Capítulo 60

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Antes de llegar al auto Hailee plantó los tacones en el piso y se obligó a detenerse, haciendo que a Jay no le quedara de otra que hacerlo también.

—¿Qué haces? —le preguntó—¿A dónde vamos? Mi padre todavía está adentro...

—Es un adulto Hailee y está entre gente que conoce—protestó Jay—puede cuidarse solo, yo haré alguna excusa para ti.

—Tú también puedes cuidarte solo...—empezó a decir y de pronto recordó algo—¡Jayden! ¡Gil está embarazada y esta es su fiesta de compromiso! Me di cuenta durante la fiesta.

Jay la miró sin emoción alguna.

—Creo que ya me di cuenta, Hailee—dijo y suspiró antes de girarse al auto—me iré, tengo que salir de aquí.

Hailee no pudo hacer nada más que mirarlo con tristeza. Toda la energía que había tenido durante estos días parecía haberlo dejado por completo, parecía estar en ruinas.

Hailee caminó tras de él y se subió al auto.

Podría simplemente haberse regresado a la fiesta pero no le parecía un buen momento para dejarlo solo.

El chofer pareció sorprendido de verlos regresar tan pronto.

—llévenos al hotel, por favor—pidió Hailee.

Durante todo el camino Jay no emitió ni una sola palabra, lo que le sirvió a Hailee para pensar que hacer a continuación, no tenía experiencia consolando a gente con el corazón roto, pero se fue haciendo una idea de las cosas que tenía que hacer.

Cuando llegaron al hotel Jay prácticamente saltó del auto aún en movimiento, sin importarle el regaño que se ganó por parte del chofer y caminó directo a su habitación.

Hailee tuvo que quitarse los tacones para poder seguirle el paso, aun así, Jay por poco le cierra la puerta en la cara.

—Quiero estar solo—le espetó.

—No me importa—dijo ella con rapidez—me has arrastrado fuera de la fiesta, así que tendrás que soportarme, además, estoy segura de que no quieres estar solo realmente.

Jay no protestó esta vez, no se sentía con ganas para hacerlo.

La dejó entrar y caminó hasta el minibar que estaba disponible en su suite, ni siquiera le había ofrecido una mirada al llegar, pero ahora se sentía de humor para un trago, o mil.

—¿Quieres? —ofreció sin mirar a Hailee.

Esta estaba en el centro de la suite, cruzada de brazos.

—No—dijo y fue a sentarse en una de las sillas que adornaban la pequeña mesita de desayuno de Jay—uno de los dos debería estar sobrio, ¿Quieres contarme que paso?

Jay fue hacia ella y tomó asiento, no pensó que hablaría, no tenía ganas, pero las palabras se escapaban de su boca, acompañadas por pausas para beber.

Le contó que había estado buscándola por la casa cuando se encontró con Grace y esta le contó que Gil estaba embarazada y comprometida, le contó que le había pedido que se alejara de su hermana y que él realmente iba a hacerlo hasta que se encontró con Gil y entonces tuvo que mentir sobre la razón por la que estaba allí.

Hailee suspiró.

—Sabes, no es que defienda a Grace pero entiendo un poco de ese compartimiento—le dijo—da la impresión de que ella considera que aún puedes lastimar a su hermana, lo que es interesante.

Jay arqueó una ceja.

—¿Cómo?

—Pues, se supone que está comprometida y esperando, debería ser la mujer más feliz del mundo—le explicó—algún ex del pasado no debería tener el poder de lastimarla, al menos que...

She will be loved |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora