FIRE (불타오르네). "Suga"

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Estoy fuera de control, como un loco. Todo es un desastre, vivo como un beep

***

Moví mis dedos al ritmo de la canción que escuchaba en mis audífonos, mientras miraba como el taxista se adentraba a una zona que conocía muy bien. Ritmo, vibra y color caracterizaban a Shibuya, pero lamentablemente, no me dirigía a ningún local de allí, solo podía ver desde la ventanilla a mi lado como muchas personas caminaban por el vibrante lugar.

Mi teléfono vibro, y volteé mis ojos con fastidio, no conteste, mis ánimos para lidiar con personas que lo único que hacían eran replantearme si debía seguir trabajando o no eran mínimos, para no decir que eran inexistentes. Pegué mi frente a la fría ventanilla, recordando que había traído todas las cosas y que no había dejado ni una; el cansancio podía hacer que olvidara cualquier cosa cuando no debía, sin embargo, y esperaba que fuera así, esta vez no ocurria eso.

Estornudé, y sacudí mi cabeza aceleradamente para así evitar quedarme dormida en la ventanilla del taxi. Pronto llegaría al lugar que me habían dicho, por lo tanto, no tenía tiempo para descansar un poco, lo haría cuando estuviera en el sitio; me habían prometido que todo sería tranquilo. Una fiesta en martes era algo que no se le pasaría a cualquiera con horario de oficina por la cabeza, pero aquí estaba, rumbo hacia un lugar que no conocía; por lo que podía pensar que iba rumbo a un restaurante.

El taxista giro el auto en una esquina y nos adentramos a una zona residencial demasiado tranquila, para luego parar unos minutos después al frente de una pequeña calle que tenía al fondo un cartel iluminando con el nombre de un local. Le pagué al taxista, y salí del auto. Arreglé mi ropa y caminé a paso apresurado en dirección hacia el local al fondo de la calle; el frió estaba siendo terrible y eso que estábamos ya a principios de marzo.

Abrí la puerta del local, adentrándome en él para no tener que lidiar ni un segundo más con el frió que había. En ese momento me di cuenta de que no me encontraba precisamente en un restaurante. Me quede de pie mirando de un lado a otro el lugar. Todo estaba bien ordenado y era elegante, a pesar de que lo único que había frente a mí era una recepción que estaba siendo atendida por un chico elegantemente vestido.

Me acerque hacia donde estaba el chico y tome uno de los tantos folletos bien ordenados en el gran recibidor de mármol blanco. Instantáneamente, supe que no estaba en un restaurante sino en un lugar de karaoke, extremadamente caro, casi rosando lo absurdo. Suspiré pesadamente dejando el folleto donde estaba, y me di cuenta de que el chico no dejaba de verme de forma expectante.

—Buenas noches, mi grupo tiene reservado un lugar aquí, mi nombre es _______— repetí al pie de la letra las palabras que me habían dicho que dijera, se suponía que debía de estar entre los nombres de la reservación. Ahora me estaba preguntando, de cuanto seria mi parte a pagar en este lugar. Había sido un error dejar que Taehyung y Hoseok escogieran el lugar.

—Si aquí esta su nombre, necesito su identificación y el comprobante de la reservación— el chico hablo mirándome de forma despectiva a través de sus lentes rectangulares de pasta. Levanté mis cejas y me le quedé viendo sin poder creer que ya de plano me estuviera juzgando. ¿A este que le pasaba?

No le di importancia a eso, y dejé las cosas que tenía en una de mis manos para sacar mi identificación y mi teléfono, donde tenía el comprobante, de mi bolsa. Le entregue las cosas al chicos, y este las tomo, revisando, por un largo tiempo, si todo estaba en orden. ¿De verdad era necesario que pasara por un protocolo como este por cómo me veía? Si amigo, parezco una oficinista de Tokio, pero eso no quiere decir que tampoco pueda costearme un lugar como este, pensé.

BTS ImaginasWhere stories live. Discover now