63. Dark Skies

366 34 36
                                    

—¿Y tú por qué estás tan contento, si puede saberse?

—Porque hoy he ayudado a papá a hacer la base para una canción, ¿sabes, Helga? ¡Mi primera base!

—Pues qué tontería. Yo no te habría dejado, si solo tienes trece años...

—Es que no la he hecho solo. Estoy aprendiendo. Y no es tan difícil. Papá dice que así podré ayudaros cuando queráis escribir canciones.

—¿Ayudar a quién? Porque a mí ni lo sueñes. Yo nunca haré eso.

—Bueno, a ti, a Emma o a quien sea. ¿Pero y tú por qué estás tan segura de que nunca vas a escribir una canción? ¿Eh, sabionda?

__________________________________________________

(Helga)

Esperé el anuncio de nuestra expulsión del concurso durante todo el sábado. Por la mañana no hacía más que pasearme de un lado a otro, sin poder contener mi inquietud. David vino a mediodía para quedarse a comer, y agradecí su presencia un montón. Aparentaba mucha más tranquilidad que yo, aunque cuando me apoyé en su pecho pude sentir los latidos de su corazón más rápidos de lo normal.

—¿Tu padre no está en casa? —me preguntó.

—No. Salió temprano esta mañana.

—¿Estaba enfadado?

Me separé un poco para mirarlo a los ojos, apoyando la barbilla en su pecho, pero sin soltarlo. Estar así me daba una paz que no habría reconocido fácilmente, aunque eso no significaba que fuera a dejar de hacerlo.

—No. Nos entendió —le expliqué.

No había tenido dudas de que lo haría. Además, suponía muchos menos problemas para él si nos descalificaban por saltarnos las normas con una canción... que por ser la hija del productor musical del programa. Con esa intención lo habíamos hecho, además de que no iba a permitir que la canción de Emma se desperdiciara, si ella no estaba dispuesta a sacarla nunca.

—Es que ya no es verdad... —se había excusado cuando nos la enseñó. Había vuelto a tener dudas después de confirmarme que nos la dejaría.

Yo lancé un suspiro exasperado.

—Sabes mejor que nadie que eso nos da igual. Solo tenemos que evocar el momento en el que fueron verdad.

No me podía creer que yo le estuviera explicando esto a Emma.

—No quiero que mamá y papá se enfaden...

David la miró, comprensivo, pero yo negué con la cabeza.

—Papá y mamá son artistas. Lo entenderán mejor que nadie. Además, si tienen parte de culpa por esa letra, es mejor que la asuman —resumí. No estábamos para andarnos por las ramas—. Y si no, les dices que yo te obligué y punto. Eso ni les sorprenderá, ni hará que tengan reparos a la hora de regañarnos. —Emma abrió mucho los ojos, y supe que estaba pensando en que estaba siendo muy bruta, así que traté de desviar el tema—. Le has cambiado un poco la letra, ¿no?

Emma asintió, frunciendo el ceño.

Ups... Ese tampoco era uno bueno. Emma no sabía que hacía tiempo había rebuscado en su cuaderno de composiciones para encontrar la canción y coger la letra...

—La cambié un poco después de lo de Pilar, ¿sabéis? Vivir esa experiencia tan de cerca... —empezó.

Pero yo no tenía ningún interés en que entráramos en semejante asunto, así que la volví a cortar.

Una voz compartidaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن