Capítulo 118.

10.3K 591 25
                                    

- ¿Acaso no hay horarios en el cementerio? – pregunta mi padre mientras levanta los platos con la cena que he devorado, no había notado cuanta hambre tenía hasta que vi el delicioso sándwich de queso que me preparó postrado ante la bandeja sobre mi cama.

 - Creo que sí, supongo que el Sr. Irwin habrá negociado con el guardia.

 - Bueno, me pareció muy inteligente que te buscara allí. Lo único que dijo fue “ella necesita a su madre” y salió corriendo, no me dio tiempo ni de seguirle la huella.

 - Tienes razón – le digo mientras me acurruco nuevamente entre mi edredón, tengo la chaqueta de Ashton escondida debajo – es muy inteligente.

 - Y también muy guapo – bromea mi papá – apuesto a que eso levantó muchos suspiros entre ustedes los primeros días… o bueno, no estoy seguro de ti, sueles ser más astuta que eso.

 Claro, yo no suspiré por él… yo lo hice mi novio. Me limite a reír un poco.

 - Si papá, el Sr. Irwin es muy guapo, pero una vez abre la boca uno no puede pensar nada más allá de “que guay es este profe”, se ha ganado el respeto y admiración de todos, cosa que no cualquier profe hace.

 - Sí, ya veo, basta escuchar como hablas de él.

 - Bueno, quizá eso cambia cuando nos bombardea con tareas – intento bromear para restar importancia - pero la mayor parte del tiempo lo queremos mucho… y mi grupo en especial, pues es nuestro profe tutor.

 Mi padre parece divagar entre decir algo o no, lo veo dudoso.

 - ¿Qué te pasa? – le pregunto - ¿quieres decirme algo más?... me desaparecí toda la tarde, merezco un buen regaño…

 - No es eso, aunque no saldrás librada esta vez, tu castigo será asignado por la mañana, basta que piense en él… es otra cosa.

 - ¿Qué cosa?

 - Hace rato cuando estaba con Ashton, bien…

 - ¿Qué? – escuchar el nombre de Ashton en la conversación si me hace sentir un poco nerviosa

 - ¿Por qué no me contaste sobre lo de tu noviazgo?

 Mi alma viajo del inframundo al olimpo antes de volver a mi cuerpo. Me sentí palidecer y una especie de terror estuvo a punto de hacer que el sándwich de queso saliera de mí.

 - ¿Có-oh-mo? – tartamudeé.

 - Venga, así que es verdad, basta ver tu cara.

 - ¿Quién te dijo? – No puedo creer que lo sepa, pero puede que sea bueno, parece hasta cierto punto tranquilo y se mostró natural con Ashton. Al menos que ya tenga los billetes listos para el siguiente vuelo a la Antártida.

 - Ashton, también me explicó porque lo habías mantenido en secreto, quiero que sepas que no necesitabas hacerlo.

 - ¿Él te lo dijo? – sigo sin creérmela, ¿por qué Ashton no me ha comentado nada?

 - Sí, bueno, fue la psicóloga quien lo sacó a colación, ella no sabía que era un secreto.

 - ¿La Lic. Noelia lo sabe?

 Perra chismosa.

 - Sí, pero que acaso no los pillo cuando Calum fue a visitarte al colegio.

  Calum, mi papá sabe lo de Calum. El hecho es que no me hace sentir mejor. La mentira sube de nivel. Eso no puede ser muy bueno.

 - oh, sí, lo había olvidado – dije un poco nerviosa.

 - No tienes que darme detalles si quieres _____, es solo que algo como eso es importante en tu vida, y me gustaría que me lo hubieses contado tú.

 - No creo que sea tan importante – digo indiferente con la esperanza de que mi papá también lo crea así y no me obligue a cosas como presentarle a Calum como mi novio. No podría con ello.

 - Claro que lo es, de eso quería hablarte, mira mi niña, sé que aun eres muy joven y todo eso, y por ello quiero que vayas con cuidado…

 «Oh, no, ahora tendremos “la charla”»

 - No estoy pensando en hacerte abuelo – le digo y mi papá casi cae de la orilla de la cama.

 - Vale – dice él recobrando la compostura – no me refería a ese “cuidado” pues esperaba a que no fuese necesario – sentencia y entonces siento como los colores se me suben a la cara.

 - Tengo 17, papá, no lo es.

 - Me refiero a algo más importante, debes tener cuidado a quien le entregas tu corazón,  pues eso sí que es importante… y en tu caso valioso.

 - ¿Tienes miedo a que me rompan el corazón?

 - Más que miedo es interés, y no porque te rompan el corazón, sino porque te enamores. Aunque claro aún eres muy joven.

 - ¿Porque soy joven no puedo enamorarme? – aquello me saco un poquito de quicio.

 - No, nada eso – dice mi papá – a tu madre la conocí siendo joven y ella fue y será el amor de mi vida… a lo que me refiero es que no me gustaría que te expusieras, Calum ya es universitario y no vive aquí, a lo mucho pueden verse unas cuantas veces y mantener una relación así no suena fácil cuando se es joven, habiendo tantas maneras de obtener una relación fácil…

 - Lo que nos cuesta es lo que realmente se valora. – le digo, más que por Calum, por Ashton.

 - A veces no puedo creer que esta joven mujer haya sea la misma niña pequeña que amaba disfrazarse de tiara y usar su vestido amarillo de Bella.- dice mi papá un tanto nostálgico.

 - Recuerdas lo que mamá decía – le digo – que al igual que Bella fuera capaz de ver más allá de las apariencias de las personas y encontraría a alguien que me amará tanto como lo hacía Bestia con ella…

 - Feo pero con libros - dice mi papá – eso le solía decir yo a ella, entonces me decía que ese era su caso.

 Mi papá comienza a reír.

 - Deberíamos hacer esto más seguido – le digo – hablar de ella… me gusta.

 - Si, a mí también.

 - No olvidaré lo que me has dicho, papá, prometo que seré cuidadosa. Confía en mí. Me he enamorado de la persona indicada aunque no lo parezca.

 - ¿Estás enamorada?

 - Si – respondo y un gran bostezo se escapa de mí.

 - Parece un buen chico – dice mi papá arropándome entre mis sábanas – confío en que si se ha ganado tu corazón lo es.

 - Lo es, prométeme que le darás una oportunidad.

 - Lo prometo – dice él inclinándose para besar mi frente – ahora descansa. Mañana establecemos tu sentencia por desaparecer y asustarme.

 Le sonrío mientras  imagino que hemos hablado de Ashton. Esa sensación es cálida, aunque irreal pues él piensa en su hermano, no en mi novio. Mi papá sale de mi habitación. Jalo la chaqueta de Ashton y la abrazo como si me aferrará a él mismo imaginando que está a mi lado. Pensé en mi madre, en lo mucho que la echaba de menos, pero también en lo que había prometido a Ashton así que pensé en sus ojos verdes, su sonrisa, en las galletas de mantequilla que preparábamos juntas,  en lo maravilloso que había sido ser su hija siempre.

 Cuando cerré los ojos me dormí al instante. Aquella fue la primera vez que pude dormir pensando en ella al mismo tiempo que sonreía. Y fue bueno. 

mi profesor 》irwin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora