pidelo...

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Todo estaba bien, por momentos así de especiales es que valía la pena el estar con esos locos amigos que ahora tenía.

Mila paseaba de su brazo cual pavo real moviendo sus plumas, saludaba cual diva a sus furiosas compañeras de clases al tener la atención del "modelo misterio."

Pero también Phichit se aprovechaba de su creciente fama vendiendo algunas fotos que imprimia por pedidos especiales, claro sin desir le a nadie.

Yurio más que nada se dedicaba a dar miradas asecinas a quien pusiera su mirada de más sobre el japonés, así también evitaba que personas indeseadas se le acercarán de más, cada que comían juntos.

Yurio lo miraba mucho, ponía su atención en cada cosa que hacía o decía, en sus gestos y en esas minúsculas sonrisas que en ocasiones le dedicaba al saber que esté lo veía.

Mila hablaba de algo que no entendía, Phichit revisaba su celular, pero su egoísta amiga tomaba mucho del espacio personal de su chico para hablarle, entonces decidió que ya era suficiente y tomo el brazo de Yuuri para sacarlo de ese lugar.

A esa hora los pasillos estaban desiertos ya que todos estaban en la cafetería, lo empujó contra la pared y colocando ambas manos a los lados de su cabeza se fue acercando lentamente.

- espera....no...esto... - desir que estaba nervioso era poco para lo que sentía en esos momentos, aún así solo serró los ojos.

- no te desagrada tanto como con otros - murmuró sin que el otro entendiera.

- ¿qué? - abrió los ojos, el rubio estaba cerca muy cerca aún así no se mostraba interesado en besarlo.

- he notado que no te gusta cuando ese par te acosa, pones una sonrisa falsa y te pones todo nervioso...

- eso no...

- no me interrumpas, tal ves esos tontos no se den cuenta, pero yo sí...alguien debió hacerte mucho daño para que ni con amigos te puedas relajar...

- ¿qué dices eso no...? - desvió la mirada o eso intento ya que una mano lo tomo del mentón para obligarlo a verlo.

- digo que te lastimaron mucho para que no puedas confiar ni en tus amigos...pero no será así conmigo - se acercó aún más - dame una oportunidad de sanarte, de cuidarte, de protegerte, de estar a tu lado.

- yo...no....aún...es pronto...

- entiende que me gustas y no me detendré ante nada - estaba a milímetros de besarlo, Yuuri serró los ojos esperándolo pero el rubio no se acercó esos escasos milímetros que lo separaban de los labios del contrario.

- pensé.... - abrió los ojos minutos después y aunque la distancia era mínima el rubio no terminaba lo que inició.

- si deseas que te bese, pídelo...

- yo no... - se puso rojo hasta las orejas y no podía desviar la mirada por el agarre del mayor que lo obligaba a verlo.

- pídelo - le sugirió de manera coqueta sin quitar esa sonrisa en su rostro.

- yo...yo...quiero....tengo....yo tengo que ir a clases - por un segundo pensó que su mente lo traicionaría y perdería ese beso, pero no.

- bien, pero suéltame - sonrió aún más.

- eh - no supo en qué momento paso, pero tenía ambas manos en los hombros del ojiverde, acercándolo, su cara paso a ser todo un poema, apenas tubo espacio salió corriendo.

Nunca pensó que eso le pasaría a él, solo tenía que estar consentrado en sus estudios, pero su mente divagaba en un par de ojos verdes y una sonrisa traviesa que lo invitaban a .....nada....a nada, él tenía que ser buen estudiante, trabajar, graduarse, trabajar más para tener su propia clínica veterinaria, no tenía tiempo para el amor.

Menos para un rubio guapo, que le movía todo...

A la hora de la salida pensó que estaría a salvó, pero se equivocó ya que rubio lo esperaba con ese porte rebelde sobre su auto

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A la hora de la salida pensó que estaría a salvó, pero se equivocó ya que rubio lo esperaba con ese porte rebelde sobre su auto.

No podía ignorarlo así que camino a él y le dijo que iría caminando, como si el mayor fuera a aceptar un "no" por respuesta.

Así que subió al carro pero sin verlo se perdió en sus pensamientos, tanto que no se dió cuenta cuando llegaron, apenas el rubio se estacionó él se bajó.

- pero que....- se giró a su "amigo" - ¿no me ibas a llevar al departamento?, aquí no vivo yo.

- lo sé, si te llevaré a casa, pero antes quiero que me acompañes - pidió amable y luego lo tomo del brazo casi arrastrándolo - sabes de este lugar.

- claro, quien no sabe de este puente, cada pareja en París que quieran tener una relación significativa viene a colgar un candado y arrojan la llave al lago para que nunca se rompa su unión...

- muy bien...yo no vengo a juntarte amor eterno - saco un candado con la llave y lo abrió - pero si para hacerte una promesa - busco el lugar perfecto y puso el candado, lo miro a los ojos - te prometo que nunca te dejare solo, cuidare de ti cómo lo que tú me pidas, un novio, un amante, un esposo, incluso un amigo - cerró el candado - es mi promesa - le dió la llave.

- gracias - no sabía bien que desir, pues eso era lo más bello que jamás nadie hizo por él, así que tomo las llaves y las guardo.

- debes arrojarla - le reprochó el rubio pues era lo lógico.

- no, así de este modo....podía yo regresarte tu promesa - sonrió triste.

- ese no es el punto.... - una promesa no se regresa, lo sigio pues el japonés empezó a caminar hacia el carro, trato de detenerlo y explicarle que no se rendiría y que si un día el pelinegro le decía que solo lo vería como amigo, entonces lo aceptaría y lo dejaría ir a buscar su felicidad.

Así de enorme era su amor.

Pero al tratar de seguirlo el contrario se giró y en rápido movimiento lo tomo de su nuca y lo beso.

Fueron unos segundos, un beso cálido y húmedo, tranquilo y suave, pero muy corto.

Al separarse Yuuri no lo miro y lo ignoro en todo el trayecto a casa, claro que Yurio entendió por completo su actitud tímida y no dijo nada.

Al llegar practicamente corrió sin que lo detuvieran, sin ver que ese chico gruñón se quedaba suspirando.

Para fortuna del rubio al siguiente día el pelinegro no lo evitó y aunque tampoco hablo del tema, era un gran avance

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Para fortuna del rubio al siguiente día el pelinegro no lo evitó y aunque tampoco hablo del tema, era un gran avance.

Poco a poco rompía las barreras que tenía en su corazón, justo como el de lentes lo hacía consigo.

Se acercaban cada vez más.

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Ternuritas...

Bueno poco a poco se da el amor y pronto más ships....

No quiero NADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora