Prólogo.

31.3K 1.4K 198
                                    

2015

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


2015

Gil Collins subió las escaleras de dos en dos, procurando no caer a cada paso que daba.

¡No podía creer que tuvieran que encerar en piso justo a estas horas! Era ilógico.

Cuando llegó al quinto piso, estuvo a punto de caer, se habría dado de bruces contra el suelo, si una mano no se hubiera apoyado en su espalda, sosteniéndola.

—¡Eh! Cuidado, niña—dijo Josh alegremente—tu seguro de accidentes no cubre torpeza extrema.

Gil lo miró mal y se enderezó con cuidado. Josh Moore era uno de los dos mejores amigos que tenía en el mundo, su otra mejor amiga era la prima de Josh.

—Ja, ja—respondió ella mientras se daba la vuelta y continuaba avanzando.

Naturalmente, Josh la siguió, le gustaba el carácter de Gil, como pasaba de amigable y tímida a una bomba de ira a punto de explotar.

—¿Qué haces aquí?—le preguntó ella mientras corría la puerta deslizante de su oficina, para dejarlos pasar—¿Buscando víctimas?

Josh se echó a reír, él, junto con su prima Flor, se encargaban de manejar el negocio familiar, una funeraria. Y cada vez que Gil lo veía sabía que estaba ofreciendo paquetes de ataúdes a muy buen precio para los ejecutivos de la empresa de su padre. Una profesión un tanto extraña y macabra para dos personas que se caracterizaban por ser tan alegres.

—No, hoy no ando de buitre—le explicó con una sonrisa mientras tomaba asiento frente a ella—Flor me llamó, al parecer tiene algo importante que decirme.

—¿A ti también?—preguntó Gil asombrada, mientras sacaba su iPhone del bolsillo—Me escribió anoche, a las doce y quince, que no podía esperar para contarme algo...Está muy rara, ¿No crees?

Josh apoyó la barbilla sobre la palma de su mano y suspiró, su prima y Gil siempre estaban siendo muy raras, pero para que Gil lo notara debía ser algo serio.

—Sí, casi no la veo—aceptó—Nunca está en su apartamento y cuando estamos en la oficina siempre la noto sonriendo para sí misma o canturreando.

Gil sonrió con malicia mientras se inclinaba para mirarlo a los ojos. Josh era guapo, increíblemente guapo, era el hombre más guapo del mundo, de esos que parecen cegarte con su brillo. Y por supuesto, Gil no había sido inmune a caer enamorada de él, lo estuvo cuando tenía trece años. Josh, con quince, ya era alto y tenía buena contextura física, jugaba football, y siempre traía el cabello negro desordenado. ¿Quién habría pensado que sus hermosos ojos grises se iluminaban al ver a los jugadores de su equipo y no a las porristas?

Nadie.

—¿Crees que nuestra Flor está enamorada?—le preguntó en voz baja, como si Flor pudiese oírla, a pesar de que no se encontraba ahí.

She will be loved |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora