Bodas de Odio

Capítulo 23: Lo peor de nosotros mismos. (+18)

Me concentré tanto en aquello que terminó doliéndome hasta la boca. Tenía la mandíbula tensa. Entre mis labios húmedos se deslizaba su erección, acariciando con la punta mi lengua y colándose lo más profundamente que podía. Añadí mi mano derecha para acariciarlo mientras succionaba y saboreaba la punta. Estaba húmedo y sentía ese sabor salado del sexo.

Levanté la mirada y lo encontré con los ojos fijos en mí y una expresión torturada. Me acarició la frente, me apartó el pelo y susurró:

-Te quiero tanto...

Y yo sentí una punzada en el pecho cuando lo dijo. Lo sentí endurecerse más y palpitar. Se mordió el labio inferior con fuera y tembló contenido.

-Para... para... -pidió.

Pero seguí empleándome a fondo con la succión y el gruñó. Las puntas de sus dedos se crisparon enredadas entre mi pelo y Harry empezó a correrse abundantemente en mi boca. Tragué y por la comisura de mis labios se escaparon unas gotas hacia mi barbilla, que limpié con el dorso de mi mano cuando él la saco.

Sin darme tiempo apenas de reaccionar y sin abrocharse el pantalón, Harry me jaló sobre la cama y estrechándome en sus brazos, me besó, olvidando que hacía un segundo me había llenado la boca de su semen.

Todo nos sabía, ahora a los dos, a sexo.

Harry me giró sobre la cama de modo que yo le diera la espalda y sin que yo me opusiera metió la mano derecha por dentro de mis pantalones vaqueros. Desabrochó los botones con la otra mano y empezó a frotarme mis partes más sensibles de manera encendida y continúa. Me revolví, gemí y temblé sintiendo cómo sus dedos resbalaban entre mis labios vaginales totalmente empapados. Al final me corrí dejando mi cuerpo a merced de los espasmos y apoyándome en su pecho. No creo que las piernas me sirvieran entonces.

-Nena... - me susurró al oído.

Por un momento solo hubo silencio. Ni siquiera podía pensar, solo sentía... sentía un hormiguero en la piernas, el corazón latiéndome en el pecho desesperado y necesidad. Necesidad de Harry.

Cuando pude pensar, esa necesidad se convirtió en el centro de mis preocupaciones porque era algo que no me podía permitir. Si me dejaba llevar por eso nunca daría sentido a la decisión de marcharme de allí y abandonarlo.

-¿No vas a decir nada? - preguntó después de un rato.

-Lo siento, Harry, lo siento por ti - respondí, la necesidad se iba, la culpa y enojo volvían - Pero tú a fuerza quisiste comprar a una mujer que en cuerpo y alma es de otro hombre... Buenas noches, mi amor...

Le di totalmente la espalda y me abracé fuertemente a mí misma hasta que me quedé dormida.

Cuando desperté a la mañana siguiente estaba sola en la habitación, me cubrí con una sábana y corrí a la ducha, donde deje que mis lágrimas se confundieran con las gotas de la ducha, tenía una terrible sensación de culpa, culpa por haber vuelto a tener intimidad con Harry y culpa porque había una parte de mí que no se arrepentía de nada... Terminé de ducharme y me decidí a a salir del arresto domiciliario que yo misma me había impuesto, me encontré con Lou en cuanto puse un pie fuera de la habitación.

-Hola Sra. De Styles - me saludó muy sonriente.

-Hola Lou, buen día - respondí de no muy buena manera - ¿Sabes dónde está... aamm... mi marido?

-Está en una videoconferencia con el resto de los chicos y la disquera, ultimando detalles para el primer show...

-Oh, ya veo... - respondí - ¿Tardará mucho?

-No creo - contestó - Generalmente duran un poco menos de una hora, pero ya conoces a los chicos... Con ellos nunca se sabe... ¿Quieres esperarlo para desayunar?