Capítulo 38

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Gil no se opuso a que el conductor de su padre la llevara a casa, el encuentro con este la había dejado más cansada de lo que creía...además, su propio auto estaba estacionado en casa.

Cuando llegaron se bajó antes de que el hombre pudiera ofrecerle ayuda o un paraguas, así que tuvo que subir a casa empapada, calada hasta los huesos.

Pero la lluvia le sirvió, así al menos, si se topaba con algún vecino estos no se darían cuenta de que lloraba.

Tenía planeado llegar a su apartamento y llorar, con las luces apagadas y totalmente sola, pero cuando abrió la puerta de su casa se dio cuenta de que sus planes iban a cambiar.

—¿Flor? —dijo sorprendida, asustando a su amiga, quién estaba dormida en el sofá.

—¡Gil! —dijo esta, poniéndose de pie para acercarse a ella—¿Qué haces aquí? ¿Dónde está Jay?

Por toda respuesta, Gil lloró, y Flor la abrazó inmediatamente, no importaba si no entendía lo sucedido, no importaba si tenía mil preguntas que hacerle. Su amiga ahora estaba aquí y parecía necesitarla más que nunca.

—Ya, ya, estaremos bien—le dijo, acariciándole el cabello con suavidad—estaremos bien.

Gil sabía muy bien que ni siquiera Flor podría pensar que algo estaría bien, pero agradeció el consuelo y la abrazo con fuerza.

A pesar del dolor que sentía, sabía que había regresado a casa.

Había regresado a Flor.

En algún momento del viaje Collin se había cansado de gritar, y Grace, por lo visto, se había cansado de poner esa mirada sombría dirigida a nadie en particular.

De hecho, ahora mismo se encontraba dormida, recostada contra el hombro de él.

Collin se había quedado quieto como estatua, demasiado asustado de hacer un movimiento que pudiera despertarla y arruinar el momento para siempre.

Ver a Grace dormir era sencillamente otra cosa.

Durante el día, despierta y ávida se veía tan perfecta que dolía, pero dormida le parecía a él mucho más hermosa.

Por primera vez tenía la guardia baja, sus labios cuidadosamente pintados de rojo estaban entreabiertos y sus delicados parpados se movían cada tanto, por culpa del sueño que estaba teniendo.

Collin pensó que sería fantástico poder ver lo que soñaba a través de sus pálidos parpados, ¿Qué podría soñar Grace Collins? ¿Tendría pesadillas? ¿Le gustarían sus sueños?

Lastimosamente, la vida no le dio más tiempo para hacerse más preguntas.

Él auto se detuvo súbitamente, impulsando a Grace hacia adelante, quien se habría dado de bruces si Collin no la hubiera agarrado.

—¿Pero qué...? —preguntó confundida, tras despertarse tan abruptamente del sueño.

Se dio cuenta de que Collin la sostenía y se agitó para librarse de sus manos. Él no se ofendió, así era ella.

Alguien abrió la puerta bruscamente entonces y los hizo salir.

—¡¿Qué les sucede?!—gritó ella mientras la halaban—me estás lastimando.

El hombre soltó un poco su agarre.

Fuera del coche Collin pudo ver las primeras luces del día, los tonos celestes chocando con los purpuras, ¿realmente habían conducido tanto tiempo?

She will be loved |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora