Chapter fourty nine: Never more.

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Al bajar del taxi, Facundo buscó sus llaves, entrando a hurtadillas cual adolescente regresando más tarde. Camila se encontraba en la sala, hablando por teléfono con una amiga. La escuchó reír, y al verlo le dedicó una sonrisa, dándole la bienvenida. Se la devolvió con amargura, sintiéndose mal por lo de anoche. Casi no se hablaban. Compartían la misma cama, pero sin beso de buenas noches o buenos días. La tensión seguía, ahora menor. ¿Todavía dolía? Demasiado. Todavía la amaba. Con locura. Pero necesitaba tiempo. Cuando se sintiese listo, hablaría con ella. 

Había días en los que hablaban como si no hubiese pasado nada, y gracias a ello podía mejorar, aunque sea un poco, la situación. ¿Se solucionaría? Realmente lo deseaba. Se odiaba a sí mismo por tener el maldito deseo de separarse. No quería hacerlo por Luca, aunque su mente le recordaba lo incómodo que se sentía. Pero, ¿a dónde iría? Aunque la casa de sus padres parecía una buena idea, la rechazó. Ya suficiente tenía con haber metido a su hermano es esto. Hermano. Recordó cómo Dante lo calmó en cuestión de segundos, en la seguridad que poseía. Lo negó demasiado, y terminó aceptando que, quizá, necesitaría ayuda. Pasaron varios días en los que se veía tentado en llamarlo. Vamos, no podía ser un cobarde. Le mandó un mensaje, esperando por la respuesta. Algo le decía que era una mala idea, pero no sabía a quién recurrir.

La respuesta no tardó en llegar. La vio alrededor de media hora más tarde. Junto a ese, había un mensaje de Camila. No tuvo los huevos para leerlo. Ahora no podría. Ya estaba harto. Quería irse a casa y a la vez no. ¿Por qué era tan complicado? El resto del día lo pasó en automático. Salió del trance al subirse a su vehículo. Sus ojos ardían. Las manos le temblaban, tenía la garganta seca y su mente era un caos. Los primeros pasos fueron duros. Ella estaba en la sala. Su rostro le decía haber tomado una decisión. Se sentó a su lado tomándole las manos. Sus palabras salían cortantes, como si las hubiese preparado y memorizado. Escuchó cada una de ellas, en cómo aquella suave voz se cortaba con cada oración. Se le oprimió el pecho. Agachó la cabeza, esperando una respuesta, una reacción, lo que sea. Se sorprendió al escuchar el estar de acuerdo. No sería fácil. Dolería como lanzas al rojo vivo. ¿Era lo mejor? Posiblemente no. Lo mantendrían en silencio, lo mejor era no involucrar a nadie. Un abrazo. Un beso tímido, casi doloroso.

Se miraron sin decir nada. Ella se fue primero. La quiso seguir, pero no tenía fuerzas para hacerlo. La escuchó sollozar. Corrió hacia ella, abrazándola, acompañándola en el llanto. No querían hacerlo. El abrazo se hizo más fuerte antes de soltarse. Se dejarían ir. Una sonrisa tímida. Cuando sus dedos dejaron el contacto, el dolor se instaló. Debían ser fuertes. Por ellos. Por todos. Luca mantendría el contacto con él.

Varios días después se reunió con su hermano y le contó su plan. Benjamín no estaba del todo de acuerdo, pero no podía hacer nada al respecto. Lo apoyaría, claro, era su hermano y estaba pasando por un mal momento. Quería ayudarlo, aunque no supiera cómo.

Habían sido días difíciles. Agradecía a todos los dioses estar fuera de la ciudad. Le permitía mantener su cabeza ocupada en otras cosas. Su hijo le llamaba todas las noches, diciéndole cuánto lo extrañaba. Escucharlo le hacía doler el corazón.

Todo va a estar bien se repetía cada noche. Mantenía la esperanza de que todo se solucionaría. Quizá lo mejor era no haberse enterado. ¿Qué hubiese pasado si se enteraba antes? No estaría con ella. ¿Quería estar con ella? No tenía una respuesta. No podía contestar con si o no. Ahogó los gritos contra la almohada. Se odiaba por querer seguir. Por no querer continuar. Por ser cobarde. Por no enfrentarse a sí mismo. Por que sí, debía enfrentarse a sí mismo primero. Estaba perdiendo el control. Su teléfono vibró. En la pantalla salía el nombre de su hermano. Dos simples palabras que lo hicieron doblegarse ¿Estás bien? Una mierda. Soltó una risa nervioso.

Entre CadenasWhere stories live. Discover now