Capítulo 33

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Pero no era él.

Él no tenía un cabello anaranjado brillante, y tampoco se le vería bien un vestido verde como aquel, de hecho, Gil pensaba que no se le vería bien ningún vestido, Cole era demasiado ancho de hombros, y de brazos gruesos, en él un vestido luciría como si fuese a explotar...

—Jay no está en casa—anunció Gil de mala manera.

No tenía ninguna intención de ser amable con la esposa de Tom, Jo.

La mujer pasó su tono por alto.

—No estoy aquí para ver a Jay—repuso con una sonrisa.

—Kate y Ade tampoco están—dijo fríamente, esperando terminar así, de una vez por todas, la visita de la pelirroja.

Esta se mostró tan imperturbable como antes.

—Me gustaría hablar contigo—le informó—quiero ofrecerte una disculpa por la forma en la que te traté.

Esto si que sorprendió a Gil, Jo podía ver que no se lo esperaba por la forma en la que alzó las cejas, tan alto que Jo fantaseó que estas le llegaban a la línea del cabello.

Gil no quería ser tan transparente pero las disculpas no eran algo que fuese particularmente común en su vida.

–Este... ¿okay?—dijo sin saber muy bien que más decir.

Tampoco es que le guardara un gran rencor a Jo, solo tenía unos días de conocerla, perdonarla sería pan comido.

No es como si Grace o su padre se estuvieran disculpando con ella, eso si sería dificil. Aún así, a Gil no le nacía ser efusiva.

Jo respiró hondo.

—Verás, suelo ser muy protectiva con mis amigos. Hemos estado juntos desde pequeños, y nuestro grupo ya ha sufrido mucho antes...—hizo una pausa y Gil pudo ver como su mirada se perdía un poco, como si estuviese recordando algo que pasó mucho tiempo atrás—como sea—se recompuso, acomodandose un mechón tras la oreja—quiero que sepas que no es nada personal contra ti, estaba preocupada por Jay, pero me parece que las cosas van para mejor.

Gil se rascó el brazo para tener las manos ocupadas, ¿las cosas realmente iban mejor? ¿Qué podría haber hecho que aquella mujer cambiara de humor tan de repente?

—Está bien, aprecio tu explicación—dijo incomoda, pero con sinceridad—te perdono.

Jo sonrió, y Gil pudo entender muy bien porque Tom estaba casado con ella.

—Excelente—casi canturreó—¿Entonces te veré en el comité? Me gustaría mucho contar con tu ayuda.

La mirada de Gil se volvió aguada, ¿Para eso se disculpaba? ¿Para tener más gente que la ayudara? No tenía sentido.

Jo pareció leer las dudas en su semblante, porque aclaró:

—A Jay le encanta este festival y me dolería muchisimo que por mi culpa se lo perdiera. No quiero que se sientan incomodos por mí.

No es por ti, quizo decir Gil, es por Cole.

Pero se lo aguantó, no era el tipo de información que debía ir soltando por ahí.

—Ok, lo pensaré—no prometió nada.

Jo se despidió entonces y se fue, Gil la observo desde la ventana, bajo el sol, su cabello brillaba como un rio de fuego.

Suspiró. Sabía que aquel festival le hacía mucha ilusión a Jay, él le había estado hablando de este casi desde el momento en el que iniciaron su viaje hasta acá. La verdad es que no quería que por su culpa se lo perdiera...

Pero también estaba el asunto de Cole. Él estaría allí y tenerlo tan cerca solo le hacía mal a su corazón. Y eso le hacía mal a todos.

Gil suspiró una vez más, sintiendo un dolor de cabeza terrible.

Hace tan solo unos meses Cole sentía que no existía nada en el mundo de lo que debiera arrepentirse, absolutamente nada.

Había vivido una vida común pero...¿honrosa? Jamás había copiado en la escuela, no le mentía a sus padres más allá de las mentiras inocentes y comunes, nunca hizo trampa en algún juego y tampoco había sido infiel.

Ahora, mientras estaba agachado contra el asiento de su auto se arrepentía de muchas cosas, de todas las cosas.

Quería volver a casa. En ese estúpido pueblo hacía una calor infiernal, habían mosquitos y nada interesante que hacer. Quería volver a casa, a los restaurantes con luces brillantes, a los edificios tan altos que parecían tocar el cielo, a la lluvia, a la agitación, a...era mejor detenerse allí.

Se preguntó como Gil podía soportar eso. Y ahí estaba, la razón principal de sus arrepentimientos, Gil.

Si hubiese hecho todo de otra manera ni él ni ella tendrían que estar allí, él no tendría que sacrificar su dignidad para honrar a su padre y a su empresa, ni ella tendría que sacrificar su vida.

Cole observó al hombre con el que Gil perdía su tiempo sentarse en el cementerio, parecía que hablaba con una tumba.

Puso los ojos en blanco.

Cole no era una persona muy espiritual, lo que creía se limitaba a lo que podía ver, a pesar de eso jamás se había molestado por ver a otras personas creer. Sabía que Gil creía en cosas, sabía que Flor lo hacía.

Pero ahora había algo en aquel hombre que hacía que todo lo que hiciera molestase a Cole. Absolutamente todo.

Lo estudió con fijeza. ¿Cómo habría conseguido que Gil se fuese con él? ¿Cómo la habría engañado? Porque Cole estaba completamente seguro de que había un engaño de por medio.

Pensó en la inocencia de Gil, en su baja autoestima, en su falta de amor...Golpeo el tablero del auto con el puño, arrepintiendose de nuevo por no hacer las cosas mejor.

No dejaría que aquel imbecil se aprovechara de Gil, ni que impidiera que ella regresara a casa sana y salva.

Algo malo debía tener...

Un golpe suave contra la ventana de su auto lo hizo ponerse alerta.

Bajó el vidrio y fingió una sonrisa.

—¿Hay alguna razón por la cual esté espiando a Jay Brooks?


Aishhh, sin editar sorry, es que en estas fechas realmente estoy ocupada :(

Btw FELIZ AÑO CHICHIS💕  espero que el 2020 les traiga muchas cosas buenas. Gracias por leerme a lo largo de este año y espero poder seguir leyendonos el que viene.

She will be loved |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora