XXXIII

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33 | La cena

(Streets - Doja Cat)


—¿No crees que es demasiado?

Cierro mis ojos como reacción al dolor agudo que penetra la cima de mi cabeza. Paul cepilla mi cabello con tanta violencia que no soy capaz siquiera de sentir mis sienes.

—Si no hubieras estropeado las relaciones con los Davis, créeme que no nos viéramos en la necesidad de intentarlo con los Morrison —echo un vistazo a mi madre por el reflejo del espejo, justo del otro lado de la habitación. Al igual que yo, una ayudante de Paul arregla su cabello, pero este lo hace con mucho más cuidadoY todo por este muchachito sin clase. Más te vale comportarte a la compostura hoy Megan, no quiero verme en la necesidad de contarle todo  esto a tu padre.

—El no me ofrecería como una puta.

—¿Que has dicho? —gira su cabeza atónita y me repara con advertencia.

—Que esta noche lucirá fresca como una fruta —Paul es quien tranquiliza a mamá, pero ella sigue observándome desconfiada, con ínfulas de querer asesinarme. Se agacha hasta mi odio para susurrar —Querida, es el hijo del presidente ¡Que gran partido el que ganaste!

—Dilo por ti —reviso los dos pequeños mechones que caen por mi frente —No quiero estar involucrada con esa familia.

—Que ya se que no tienes nada que envidiarles a ellos, que tu familia es igual de importante, que lo entiendo —rocía laca fijadora en mi cabello, haciendo que entre por mi nariz y estornude por la congestión —Pero nena, a nadie le caería mal tener un poco más de poder.

—Si es que no puedo Paul, no me interesa "mas poder", al parecer... ya me gusta otra persona.

—¡Oh! Cuéntamelo todo cariño, como es, quien es y lo más importante, de que multimillonario es hijo —se agacha frente a mi esperando una respuesta.

Evan es...

—El es normal... —Paul mantiene su mirada fija en mi, esperando que yo hable algo más sobre el, pero pensándolo muy bien, ¿que es lo que yo se sobre Evan Pride? —Es inteligente, guapo y... ¡Oh! Es italiano. No es como mis otras citas, el es... diferente.

—Puedes imaginártelo diciendo palabrotas sucias en italiano mientras hacen el amor —rio por lo bajo, indicándole que baje la voz al silenciarlo con mi índice —El no es de la socielite.

—No precisamente, pero tiene algo mucho más peculiar que lo hace... especial.

—Oh nena, vas a hacerme llorar, por Dios —parpadea con rapidez mientras acomoda un delicado brazalete en mi muñeca —Esperemos que la infelicidad de la familia llegue hasta tu madre.

—Deprisa Megan, no pienso ser impuntual —sentencia mamá, harta de los cuchicheos entre Paul y yo.

Sigo los pasos de mi madre hasta bajar a la primera planta. Los cuatro hombres de la casa esperan pacientes en la sala principal. Liam alarga su brazo en cuanto me ve y yo lo acojo mientras caminamos hacia la camioneta. El trayecto es silencioso, solo un par de quejas por parte de Chris que son calladas por mi madre.

A unos cuantos metros se empieza a divisar la casa vacacional de los Morrinson, que a pesar de no estar precisamente de descanso, la familia presidencial se quedó de paso en New York unos cuantos días por un acuerdo de contratos con mi padre. Bajo del automóvil con cuidado de no caer debido a la longitud de los tacones. Los flashes cegadores no se esperan al llegar y con la ayuda de mi cartera diminuta, trato de ocultar mi rostro de las cámaras que rodean. Mi padre se detiene frente a ellos, llamando toda su atención al paso que responde preguntas a los periodistas.

POPULAR GIRL © [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora