— Hermanita —chilla Nate, acercándose al auto de West en cuanto me ve bajar. Su séquito viene tras él, eso incluye a Nomar a quien ignoro.
Pasa su brazo por encima de mis hombros y me da un abrazo fraternal.
— Me asfixias —me quejo, divertida.
— ¿Cómo sigues? Mamá dijo que estabas enferma —pregunta, interesado. Me quita el bolso de las manos y lo guinda en su hombro para luego volver a asfixiarme.
— Mucho mejor.
— Pensé que morirías con eso —bromea, dándome un besito en la cabeza.
— Pues no, no te libraras de mí fácilmente.
— Como dicen por ahí: hierba mala nunca muere —agrega West, a lo que yo le muestro el dedo medio mientras le saco la lengua.
Él rueda los ojos y comienza a caminar hacia la entrada.
— Vamos —nos llama, alejándose poco a poco de nosotros.
Nathan y yo nos miramos, nos reímos y vamos tras él. Mis ojos se desvían a Nomar, el cual se encuentra hablando con uno de sus compañeros de fútbol sin prestarme la más mínima atención, lo sigo ignorando y continúo el camino con mi hermano.
Pasamos por los pasillos abarrotados de estudiantes esperando entrar a su primera clase. En el trayecto a mi aula de clases, el timbre hace su molesto sonido.
— ¡Y una mierda con ese maldito aparato! —chilla West, tapándose los oídos. Sí, odia el sonido de la campana.
— No seas grosero —lo reprendo, mientras le doy un golpecito en el hombro.
— Juro que un día traeré un bate y golpearé tanto esa cosa hasta dañarla.
— Ya cálmate, hombre —pide Nathan mientras nos detenemos frente a mi aula de clases. Aún siguen entrando pocos alumnos—. Parada para Natalie Blake.
Sonrío mientras tomo mi mochila. Estoy lista para enfrentar a Rachell.
— ¿Quedamos para almorzar? —pregunta mi hermano, pasándose la mano por el cabello. Está robándole pequeños suspiros a un par de chicas detrás de él.
Asiento.
— ¿Los veo en la cafetería?
West asiente mientras le pasa un brazo por los hombros a Nate.
— Ya sabes dónde encontrarnos, Dora —me guiña, jalando a Nate para que comience a caminar.
— Adiós, hermana —grita Nate sin mirarme y siendo arrastrado por West hacia su salón.
Tomo un suspiro, llenándome de fuerza y paciencia. Será una larga conversación.
Entro al salón y me encuentro inmediatamente con las chicas en el típico lugar en el cual solemos sentarnos. Mi puesto está vacío.
María es la primera en enfocarme, me sonríe y me hace un par de señas para que me acerque. Las chicas alzan la mirada y me encuentran. Mi pulso se acelera y dudo en caminar hacia ellas. Al final mis pies me dominan y comienzo a acercarme.
— Hola...—
— ¡Oh, Nat! Estábamos preocupadas por ti —María es la primera en ponerse de pie y rodearme con una abrazo el cual correspondo.
— Estoy bien —mascullo, tomando asiento.
— ¿Qué tenías? Pensamos en ir a visitarte pero no queríamos molestar —esta vez es Nairobi quien habla. Me sonríe, cariñosa, yo hago lo mismo. Las extrañé.
BINABASA MO ANG
Estrella Fugaz © [Completa ✔]
Teen FictionEstoy sentada en la cafetería junto a Rachell y María quienes hablan de lo deliciosa y apetitosa que está la hamburguesa que sirvieron en el almuerzo de hoy, intentan incluirme en la conversación pero me es imposible prestarles atención, no puedo de...
Capítulo 38: Atrevete.
Magsimula sa umpisa