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53 | Abismo de libertad

(Pills - Joji)


Todo ha ido cuesta abajo desde aquel entonces.

Bueno, casi todo.

Mi padre, el ejemplar cabecilla de la prestigiosa familia Walton, ha perpetuado un plan en gastar una monumental suma de dinero mensual para conseguirme un par de guardaespaldas. Si, guardaespaldas. De esos de músculos de acero y gélidas facciones que expresan miedo sin abrir la boca; agrios hasta la médula. Otro ligero toque de seriedad a mi vida, como si el que tuviera no fuera suficiente.

Susy Ghatman es un caso aparte. Mi madre ha resonado un grito en el cielo al ver la cicatriz que quedó como resultado, frustrando su inexistente y novedoso sueño de convertirme en una segura angel de Victoria's Secret. Otro personaje que ha sabido aprovechar la situación para sacarle el máximo provecho posible. Para mi madre no le es difícil el persuadir a personas, mucho menos a alguien quien ya tiene cierto interés, y así sucede con Malcom. Aún no logro asimilar cómo ha logrado incitarlo a viajar dos veces por semana desde Washington para asegurarse que efectivamente sigo respirando. Es decir, Malcom es un chico dulce, de aquellos que se fijan en los mas mínimos detalles para que su caballerosidad no pase desapercibida, pero mamá lo torna hostigante a propósito.

Mi plan único de contingencia en las últimas tres semanas a todo esto ha sido aquel chico de ojos azules.

Evan, tal como acordó aquel día, se ha escabullido cada noche por mi ventana, sin falta. El decir que me hace feliz su visita es poco para lo que experimento. Sin duda, ver el anochecer acercarse es mi momento favorito del día, mucho más cuando llevo casi un mes encerrada en casa por órdenes de mi padre. Las clases remotas apestan, la ausencia de ballet me mantiene estresada y claramente no es lo mismo llevar a cabo mi papel de cotilla en la escuela, a ser informada por mis amigas cuando vienen cada tanto.

La situación es insoportable.

Pero cuando veo a aquel alto chico que pone mis hormonas a funcionar, de inmediato mi día se torna brillante; como si fuera aquel detalle que no permite aburrirme como una pasa en cuatro paredes. Es aquel sentimiento de prohibición que me incita a la adrenalina de seguir. Es ver a aquel chico malo que todas deseamos en el fondo, aunque se es consiente que es un grano en el culo para mi familia al final del día, sin embargo, siempre me ha tenido sin cuidado la opinión de mi madre. Hago caso a mi conciencia libertina cuando aseguro que estoy en mi juventud y que en pocos años estaré atada a un matrimonio infeliz como el de mis padres, arreglado seguramente, con niños chillando como mis hermanos y una vida miserable que resta.

En definitiva así terminaré. No hay forma en el universo altere o trasforme aquella fórmula que siempre ha sido presente en los Walton, pero mientras sucede... ¿por qué no disfrutar el momento? Permitirme querer a una persona que también me aprecia igual. Eso es Evan. Devoción extraña que me mantiene en el vacío, un vició constante que me obliga a saber de él y fervor interminable que me mantiene a tiendas de su cercanía.

Aún retumba en las paredes de mi cabeza como un punzón la conversación con mi padre de esta mañana.

—Convénceme que esto es una buena idea.

—Aunque lo desees, no puedes mantenerme encerrada toda la vida.

—No me tientes Megan Walton, no lo hagas.

Divertida, gire hasta dar frente a el. Sus conocidas camisas abotonadas impecables marcaban a juego con sus pantalones oscuros. No es hasta que lo repare lo suficiente que me percate de las bolsas oscuras que reposaban bajo sus ojos.

POPULAR GIRL © [#1]Where stories live. Discover now