lemon

811 75 81
                                    

Seung se encontraba suspirando por quien sabe cual vez en el día.

La vida era injusta.

Odiaba todo lo que le pasaba.

Había intentado retrasar su viaje pero ya no era posible, había bebido, había llorado, había gritado incluso llamo por teléfono a su amigo, aunque sabía que de nada servía.

Su padre sabía perfectamente como obligarlo a hacer lo que quería.

Aún recordaba ese día, ese fatídico día en que se dió cuenta que ya no tenía control de sí mismo y que estaba jodido.

Estaba enamorado.

Y de nada le servía negarse.

No se había dado cuenta antes porque este sentimiento era de mil maneras totalmente diferente a lo que alguna vez sintió por Guang.

O bien nunca amo a Guang o solo lo quería y con Phichit si experimento lo que era enamorarse.

Pero luego de que este supiera de la situación del japonés no dudó en irse sin más.

Obviamente lo había invitado.

Pero su plan no era ese, él quería tener las vacaciones para pasar los últimos días de libertad a su lado, pero ni el moreno ni su padre le daban opciones.

Por un lado el amante de los hamster lo quería llevar sin importar si casi no hablaba con ninguno de los otros amigo y sinceramente pasar sus vacaciones subiendole el ánimo a otro chico no estaba en sus planes y menos si su moreno era quien lo iba a ignorar para estar con el chico japonés.

Y por otro lado su padre exigía su presencia lo más rápido posible, al parecer le tenía una sorpresa esperándolo.

Seguramente había conseguido otra hija de algun socio para intentar que se casará con ella, afortunadamente era tan listo que de uno u otro modo había logrado que las anteriores chicas se sintieran desilucionadas y se negaron a unir sus vidas con él.

Intento escapar y ver a su amado una última vez, algo cursí hasta para él, pero lo hizo, aunque algo lo detuvo y solo observo el velorio de lejos, regreso a su casa y se emborracho como nunca.

Ya no sabía qué hacer.

Cuando Phichit lo invito a ir con él, tuvieron una discusión, en la cual de nueva cuenta menciono que se iba y que no regresaría y su amante no se quedó callado y lo llamo cobarde, por no luchar contra su padre.

Le contó un poco sobre ese chico japonés y le dijo la razón de tener tantos trabajos, de como aunque sus padres tenían dinero él se había ido a París sin un centavo y que lo que tenía ahora era fruto de todo su esfuerzo y también le le aconsejo hacer lo mismo que su amigo, que se olvidará de su familia si no lo apoyaban, pero no era tan fácil.

Sin más, se fue y él se quedó destrozado sin siquiera poderle decir cuan importante había sido en su vida.

.
.
.
La vida era tan triste, una verdadera mierda.

O tal vez era el karma.

Se enteró que Yuuri ya no estaba en París y que se había ido, seguramente a ver a sus padres, él quería llevarlo y ser su caballero, aquel que lo regreso a sus padres.

Pero estaba atorado de trabajo y no podía simplemente dejar todo para buscarlo.

Su única salida un bar cercano al cual decidió ir esa noche, no le importo llevar su perfecto traje de marca y que lo vieran raro por decidir ir de ese modo a un bar cualquiera.

Gran sorpresa se llevó al ver al fondo una silueta familiar, se acercó y sin pedir permiso se sentó frente a él.

- Víctor - murmuró con molestia y rencor.

No quiero NADAWhere stories live. Discover now