LVI

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56 | La tormenta enmudece el exterior

(Surf Wave - Twin Seas)


"Romeo y Julieta, una idealización del amor que ha sido romantizada por trágicas razones" redacto con apatía al teclear con fuerza en el teclado de la laptop. Puedo experimentar las ansias de desprender mi cabeza del cuerpo al notar las pruebas finales respirándome la nuca. Ni siquiera me había detenido un momento para recordar el hecho que, en efecto, estoy estudiando y como si fuera poco, a una semana de graduarme. Suspiro de frustración al observar la luna sobresalir por mi balcón.

—Déjame las llaves de tu auto —Liam invade mi privacidad al azotar la puerta como de costumbre.

Mis ojos hacen un recorrido desde su cabello húmedo hasta la punta de sus tenis sucios. Es más de medianoche un jueves y mi hermano, por lo visto, planea fugarse de casa a donde sea que se convierta habitable. Su habilidad de escaparse sin dejar evidencia es impecable, tal como solía ser la mía.

—Papá ordenó que...

—...no saliéramos ni dejáramos entrar a nadie hasta nueva orden. No soy retardado ni necesito un retransmisor, escucho bien —contesta impaciente al borde de enojarse —te pedí que me dejaras tus llaves.

—No.

Para nadie es un secreto que Liam aun sigue castigado, y prefiere usar el único auto que quedó estacionado en el patio trasero, que al parecer, no está colmado de guardaespaldas.

—Maldita cría —murmura al empezar a recorrer la habitación de lado a lado. Teclea en su móvil con insistencia y una pizca de frustración.

—Déjame recordarte que hubo un atentado hace menos de dos semanas en las oficinas principales, directamente hacia papá. Por una vez en tu vida muestra un poco de responsabilidad —menciono al devolver mi atención al computador.

Jadea cansado al escuchar mi comentario.

—Megan, esto no es Jhon Wick. No debes creer lo que informan los medios, mucho menos el portavoz de Leonard. Aquellos tipos a lo mejor querían asaltar la central y ya está, se les escapo de las manos la situación y tuvieron que actuar, pero nuestra familia no tiene enemigos, no hay motivos para atacar contra nosotros, así que no entres en pánico y mejor deberías cambiarte que iremos a una fiesta.

—Paso —termino la charla cuando enfoco mi atención en el celular vibrando prolongadamente.


"Evan:

Contesta, por favor"


El cotidiano revolcón de nervios en mi estómago se propaga cuando veo su nombre relucir en mi pantalla. Dejo el móvil a un lado cuando noto a mi hermano huir por la ventana de mi balcón.

—¿La puerta no te parece un buen lugar por donde salir?

—No cuando hay alrededor de seis tarados vigilando que no me escabulla ni siquiera a la piscina. No se te ocurra activarle el seguro al cerrojo —indica, señalando la pestaña que asegura la ventana.

—¿A donde iras?

—Lejos. —finaliza al saltar hasta el tronco que se encuentra en el jardín del vecino.

Lo veo disiparse entre las sombras hasta aparecer de nuevo en la calle donde se pierde caminando.

El móvil vuelve a sonar con una llamada telefónica que atiendo antes que salte al contestador.

—Ey —contesto sin más.

—¿Estas bien? —suelta con ansias, como si hubiera retenido aquella frase todo el día. A respuesta de mi silencio, continua —Asómate un segundo.

POPULAR GIRL © [#1]Where stories live. Discover now