Capítulo 69

3K 215 57
                                    


El viaje hasta el hospital fue un borrón para Jay.

De hecho, todo lo era.

Todo.

Era como si el mundo se hubiese detenido y luego súbitamente empezado a avanzar tan rápido que él no era capaz de comprenderlo, de emitir palabra.

No tenía idea de que pasaba o de que sentía.

Pero sentía.

Era como si su cuerpo fuese controlado por alguien más. Sus pies y sus manos se movían, su corazón seguía latiendo, estaba seguro de que había dicho un par de cosas, pero no las comprendía del todo.

Estaba allí y no lo estaba del todo.

No podía ser.
No podía ser.
No podía ser.
No podía ser.
No podía ser.
No podía ser.

No era justo, no era posible.

No podía, no, se negaba a creer que después de todo lo que había pasado, todo lo que había sufrido, su historia terminara así.

No podía creer que él y Gil podrían no estar juntos.

Se negaba.

Podía sentir gente a su lado, ¿Collin? ¿Hailee? No lo sabía, pero tendría sentido, de todas formas no importaba, no había nada que ellos pudieran hacer por él.

Solo ahora Jay empezó a preguntarse como había llegado al hospital, ¿cómo había sabido a que hospital las trasladaron? Alguien debió habérselo dicho pero no podía recordar quién.

¿Estaba muriendo o algo así?

¿Por qué su mente se rehusaba a concentrarse en un solo detalle? ¿Por qué todo estaba tan distante?

Gil tenía el cabello pintado más oscuro, en algún momento mientras estaban lejos lo había oscurecido, ¿por qué? No lo sabía, pero igual le parecía que se veía hermosa.

Ella siempre se veía hermosa.

¿Qué iba a pasar ahora? ¿Qué iba a hacer sin ella y su bebé? No podría aguantar perderla de nuevo, perderlos, no podría.

Jay llegó entonces al pasillo, la camilla que llevaba a Gil estaba allí, y de pronto, así como había perdido el contacto con el mundo antes, regresó.

Regresar era peor que irse. De seguro.

Las emociones parecieron chocar contra su pecho con la fuerza de una ola, se sintió sin aire, perdido, pero siguió corriendo, corriendo hacia Gil.

—Cariño—lloró—aquí estoy, estoy contigo. Te pondrás bien.

Para su sorpresa, Gil parecía casi intacta. Tenía un corte en la mejilla y un gran moretón en la sien, pero sus ojos vidriosos estaban enfocados, mirándolo aterrado.

—Estoy bien—le aseguró con firmeza—Grace, ella...—lloró—Jay tienen que ayudarla, yo estoy bien, ella recibió la mayor parte del golpe por cubrirme—su voz había empezado a subir con cada palabra—¿DÓNDE ESTÁ MI HERMANA? NECESITA AYUDA, VAYAN POR ELLA, DIOS, AYUDENLA.

A Jay se le partió el corazón más aún.

Era como si hubiese viajado años atrás, como si se estuviese viendo a sí mismo en una camilla, rogando que atendieran a Will, su Will, quien ya no podía ser salvado.

Tragó con fuerza.

Dios, que Grace no estuviera así.

—Tu hermana estará bien, la están atendiendo—aseguró Jay, aunque no tenía idea de lo primero.

She will be loved |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora