mi profesor 》irwin.

Capítulo 34.

Al entrar noto a una buena cantidad de compañeros en el aula, tomo asiento en la misma banca trasera pues creo que una mudanza a primera fila (como lo había hecho Pamela) no era algo… lindo. Al menos no por ahora, digo, Pamela puede verlo de cerca en la hora que dura el modulo, pero… ¿Quién paso todo el fin de semana con él?

Si, eso es algo que me guardo solo para mí. No veo a Keyttlin, supongo que una vez más llegará tarde. Abro mi mochila y saco el libro que me obsequió Ashton, el fin de semana descuidé algo mi lectura, pero no me arrepiento de nada, mucho menos de dejar que Ashton preparara la cena ayer, siendo sincera tiene un don con la cocina… y luce adorable con delantal.

Pamela ya está en el aula y tiene a sus plebeyas al lado mientras hablan… mejor dicho, imitan ardillas, y dios sabrá a qué persona están desayunando está mañana.

Yo paso, suficiente he tenido esta mañana con encontrarme a la Lic. Noelia como para escucharlas hablar mal de la gente como si ellas fuesen perfectas. Me coloco mis auriculares y subo el volumen hasta que el único sonido en mi cabeza es la música y las palabras que leo.

Comienzo a creer que quizá Noelia tenga razón, con eso de mis problemas de integración social, pero aquí, qué puedo hacer si mi círculo social se limita a Pamela y sus plebeyas. Pero, por ejemplo, excluyendo a esa porción, no tengo problemas con el resto de mis compañeros, claro, no es como que ellos me amen o algo así, pero considero que no me odian y que podría contar con ellos si la situación lo ameritará. Para mi es suficiente.

- ¡_____! - jalan mis auriculares, lo que me toma por sorpresa.

- ¡Keyttlin, me asustaste! – me quejo.

- Discúlpame, me doy cuenta de que ya no soy digna de tu atención - dice completamente exagerada y yo río.

- ¿Ahora qué te sucede Key? – pregunto entre risas por los gestos de “dolor” que hace.

- Tal vez sabrías si no te hubieses desaparecido todo el fin de semana, fui dos veces a tu casa el sábado y no estabas y el domingo esperé una respuesta al tweet que te envié y nada… ¿dónde estuviste?

Oh… no, me había olvidado de ese pequeño detalle, saben, no soy la clase de chica que suele salir de casa o desaparecer mucho tiempo de las redes sociales por lo que una ausencia tan repentina puede resultar algo…”sospechosa”. Bueno, quizá no para todo el mundo, pero si para alguien quien me conoce como lo hace Keyttlin

- ¿Entonces, me vas a contestar o definitivamente no quieres hablarme?

- Yo… uhm… - es todo lo que inteligentemente puedo contestar, he descubierto que no soy buena respondiendo bajo presión.

Le escondo la mirada pues realmente no sé que explicación dar a mi repentina ausencia, confío mucho en ella, mucho, pero el asunto con Ashton es algo que no puedo contarle, por el bien de él y quizá el mío. Por ahora considero que es lo mejor.

- De acuerdo, si no me quieres contar… o hablar, lo entiendo – esta conversación se ha tensado un poco, no la culpo, sé que quizá le molesta el hecho de que yo no le cuente lo que sucede, ha de sentir que no confío en ella pero no es así, Ashton y yo acordamos ayer mantener “distancia” o algo por el estilo en el colegio, creemos que es lo más sano para nuestra naciente amistad. Pero si pudiera contarle a alguien, sin lugar a dudas sería ella.

- No Keyttlin – le digo – no es que no te quiera contar o hablar, si tu eres la persona en quien más confió, solo que no puedo decirte, al menos, no por ahora…

Después de un corto silencio ella sonríe pícaramente y presiento que ha echado a volar su imaginación, me da algo de miedo escuchar su suposición, no sé que habrá pensado.

- Uy… - bromea – no será que… ya sé, ¡finalmente Wesley conquisto tu corazón! – Keyttlin hecha a reír y yo la miro sorprendida, aunque su suposición me toma por sorpresa aunque me tranquiliza el hecho de que no haya relacionado nada con Ashton.

- ¡Keyttlin! – me quejo al fin – ¿has enloquecido? ¿a qué viene eso de Wesley?

- ¿Wesley, qué? – irrumpen en nuestra conversación.