No quiero NADA

promesa rota...

Al llegar a Rusia el japonés respiro tan profundo y con tanta calma que fue inevitable que tanto Mila como Phichit llegarán a preguntarle si algo andaba mal.

Eran sus amigos y aún con poco tiempo de conocerlos decidió confiar, confiar de verdad.

Yurio lo abrazó por los hombros y susurro en su oído que lo que decidiera estaba bien.

Se despidieron del grupo y la maestra, para ir a una cafetería en el mismo aeropuerto, la más sola, la mesa del rincón, apartados.

Yuuri les contó que no recordaba sus primeros años de vida, no recordaba ni ahora el vivir en Japón.

Sus recuerdos empezaban con su padre, un hombre mayor que cuido de él hasta su último aliento, les hablo poco sobre su vida en el basurero, pues ya antes les había contado eso, les hablo de la familia Katsuki de cómo lo mantenían en una hermosa jaula de oro siendo un pricionero ya que nunca salió de ese lugar, todo le era entregado a él, desde cuadernos para sus estudios hasta la ropa que usaría, nunca pudo ir a un centro comercial a compartir lo que el nesecitaba.

El personal en la mansión era muy controlado y no hablaba con nadie fuera de sus padres y Victor.

Victor era otro punto importante en su historia, el engaño de este y como abandono esa casa a causa de un estafador.

Les contó todo, con lágrimas en su ojos de dolor, que fueron eliminadas por su novio quien lo abrazo tan fuerte como pudo, Yuuri aclaró algunas dudas de su anterior conversación, tanto Mila como Phichit sé quizieron unir al abrazo pero se conformaron con tomar sus manos, pues el rubio no los dejo acercarse más.

Estaban cerrando una amistad genuina con el japonés.

Y es que el pelinegro era tan tierno que simplemente querían postrarse a su lado para cuidarlo de todo mal, ahora entendían mucho sobre el pasado doloroso de su amigo e hicieron una promesa muda de cuidarlo.

Ahora eran cómplices y cuidarían del japonés de todo y todos, eso incluía a cierto ruso rubio.

Yura era primo de Victor y aunque eso no los hacía ser iguales, de igual manera cuidarían al chico.

Se separaron luego del emotivo momento, para ir a sus casas a descansar del largo viaje.

Toda la tarde Phichit no dejo de preocuparse no solo por su amigo sino por otra razón.

Conoser a las modelos de sus compañeros siempre era un deleite, agregaba nombres a su inmensa lista de ex-novias, después de todo era un seductor sin igual.

Pero en esta ocasión no ligo con ninguna chica.

Algo estresado y sin dormir bien desidio darse un buen baño de agua fría para relajar los músculos, al salir se puso cremas con olores cítricos, se puso su mejor conjunto moja bragas, se peino, se puso perfume y salió dispuesto a ir de cacería.

Fue al mejor antro, la música rebosaba y las chicas traían ropa tan corta que no dejaban nada a la imaginación, pero aún así no disfruto el momento.

Por eso derrotado fue al plan B.

Qué consistía en ir a casa de Mila para tener sexo, si no había la puerta es que estaba ocupada y tendía que regresar a casa derrotado, pero ella tan cansada del viaje no tenía planes y estaba disponible.

No había palabras absurdas y cursis, no habría copitas de vino o alcohol, simplemente sabían lo que iba a pasar, se besaron con ansias y deseo propio de dos amantes.

Fueron al la habitación de la chica a y la ropa cayó al suelo lentamente, no tenían prisa de concretar el acto, tenían toda la noche.

Phichit sabia donde tocar, que parte de su cuerpo reaccionaba con lamidas, las cosas que podía susurrar en su oído que nunca entrarían en un charla normal de su día a día.

Conocía su cuerpo y cómo hacerla delirar de placer.

Entendía la sinfonía de gemidos cuando ya estaba desperada por tenerlo dentro de ella, destrozando su interior de una manera deliciosa.

Pero aún luego de tenerla jadeante a su merced, se detuvo de pronto, asustado ante la idea.

Ella salió de trance incluso lo tiró a la cama para darle un buen oral, pero aún luego de largos minutos en esa labor, simplemente no sabían que ocurría.

- no pasa nada estás cansado - le dijo la pelirroja sin enojarse.

- esto jamás ...- trato de excusarse, pero nada le venía a su mente.

- Yurio ganó esta vez, no dormiste bien y el estrés de saber la historia de Yuuri nos afecto a todos.

- aún así yo....

- vamos a dormir, no será la primera ni la última vez que compartimos la cama.

Se acomodaron para dormir, apagando la única lámpara encendida.

Phichit simplemente no entendía como era eso posible.

Cuando deseaba no sentir su cuerpo lo traicionó, se había exitado y se había corrido de una manera descomunal con Seung y ahora su amigo quería despertar.

Aún recordaba sus grandes manos tocar su cuerpo, sus labios en su cuello, su miembro siendo masturbado por esos largos dedos y su mente nublarse al.....

Su miembro comenzó a palpitar, despertando.

Estaba teniendo una erección pensando en Seung.

Aún cuando su amigo no despertó con Mila.

La chica más ardiente del toda la universidad, con pechos enormes y esponjosos.

Y su erección bajo al pensar en ella.

Estaba jodido....muy jodido.

Se acurrucó a la chica y trato de dormir, seguro el viaje lo dejó muy cansado más de lo que quería admitir.

Esa noche sin señales de su amigo, salió de casa, fue a ese puente, que tantos recuerdos le traía.

Llamo a su novio y este salió de inmediato a buscarlo, no era normal que se encontrará en ese lugar y solo.

Al llegar se encontró con su lindo pelinegro con la mirada perdida.

Cuando se acercó a él, este le dió un triste sonrisa y le entrego en su mano el candado.

Ese con el que le hizo una promesa, ese que antes se negó a tirar la llave, con el que juro cuidarlo siempre.

No entendía que significaba eso.

A caso Yuuri quería terminar todo.

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No comentarios, actualizo hasta el otro mes...

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