Capítulo 26

3.6K 274 34
                                    


—¿Buscas algo en específico?

Kate se sobresaltó al oír la voz de Jay.

Este, la observaba desde el marco de la puerta con curiosidad, nunca nadie había revisado su habitación, ni siquiera cuando era un adolescente.

Kate casi se desmaya, le tomó unos dos segundos inventar una excusa.

—Estaba buscando cosas que pudieran ser útiles para el festival—dijo, y rápidamente cambio de tema—saliste temprano.

Jay arqueó una ceja.

—No, salí a la hora de siempre.

Kate miró su reloj de mano, tenía razón, él había salido a la hora de siempre, la culpa había sido de ella por tardar.

A Jay le pareció un poco extraño encontrar a su tía en su habitación, pero por más asustada que Kate se viera, no sintió la necesidad de desconfiar de ella.

Fue él mismo quien cambió de tema.

—¿Gil? —preguntó.

No la había visto al llegar y no aparecía por ningún lado de la casa.

Kate agradeció mentalmente el cambio.

—Salió con sus amigos hace un rato—le explicó—le dije que fuera a distraerse.

Eso era cierto, se lo había dicho, pero era porque quería espiar, quería ver si encontraba algo que confirmara lo que Bobby le había contado sobre aquel hombre.

—Lo imaginaba—comentó Jay con tranquilidad—yo también saldré, iré a ver a Tom, si Gil vuelve le avisas, porfa.

Ella asintió un poco demasiado fuerte.

—Claro—le prometió.

Jay le dedicó una mirada más antes de tomar ropa del cajón y salir, Kate se sintió terrible.

Pero algo tranquila al no haber encontrado ningún indicio de ese otro hombre.

•••

Era raro tener que cambiarse dentro del baño, pero habría sido más raro hacerlo frente a su tía.

Jay reemplazó sus pantalones y camisa de trabajo por una camiseta y pantalones deportivos, le gustó la sensación de aquella vestimenta.

Hacía tiempo que no hacía nada relacionado con el deporte, se encontró ansioso y con ganas de sonreír a cada rato.

El camino hasta el terreno donde él y Tom solían practicar esta tan grabado en su memoria como el primer día, de seguro podría llegar allí con los ojos cerrados.

Al bajarse del auto, el frío de la tarde y próxima noche lo envolvió, haciéndole olvidar de la extraña escena en su casa, Tom estaba allí.

Parado en el centro, con un balón de football en la mano.

Jay se fue acercando, sonriendo como nunca, pero su sonrisa decayó al ver el brillante cabello rojo de la mujer sentada en las gradas.

Ella se dio cuenta de su presencia mucho antes que su marido.

—Hola—le saludó con timidez—espero que no te moleste que viniera.

Jay no supo que decir, ¿le molestaba? Quizás sí, estaba enojado con ella por lo del otro día, nunca en su vida habría pensado que estaría enojado con Jo.

Se dio cuenta de que ella realmente esperaba su respuesta y Tom también, ahora que se había girado hacia él.

—No—dijo Jay, quería sonar tranquilo, pero le salió más seco de lo que pensaba.

She will be loved |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora