---¿Y es mortal?

---Su cuerpo al tener un akuma no mi lo trato de evitar, gracias a eso, solo contiene un 43.6% de kairoseku en sus pulmones.

Un suspiro se escuchó por todo el salón, estaban aliviados. Su capitán no moriría.

---Pero tenemos que intervenir inmediatamente ---explico la azabache

---¿Y qué esperan? ---pregunto confundido Usopp

---Pensábamos decirle cuando despertara, así él nos daría su permiso ---respondió un apenado reno, quería operarlo, pero quería decirle a Luffy.

---Si Luffy no despierta, no importa. ---dijo tajante la peli naranja, tenía un montón pensamientos en su cabeza, pero algo si sabía con certeza, su capitán no moriría--- Somos sus nakamas, ese es el permiso.

Todos sonrieron, estaban aliviados de que Luffy no estuviera con peligro de muerte.

---¿Llamamos a Trafalgar o puedes solo? ---pregunto Robin cogiendo el den den mushi

---Me vendría bien una ayuda... ---respondió apenado el reno

---¡Quita esa cara, hombre! ---dijo Usopp--- Que vamos a hacer una fiesta en nombre de nuestro capitán

---Yohohohoho, tiene razón. Se me saldrá el corazón de la emoción, pero yo no tengo corazón Yohohohohoho

---Así es, hermano. Haremos una suuuper fiesta

---Déjenmelo a mi ---dijo Sanji acomodándose la camisa para poder cocinar

---Todo saldrá bien, bruja ---dijo Zoro viendo a la peli naranja--- Luffy estará bien

Nami le sonrió ignorando el hecho de que le dijo bruja, pero no estaba preocupada por eso, si no que en lugar de eso estaba preocupado de que Luffy estaría demasiado tiempo dormido, y lo que sí le preocupaba era que tuviera pesadillas.

●○●

A veces a Robin le gustaba quedarse hasta tarde leyendo uno o dos libros, mayormente era cuando quería no pensar. Sus sentimientos tenían una pelea en su interior, era una lucha interna, donde sus sentimientos y su consciencia peleaban.

No quería admitirlo, pero no soportaba tener esos sentimientos tan delicados en su interior, quería gritarlo, quería que todo mundo lo supiera, porque, aunque no fuera correspondida odiaba sentirse así, tan débil.

---¿Leyendo, Hermana?

Al escuchar su voz su corazón latía demasiado rápido, estaba nerviosa.

---Si, este libro es interesante ---respondió tratando de sonar segura

---¿Puedo hablar contigo?

No le gusto el tono que utilizo para decirle eso, estaba alerta. ¿Se habrá dado cuenta de mis sentimientos y estaba molesto? ¿Ya no quiere ser mi nakama? ¿Debería tirarme al agua?

---Claro, carpintero-san. ¿De que desea hablar?

Tal vez esa noche no podría dormir en paz, tal vez no.

●○●

Un rubio se paseaba por el barco con un cigarrillo en sus labios, hoy le tocaba patrullar. Estaba nervioso, recordaba perfectamente lo que decía la nota de la noche anterior.

"Porque a ti te encanta el té, como a mí me encantas tú"

Un sonrojo poco notable apareció en su rostro, se mordía el labio nervioso. No sabía si en verdad quería leer la nota de hoy, no sabía si podría soportar a su corazón latiendo rápidamente.

Porque era así, aunque quisiera negarlo, estaba esperando una nota, la esperaba todo el día, era el único momento del día que su corazón latía rápidamente, donde se sentía querido, se sentía menos una falla.

Estaba frente a la puerta de la cocina, su santuario, el cual ha sido presente de las emociones del rubio.

Pegada a la refrigeradora había una nota color amarilla decía

"Tus ojos me encantan, con ellos miraste mi alma y algun dia veras mi rostro, mientras entonces, ve dentro del refrigerador"

Estaba confundido, además de él, solo Nami-swan y Robin-chwan sabían la clave de la refrigeradora, eso significaba que una de las chicas estaba enamorada de él.

---Este es el mejor día de mi vida... ---susurro en voz baja mientras un hilo de sangre bajaba por su nariz, de tan solo pensarlo estaba emocionado--- ¡Claro que veré la refrigeradora, Nami-swan y Robin-chwan!

Dentro de ella había una copa de helado, perfectamente decorada, se miraba deliciosa. La cogió y debajo de ella había otra nota decía "Buenas noches".

Un suspiro inconsciente salió de su boca, sus chicas eran muy románticas. Mañana les daría unos postres a honor de ellas.

Esta noche sí noto su sonrisa, era imborrable. En cambio, no noto la sombra que se movía rápidamente a la habitación de los chicos, ni noto el suave sollozo que provenía de aquella triste sombra.  

Porque eres mi nakamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora