enojado conmigo, estará siendo condescendiente. Ash deja descansar uno de sus brazos en mi cintura. No puedo más, para cuando lo noto ya estoy llorando, las gotas gordas resbalan por mi cara y mi respiración se vuelve un sollozo.

Muy maduro de tu parte _____, anda, luce como una cría miedosa. Me reprendo a mí misma.

- _____, amor, ¿por qué estás llorando? – me pregunta Ashton pasmado – te hice daño, no era mi intención, a veces olvido lo frágil que puede ser tu cuer…

- No Ash – dejo escapar entre sollozos – no eres tú.

- ¿Entonces qué te ocurre, amor? – me pregunta dulcemente lo cual me hace más sensible. Él es tan maravilloso.

- Perdóname,  perdóname, no te culparé si decides alejarte de mí… - me siento ridícula por no lograr contener mi llanto pero lo he hecho todo el día, llegué a mi limite.

- ¿Alejarme de ti? – exclama sorprendido – pero cómo se te ha metido tal idea en mente.

- No valgo tantos riesgos, Ashton… no soportaría verte metido en menudos líos por mi culpa.

- _____, no me digas que todo esto es por lo que ocurrió con Wesley… - dice con cierto fastidio su nombre.

- Ha dicho que podrían meterte a prisión por estar conmigo, yo no quiero que algo malo te pase…

- Lo único malo que puede pasarme es no tenerte, _____, creí que tenías claro eso, que yo quiero estar a tu lado siempre que tú me lo permitas…

- ¿Por qué lo harías? – mi pregunta es hasta por demás estúpida pero no la he podido contener.

- ¿Cómo que por qué? – dice algo dolido – ______, porque te amo. Pensé que ya no dudabas de mi amor…

Me sentí culpable, no me gustaba hacerlo sentir que yo no confiaba en él, o que tenía dudas de su amor, menos cuando él ha sido un novio excelente, atento, detallista  y protector sin que yo lo pidiese.

mi profesor 》irwin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora