Flash 1. Fin de gira

40 3 4
                                    

Nota: Tengo la impresión de que Chris apareció muy tarde en la trama, así que este capítulo nace del deseo de mostrar un poco más sobre esta relación. ¡Espero que os guste!

(Emma)

Último concierto.

Mi primer fin de gira.

Hace unos años me habría parecido impensable llegar hasta aquí y ahora me pregunto cómo hubo un momento en el que me planteé mi vida sin los escenarios. En ese tiempo estaba muerta en vida.

Mi primer disco ha hecho buenos números. No era consciente de que mi música se esperaba con expectación; siempre pensé que al lado de Helga, de Alejandro, o incluso de mis padres, no tenía nada que hacer.

Pero papá siempre me lo dijo: yo también encontraría mi público. Ese público que se ha demostrado fiel y me ha llevado al sold out en casi todas mis salas.

Y yo también quiero ser generosa con ellos. Quiero compartir lo que significa la música para mí como he hecho con mis canciones. Como seguiré haciendo mientras me dure el aliento.
No puedo ser más feliz. No ya porque la música me llena y recorre cada parte de mi ser, sino porque estoy rodeada de todas las personas que hacen que tenga sentido.

Papá, que siempre confió en mí, que me apoyó y me sigue apoyando. Y ahora me presta a su banda, que me ha acogido como a él.

Mamá, de quien heredé el amor por el piano, mi inseparable instrumento. Y que ahora siempre camina a mi lado.

Alejandro, con quien he compartido más de lo que me habría imaginado. Él ha sido el principal arreglista de mis temas y me ha ayudado a encontrar mi propio sonido.

Helga, mi baby, que se fue a LA a encontrar su camino y descubrió que LA era, de hecho, su camino. Pero que también ha entendido que su familia lo es, y nos da la prioridad que merecemos. Por eso está hoy aquí, acompañándome.

Están todos, también David, que es parte de mi banda y con su experiencia en conciertos lo ha hecho todo más fácil. Y Laura, con quien hice una colaboración que fue mi primer éxito y hoy me acompaña sobre el escenario para cerrar la gira.

Y Chris, sobre todo Chris.

Se me ponen los vellos de punta al recordar todo lo que hemos vivido hasta ahora. Él sacó su disco, que fue un éxito rotundo también en la gira, mientras yo hacía mis primeras colaboraciones y preparaba el disco. Asistí a muchos de sus conciertos, igual que él ha asistido a los míos.

Mientras termino de arreglarme en el camerino, mi mente revolotea a la primera vez que fui a Inglaterra a conocer su hogar, y cómo su familia me acogió como a una hija.

―Jamás en mi vida pensé que la hija de Alfred y Amaia terminaría en mi casa... ¡Y con mi hijo! ―fue el saludo, acompañado de un abrazo, que recibí de Verónica, su madre―. Ahora soy más fan tuya, ¡si es que eso era posible!

Yo había mirado a Chris con una sonrisa, planteándome quién estaría viviendo su mejor vida, si nosotros o su madre. Y cuando los había invitado a todos a Barcelona por poco si no le había dado un síncope de la emoción.

―Le estás poniendo las expectativas muy altas a mi madre ―me había comentado Chris, entre risas.

―¿Acaso tú no las tienes? ―le había respondido yo, regalándole mi mejor sonrisa pícara.

Su reacción no se había hecho esperar, y se había lanzado a mi boca. Me muerdo el labio mientras lo recuerdo, pero mi mente sigue navegando a otro de los momentos más emocionantes que he vivido con él, cuando me llevó a su casa familiar en Escocia. Verlo allí, tocando la gaita frente al lago al que su padre lo lanzaba de pequeño, había sido como encontrármelo en todo su esplendor.

Una voz compartidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora