ruptura....

863 94 65
                                    

Los exámenes eran agobiantes y cada alumno tenía que demostrar el porque seguían ahí.

Muchos no lograban pasar sus primeros años debido a que se consentraban en otros asuntos como romances, algún club, o simplemente porque estudiar no era lo suyo y desafortunadamente terminaban abandonando sus estudios.

Pero los más capaces eran quiénes podían con el reto y aún así mantenían vida social.

Phichit era la prueba de que podía ser algo ovidadiso, distraído, con cientos de romances y aún así permanecer entre las mejores calificaciones.

Mila podía tener su mente en las nubes y soñar con trabajar solo un par de años con artistas famosos y luego casarse con un mega millonario hombre que le cumpliera todos sus caprichos, pero aún así nunca reprobaba ninguna materia.

Yurio siempre estubo entre los mejores aún si no tenía la mejor fama.

Pero ahora había algo que ocupaba su mente, mejor dicho alguien.

No había podido dormir nada, se notaba en su semblante la preocupación.

Llego temprano y espero en la cafetería al dueño de sus desvelos.

Sus amigos pensaban en lo que podía ocurrir, ya que parecía un zombie.

Se logro ver un rayo de luz y una tenue sonrisa cuando el japonés en lugar de ignóralo se sentó a su lado como siempre.

Sus amigos los vieron con extrañeza al verlos tan mal a ambos, pero no comentaron nada ya que ninguno de ellos hablo.

Ni siquiera podían mantenerse la mirada.

Antes de que iniciarán las clases ambos chicos salieron del lugar casi sincronizadamente, se detuvieron en el pasillo en que ambos cambiaban de dirección.

Se miraron por largos minutos sin saber que decir, pues lágrimas amenazaban con escapar de ambos.

El rubio se atrevió a darle una leve caricia a su mejilla, y observo detalladamente sus ojos rojos y esas ojeras, al parecer ambos habían sufrido.

El pelinegro acepto la caricia y junto sus frentes.

Ninguno sabía que decir o que hacer.

Porque nunca antes habían experimentado algo así.

Dolía.

Dolía mucho.

Juntaron sus labios en un suave beso.

No dijeron palbras ambos sabían que había terminado.

Así que cada uno se fue a su salón para iniciar sus clases.

No había tiempo de llorar.

No había tiempo para hablar.

De distraerse más y seguramente reprobarian más de una materia.

Lo mejor era dejar todo así y seguir sus vidas.

Lo mejor era dejar todo así y seguir sus vidas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
No quiero NADAWhere stories live. Discover now