Capítulo 154.

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- No sabía que tu mamá trabajaba con mi papá – le digo a Celeste, ha sido una sorpresa encontrármela esta noche.

 Luce muy bonita con el vestido color azul que lleva puesto. Le queda mejor que el uniforme del colegio, aunque en realidad creo que todo queda mejor que el uniforme del colegio.

 - Desde hace 10 meses, aunque básicamente no trabajan juntos, ella está Recursos humanos.

 - Pero son compañeros, de cualquier forma.

 Ella asiente con su habitual serenidad.

 - Así que es mi primera fiesta de año nuevo…

 - La mía también, de hecho es la primera que hacen.

 - ¿En serio? Pues se están luciendo.

 El lugar luce precioso, todo tan alegre y festivo, hasta tienen unas pantallas gigantes donde transmiten en videos musicales y en uno está un reloj marcando la hora. Es relativamente muy temprano.

 9:44 pm.

 - Cele, tu papá y yo te estamos buscando, dijiste que solo ibas al baño.

 - Perdón mamá, pero me encontré con _______.

 La señora me mira y me sonríe, es increíblemente parecida a Celeste, los mismos pequeños ojos marrones,  la misma piel pálida y cabellos intensamente negros.

 - Mucho gusto – le saludo.

 - El gusto es mío, _______. ¿De dónde se conocen?

 - Del colegio – le digo – estamos en el mismo grupo desde primero.

 - Qué pequeño es el mundo, supongo que eres hija de algún empleado.

 Asiento.

 – Si, mi papá trabaja aquí también.

 - ¿Cómo se llama tú papá?

 - Christian.

 - ¿Crowell? – digo que sí con la cabeza.

 - Oh – exclama ­– entonces tu papá no solo trabaja aquí…

 - Bueno, es probable que una palabra más adecuada sea “vive aquí”

 Ella ríe.

 - Es socio ya ¿no? lo conozco, es muy dedicado en el trabajo.

 - Su vida es el trabajo.

 - No, creo que su vida eres tú – me dice la mamá de Celeste – muchas veces los padres parecemos girar alrededor de nuestro trabajo pero no hay nada más importante que nuestros hijos – acaricia con ternura maternal el cabello de su hija y ella le sonríe – sin ustedes nada tendría tanto sentido.

 Es una mujer muy amable, chispeante y tiene ese aire maternal que me encanta, me gusta imaginar que mi madre sería así y eso ahora me hace feliz.  En medio de las luces, vestidos y trajes elegantes lo veo avanzar lentamente, inspeccionando el lugar con la vista hasta que da conmigo, se abre paso entre la multitud para acercarse.

 - Hola – saluda irradiando ese encanto jovial que me hace instantáneamente sentirme enamorada.

 Sin embargo creo que Ashton no había deparado en Celeste y a su madre pues cuando las ve noto cierta sorpresa.

 - Hola profe – le responde casualmente el saludo Celeste.

 - ¿Profe? – cuestiona un tanto confundida su mamá.

 - Si – le dice Celeste – es el Sr. Irwin.

 - Es nuestro profe de historia en el colegio – añado. 

- Ashton Irwin – se presenta él y tiende la mano a ella.

 - Que simpático – dice ella – ay hijo, si tan solo tuvieras veinte años más y yo no estuviera enamorada de su papá…

 - Ma… - murmura Celeste entre dientes comenzando a cambiar de color.

 - Lo entiendo, su esposo es un hombre afortunado.

 - Y si tan solo no fuera tu profesor, Celeste – le dice a su hija.

 - ¡Mamá…! – se exalta,  a causa de su piel pálida es más notorio cuando cambia de color, como ahorita.

 - Sí, sí, me comporto – coloca su mano detrás de la espalda de su hija.

 Ashton y yo reímos. Celeste termina cediendo al encanto de su madre, me encanta ver a madres e hijas llevarse de esta manera, me ayudan a limpiar el mal sabor que me dejo la experiencia de Pamela y su bruja madre.

- Tenemos que ir con tu padre antes de que se acabe todos los canapés él solo, mucho gusto en conocerte _____.

- El gusto es mío, señora.

- Dime Renata – ofrece dulcemente – igualmente ha sido un placer conocerlo a usted, Ashton. Creo que ocuparé el lugar de mi esposo en las juntas escolares de ahora en adelante.

Ashton ríe.

– Entonces será un  gusto volverla a ver, Renata, encantado – dice como todo un caballero.

- Nos vemos – se despide Celeste de ambos.

- ¿Por qué Celeste está aquí?

- Su mamá trabaja en recursos humanos – le digo. Él tiene la mano en los bolsillos de su pantalón. Lleva un traje completamente negro, con una camiseta gris oscura debajo. Formal, pero no tanto, con ese aire seductor, como siempre.

- Humm… es una señora agradable – dice él.

- Sí, se ve que adora a su hija… y que te quería en su familia.

Él ríe.

– Si… si tan solo no estuviese ya enamorado de alguien más.

- Oh, sr. Irwin… – digo en ese tono de alumna.

- ¿Y si yo no fuera tu profesor? – murmura bajito.

- Entonces – le digo igual de bajito –  ya estaría aquí mismo besándote hasta dejarte sin aliento… sin ninguna consideración.

- Demonios – se queja y contengo la risa – ¿Quieres que nos fuguemos?

- Hoy no, Romeo.

- ¿El próximo año? – pregunta divertido.

- ¿En serio vas a hacer bromas malas de año nuevo?

- Claro – dice como con dulce arrogancia – las amo casi como te amo a ti.

- Shh… - le reprendo  – he tenido pesadillas con momentos como este,¿recuerdas? hay mucha gente, debemos andar con cuidado hoy.

 Él me guiñe un ojo.

-Je t’aime, ma chérie – me murmura en un francés perfecto.

mi profesor 》irwin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora