Capítulo 50.

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Ashton.

“Cuando terminó, Cayetano tomó la mano de Sierva María y la puso sobre su corazón. Ella sintió dentro el fragor de su tormenta.

«Siempre estoy así», dijo él.

Y sin darle tiempo al pánico se liberó de la materia turbia que le impedía vivir. Le confesó que no tenía un instante sin pensar en ella, que cuanto comía y bebía tenía el sabor de ella, que la vida era ella a toda hora y en todas partes, como sólo Dios tenía el derecho y el poder de serlo, y que el gozo supremo de su corazón sería morirse con ella. Siguió hablándole sin mirarla, con la misma fluidez y el calor con que recitaba, hasta que tuvo la impresión de que Sierva María se había dormido. Pero estaba despierta, fijos en él sus ojos de cierva azorada. Apenas se atrevió a preguntar:

« ¿Y ahora? »

«Ahora nada», dijo él. «Me basta con que lo sepas».” – detengo mi lectura y descubro que el bello ángel que está acurrucada en mis brazos se ha quedado dormida. La miro, tan dulce y serena mientras una de sus suaves manos descansa sobre mi torso.

Soy yo el que ahora se pregunta: ¿Me basta con que sepa que la quiero?

Y es que no simplemente la quiero, me gusta y me ha quedado muy claro que también la deseo, me tiene tan encantado, cautivado hasta la más fina fibra de mi.

En algún momento estuve seguro de que sabía lo que era amar, de haber experimentado el máximo placer junto a Danielle pero no me sorprende que _____ llegue a cambiar eso también, no me mal entiendan, bueno, Danielle es una chica realmente muy atractiva y… extrovertida, esas son sus mayores virtudes, pero esta dulce chica que duerme acurrucada en mi y que aún está usando el jersey gris del colegio con el cabello en una trencita lateral desordenada me provoca desearla más de lo que alguna vez desee a Danielle, deseo tanto de ella, sus besos, su cariño… lo prohibido. Pero ya todo esto ha ido muy rápido, hoy me he pasado, y es que me cuesta controlar todo esto que me provoca ella con una simple sonrisa de su boca, no suelo ser tan bestia, pero _____ me enloquece, más sé que todo para ella es nuevo, y nuevo de una manera poco usual. Por lo que si… por el momento me basta con que sepa que la quiero. Beso su frente de porcelana y sus parpados comienzan a moverse hasta que puedo ver nuevamente sus preciosos ojos que me encantan cuando me miran con la ternura que ella lo hace.

- Me he quedado dormida – dice algo apenada.

- No te preocupes, me gusta verte dormir.

- Pero no es lindo cuando te duermes a media lectura – bromea.

- Tranquila, no avancé mucho… - le digo.

- ¿En qué parte te has quedado?

- Cuando Cayetano le confiesa su amor a Sierva Maria.

- Él esta consiente que es una locura – dice _____ - pero aún así se atreve porque le era peor vivir callándolo…

- Lo comprendo muy bien… - bromeo y ella ríe.

- Se parece mucho a nosotros – dice y coincido con ella, pues al igual que Cayetano con Sierva Maria, yo con _____... yo estoy queriéndola al borde de creerme loco.

- Espero que no tanto…

- ¿Por qué? – pregunta _____

- Ya lo sabrás cuando llegues al final del libro.

Ella me quita el libro de las manos y comienza a ojearlo.

- Eso que me leíste ya lo he leído yo…

- ¡¿Entonces por qué no me interrumpiste cuando comencé!?

- Es que… - _____ estira su cuello hasta quedar cerca de mi oído – me encanta como suena con tu voz.

- Tramposa.

- Seguiré leyendo yo - me dice y comienza a leer con su suave voz – “En los días siguientes sólo tuvieron instantes de sosiego mientras estaban juntos. No se saciaron de hablar de los dolores del amor. Se agotaban a besos, declamaban llorando a lágrima viva versos de enamorados, - _____ ríe - se cantaban al oído, se revolcaban en cenagales de deseo hasta el límite de sus fuerzas: exhaustos pero vírgenes…” - _____ detiene su lectura y la miro, y descubro que esta observándome, con el simple hecho de ver sus ojos se que quiere decirme algo pero parece no atreverse.

- ¿Qué pasa, amor? – le pregunto para darle valor.

- Lo siento – me dice y no entiendo, realmente no entiendo de que está hablando ahora. Mi cara debe haber expresado eso pues ella toma una bocanada de aire y es más explícita – siento haberme acobardado cuando llegaste, te quiero mucho y quiero demostrártelo…

El dulce color que pinta sus mejillas me hace sentir como un hombre pedófilo, viril y hormonal sin más pensamientos que los de abajo…

- _____ - le digo con la dulzura que ella provoca en mi – con el simple hecho de estar aquí conmigo ya lo demuestras, no creas que soy de esos hombres “machos” que solo están pensando en hacerlo a cada rato – ella ríe - yo te quiero, y te quiero más allá del simple deseo físico… no te estoy diciendo tampoco que no te desee - _____ sonríe y el color de sus mejillas se vuelve más intenso – pero para todo habrá un momento _____ y ambos sabremos cuando llegue. Por el momento ver tus ojos bonitos y que me des tu cariño es más de lo que puedo pedir. Lo de hace rato no se repetirá…

- Ah… - se queja ella y yo río – y a ti quien te ha dicho que no quiero que se repita.

_____ me toma del cuello y comienza a besarme con sus tiernos labios y yo rio, me encanta cuando ella toma la iniciativa, sus suaves manos acariciando mi cabello, la quiero tanto, sus besos dejan mis labios y comienza por mi mentón y baja a mi cuello lo que me toma a mi ahora por sorpresa, sus tersos labios en contacto con la piel de mi cuello hace que un gemido se escape de mis labios. Entonces ella salta de un brinco y comienza a reír. Veo lo que ha hecho y la acompaño en su risa…

- Te has vengado Crowell – le reclamo.

- Te quiero mucho – me dice y sus brazos me rodean.

- ¿Como luchar ante tal argumento? – le digo respondiendo su abrazo.

- Nunca me dejes, Ashton…

Sus palabras me toman por sorpresa, y un escalofrío recorre mi cuerpo al imaginar que _____ no esté más en mi vida.

- … soy muy felíz, no quiero volver a estar triste.

- _____ - le digo – me vuelves loco, te quiero tanto... jamás haría nada para hacerte infeliz... eres todo lo que quiero.

- ¿Esto realmente está pasando? - dice con sus bellos ojitos fijos en mi.

- Sí, esto realmente está pasando… - doy un beso en su frente y nos quedamos envueltos en un cálido silencio solo disfrutando de nuestra compañía.

mi profesor 》irwin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora