Capítulo 17

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Gil se levantó temprano esa mañana, incluso antes de que lo hiciera Jay. Se quedó en la cama unos segundos, mirándolo, absorbiendo cada imagen de él, rogando en silencio que lo que iba hacer no lo defraudara.

Y luego se levantó, tomó una ducha y se vistió de forma cómoda, como lo habría hecho cualquier otro día en Seattle, en casa. Se acercó a Jay con cautela y le dio un ligero besito en la mejilla, antes de tomar su bolso y salir de su habitación.

Caminó por el pasillo y se alegró muchísimo de ver a Kate despierta, podría haber realizado el plan sin ella pero le vendría muy bien su ayuda.

—Buenos días, Kate—la saludó esta, entrando de lleno.

—Buenos días para ti, cariño—dijo animadamente—¿Dormiste bien? ¿Ya se levantó mi sobrino?

Gil la miró con atención, ahora, bañada y arreglada, podía ver que la tía de Jay era brutalmente atractiva. Sintió algo de celos, ¿Todos en esa familia eran súper modelos o que?

—Dormí bien, gracias. Y Jay aún sigue dormido—_dijo Gil, con la voz más dulce que pudo ofrecer—me preguntaba si podría hacerme un favor.

Kate la miró con atención.

—Claro.



Jay caminaba de un lado a otro y miraba el reloj constantemente, casi eran las diez, y no tenía idea de donde se habían metido Gil y su tía. Habían quedado a las diez y media para reunirse con Adeline y Charlie, y esta odiaba los retrasos. No quería quedarle mal el día que le presentara a Gil.

Estaba a punto de marcarle a su tía de nuevo cuando la puerta se abrió.

—Santo Dios, Kate. No te haría daño contestar el celular de...—Empezó a decir rápidamente, pero su voz murió al percatarse de lo que pasaba.

Su tía estaba diciéndole algo, seguro mofándose de él por ser tan intenso y preocupado, pero él no la escuchaba, sus ojos estaban fijos en la mujer que estaba detrás de su tía...En Gil.
Había que ser sinceros, a él le había parecido guapa Gil desde la primera vez que la vio, y al conocerla, se le había hecho más guapa aún, pero ahora simplemente estaba hermosa.

Había comprado ropa al parecer. Ahora mismo tenía unos zapatos con finas tiras blancas, una falda jeans de color azul claro que dejaba a la vista sus largas y hermosas piernas, y una blusa color rojo, con un escote que dejaría mal a cualquiera.

Pero lo que más le sorprendió fue su rostro, lucía bellísimo ahora enmarcado por su nuevo color de cabello, un rubio tan claro que casi alcanzaba el gris.

  Su corte apenas le llegaba debajo de la barbilla, y por alguna razón, hacía que Jay quisiera meterle las manos en el cabello.

Y Gil sonreía, porque se sentía hermosa, podía verlo. Jay suspiró y sintió como el corazón quería salir de su pecho.

—¿Te parece que me veo bien?—preguntó ella, juguetonamente.


Jay abrió la boca para responder pero simplemente no salió nada aparte de una sonrisa embobada.

Kate se echó a reír.

—¡Se te va a salir la baba!—bromeó.

Gil se unió a las risas de su tía y Jay juró que de poder hablar le habría dicho que no se veía bien, bien era algo muy tonto para Gil.
Ella se veía perfecta.

She will be loved |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora