No quiero NADA

quiebre

Yuuri se había olvidado de su uniforme en su apartamento y tenía que llevarlo al trabajo, así que acepto que su novio lo llevará en auto y de ahí a la pastelería.

No iba a tardar nada, seguro el moreno ni se enteraría de su llegada porque solía levantarse tarde.

Abrió la puerta silencioso pero se sorprendió de escuchar a su compañero en la cosina y quiso saludarlo, pero al prestar atención vio que un chico de piel blanca con tremenda espalda destrozada por rasguños, de cabello negro y que solo andaba en boxer usaba libremente la cosina.

El chico se güiro al sentir una mirada sobre él y se sorprendió de ver ahí al japonés.

Yuuri al reconocerlo solo siguió su camino lo más rápido que pudo, tomo sus cosas para salir lo más rápido que le permitan sus piernas, pero ya en la puerta a punto de salir le dijo algo al pelinegro.

- no se tomará el jugo - Seung preparaba un jugo natural en la cosina - si no toma café negro con mucha azúcar dice que no puede rendir en el día, también algo dulce, tal vez unas donas o galletas.

- prepare un buen desayuno - murmuró al ver huevos, tocino, pan con mermelada, jugo recién exprimido.

- adora comer cosas dulces de desayuno - le respondió y abrió la puerta - y le faltan al menos dos horas más antes de levantarse.

El coreano miró su comida y se designó a comer el solo, luego aprovecharía para ir a acurrucarse otro rato con el tailandés, al fin de cuentas no era nada malo tener un poco de información sobre los gustos del moreno.

Yuuri subió rápido al carro de su novio y atribuyó su sonrojo a ir corriendo por las escaleras y al miedo de llegar tarde a su trabajo, él era muy puntual siempre, un empleado responsable y comprometido.

El rubio solo aceleró y estubo de acuerdo en que su novio era eso y más, mucho más.

Se despidieron con algunos besos y Yurio aprovecharía esa mañana para adelantar su trabajo con el disco del insufrible de Jean, puesto que en las tardes tenía que estudiar, los exámenes estaban cada vez más cerca.

Las bibliotecas estaban llenas, la conexión fallaba por tantos alumnos conectados y el estrés era algo general.

Los exámenes eran duros e implacables quien perdiera esa batalla tendía que recursar el ciclo.

Todos los alumnos se empeñaban en sacar buenas notas.

Y por su puesto el japonés no era la excepción, tenía grades ojeras y leeia aún mientas caminaba, estaba empeñado en ser de los mejores en su salón y tenía que esforzarse mucho para lograrlo.

Esa tarde estudiaría con su novio ya que tenía un par de libros que podían servirle, solo anciaba poder disfrutar con su novio cuando al fin le dieran los resultados, buenos resultados.

El rubio estaba muy molesto no solo el imbécil de JJ despreciaba su trabajo sino que ahora le salió con la estupidez de hacer una canción nueva para ser el tema principal para el disco, sino que además le dijo que aún no la terminaba.

Ese maldito solo jugaba con él.

En medio de su desventura lo único que aliviaba su frustración era su amado, mirar su sonrisa era suficiente para que todo lo malo fuera menos importante.

Cuando su adorado pelinegro llegó solo lo abrazó y beso como si su vida dependiera de ello.

Luego de los mimos ambos pasaron a la sala para pasar horas y horas estudiando, apenas comieron unos lonches antes de seguir con su dura labor.

Pero a la media noche Yura lo interrumpió, le sorprendía el tremendo aguante de su novio, pues no solo comía poco, dormía poco sino que aún trabajaba, pese a pasar casi toda la noche estudiando aún tenía que despertarse temprano para ir a trabajar.

Así que no solo invitaba a su novio a estudiar, sino que deseaba poder convencerlo de dormir más y de alimentarse mejor.

Entendía el gran agobio que representan los exámenes, pero no eran motivos para llegar a tales extremos.

Pero Yuuri no lo entendió así, ese coquetear y las insinuaciones de ir a la cama, esos besos fogosos y esas manos traviesas colándose bajo su ropa, no daban a entender el mensaje real.

Aún no estaba listo o tal vez si pero el constante recordatorio de su novio para ir a la cama le daba otro sentido a todo.

Últimamente los besos eran más intensos y llegaban a tocarse tanto que masturbar al contrario era algo que hacían con normalidad, sin sentir vergüenza y dejado salir exclamaciones y gemido de placer.

No era tonto y el rubio quería llegar hasta el final y aún él no estaba del todo convencido.

Tenía un miedo irrazonable de que luego de entregarse a su amado en cuerpo y alma el ruso desaparecería de su vida.

Tenía miedo de ser solo un juego, uno muy largo, en el que acabaría siendo el único perdedor.

Y que el rubio estubiera sugiriendo cada día el dormir juntos, el bañarse juntos, hacer todo juntos, solo incrementaba su temor.

Quería entregarse a él, en verdad quería darle todo lo que tenía, pero el miedo seguía presente, como una sombra en eun rincón, simplemente observando.

Como Víctor, lo había vuelto a ver pero lo había ignorado todas las veces.

Había algo más que también le hacía temer y no se lo había dicho a nadie.

Así que cuando Yurio sugirió ir a la cama y darse amor simplemente se molestó, quería estudiar y dejar de pensar en lo demás.

El rubio lo molesto con toqueteos y besos, entonces el japonés lo apartó diciéndole que de no dejarlo estudiar se iría.

Perdiendo la compostura quizás por los problemas o el cansancio simplemente se enfureció y le dijo que se marchara.

Y así fue.

Yuuri tomo rápidamente sus cosas y salió corriendo sin mirar atrás.

Yurio se quedó aún molesto gritando y sintiéndose basura.

Los dos dijeron cosas feas, crueles e hirientes.

Ninguno dió su brazo a torcer, ninguno corrió hacia el otro y ninguno llamo para disculparse.

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En esta historia había mucha miel...

Ya me hacía falta matar a sus personajes....digo romperles el corazón...

Pero quién cederá primero???

Aprovecharan esto Víctor y Otabek???

Habrá Lemmon de Phichit y Georgi???

Actualizaré más seguido???

Los fantasmas dejarán de serlo solo para responder alguna de estas preguntas???