Chapter fourty six: Noir.

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El pecho se le comprimió en un dolor punzante, casi insoportable. Dejó caer los pedazos de papel, conteniendo las lágrimas.

- Así que fuiste vos -soltó con furia.

- Por favor, te lo ruego -suplicó-, no se lo digás a nadie. Nadie lo sabe.

- ¿Y por qué debería callar algo como ésto? -cruza los brazos tomando distancia.

- Escuchá, no estoy para nada orgullosa de lo que hice. Hace días que me carcome la conciencia. ¿O te pensás que no me hace mierda?

- ¿La verdad? No.

- Vos tampoco sos perfecto.

- Nunca dije que lo fuera -gruñó.

- ¿Acaso tengo que pagar por tu silencio? -preguntó con burla.

 - No -rugió, haciéndola sentir vulnerable, cambiando totalmente su postura-. No voy a rebajarme a tu nivel. No voy a arruinarte la vida, por más que en este preciso momento tenga ganas de hacerlo.

- No serías capaz -intentó no mostrar miedo.

- Oh, creeme, Camila -dio unos pasos hacia ella, notando cómo se encogía en su lugar.- Soy totalmente capaz. No me provoqués.

- ¡Gracias, Dante! -Luca vino corriendo, obligándolos a cambiar sus expresiones. Dante, en un arrebato, le toma la mano a Camila.- ¿Por qué llorás, mami?

- Creyó que se había cortado con el papel, ¿verdad?

- Sí, agarré mal un pedazo. Gracias por fijarte si no me hice daño, Dante.

- ¿Duele, mami?

- No, mi amor. No me hice nada.

- Gracias, Dante -añadió Facundo-. Aunque no debiste.

- Por favor -sonrió tomando al niño en brazos.- Un regalo de agradecimiento a un gran héroe.

El niño lo abrazó. Su teléfono vibró en su bosillo, dejó al pequeño en el suelo, preguntando por su tío y yendo en su búsqueda.

~ ¿Le gustó el regalo? Puedo hacer
modificaciones si le queda ajustado.

~ No lo voy a ahorcar con el collar, Sam.
Le queda perfecto.

~ ¡Me refería al niño, estúpido! Sé que
el collar está perfecto.

~ ¡Especificá la próxima vez! Sí, le queda
bien.

~ Hablando de niños... ¿el tuyo no estuvo
en una fiesta hace un par de meses?

¿Fiesta? Benjamín no había mencionado ninguna fiesta. ¿Salió sin su permiso? Apretó el teléfono.

~ ¿De qué me estás hablando?

~ Hace unos meses, en la fiesta de cumple
de Nicolás, había un chico muy parecido
a él. Cuando lo conocí se me hizo parecido,
pero capaz me esté confundiendo. Preguntale
por Facundo y Nicolás.

Dante no sabía cómo reaccionar. Lo encontró, lo tomó de las manos mirándolo fijo a los ojos.

- ¿Conocés a un tal Facundo y Nicolás?

- ¿Facundo y Nicolás? -frunció el ceño, haciendo memoria-. ¡Ah, sí! Carolina me invitó a esa joda. O mejor dicho, me arrastró.

- ¿Hace cuánto?

- Antes de que vos... volvieras -agachó la mirada-. ¿Pasa algo?

- No, Sam me preguntó si vos habias estado ahí.

Entre CadenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora