Te casaste con la GORDA! (Regresa!!)

Capitulo 17

—¡Ya llegué!— Mis padres, Heivy y yo, estábamos sentados en la sala de estar, mirando las noticias, cuando llego Lilith.

Habian pasado cinco días, ¡Cinco días! Y en ninguno de ellos había tenido la decencia de llamarme o mandarme un mísero mensaje.

La primera en correr a su encuentro, fue Heivy, luego mis padres y al final, me acerque yo.

—¡Amiga mía! ¡Te extrañe muchísimo!— le dijo Heivy, al tiempo que la abrazaba. Lilith soltó un quejido y se alejo de su amiga.

María le ayudo a quitarse el abrigo y descubrimos que tenia el brazo derecho dentro de un cabestrillo hecho con un pañuelo de seda rosa. Mi madre se acerco para preguntarle que le había ocurrido, a lo que ella solo respondió que había tenido un pequeño accidente:

—Me resbale y termine cayendo sobre mi lado derecho. Gracias a Dios, tengo carne en los huesos, de otra manera, hubiera terminado con la cadera rota—

—¿Te rompiste el brazo?— preguntó mi padre.

—No, señor. Solo me lastime el codo... me duele al moverlo por eso me lo inmovilice colgándomelo del cuello— respondió Lilith, sin dignarse a mirarme.

Jaime y Lupita, entraron con bolsas de compras y las fueron a dejar a la parte de arriba, me imagine que a nuestra habitación.

—¿Pudiste resolver tus problemas familiares?— inquirió mi madre.

—Espero que si— contesto Lilith— Al menos eso trate... No quiero ser grosera, pero, ¿podríamos hablar de esto mañana? El camino ha sido muy largo y tengo unas tremendas ganas de dormir—

—Ya escuchaste a tu mujer— dijo mi padre, haciendo un gesto con la mano, para que me fuera con ella.

Después de despedirse de los presentes, Lilith se acerco a mi, me dio un rápido beso en los labios y camino hacia la escalera. Me despedí también, y me fui detrás de ella.

—Podrías ayudarme con el cierre de mi vestido, por favor— me dijo Lilith, una vez que estuvimos en la habitación. Me acerque a ella e hice lo que me pido.

Con cuidado se quito el pañuelo y abrí muchísimo los ojos al ver que tenia un gran moretón que le cubría la mayor parte del brazo, el codo era casi negro, realmente se había dado un buen golpe.

—¿Me dirás que fue lo que te paso realmente?— le pregunte serio.

—Ya les dije, me resbale— se dio la vuelta, dirigiéndose al cuarto de baño—Voy a tomar una ducha y luego dormiré, mañana me puedes hacer todas la preguntas que quieras y me puedes regañar todo lo que te apetezca...estoy segura que estas ansioso por hacerlo— dijo eso ultimo mas para si misma que para mi.

En lo que mi indómita mujer se daba una ducha, arregle la cama y me atreví a escogerle un camisón para que se vistiera. Estaba furiosa con ella, pero, me preocupa saber que algo malo le había pasado, por mas torpe que seas, no te haces semejante daño por una caída.

Media hora después, salió Lilith, envuelta en una esponjosa bata de baño. Me agradeció lo que había elegido y se dispuso a vestirse, se sentó a los pies de la cama y con rapidez se coloco el camisón.

—¿Apagas las luces? Por favor— no se giró al hablarme, seguía sentada en su lugar.

Nuevamente hice lo que la señora me pido. La habitación solo se veía iluminada por las luces que se colaban por las ventanas, la cual se desapareció con ella cerro las pesadas cortinas que rodeaban la cama.

—Hasta mañana— fue lo ultimo que dijo, antes de envolverse en e edredón y quedarse profundamente dormida.

No pude evitar darle un beso en la frente, me había hecho mucha falta esta semana, me sentía como león enjaulado, sin saber donde estaría o que estaba haciendo. Saber que se había ido con su "noviecito", me había desesperado aun más. Cinco días soportando a la loca de su amiga, acosándome a todo segundo para que me acostara con ella. Cinco días aguantando a mis padres y sus preguntas que no podía responder. No se nada de esta mujer y aun así extrañaba sus gestos, su risa infantil, la manera en la que comía con las manos pero si veía a mi padres, cambiaba a su modo sofisticado... tengo que hacer que confié en mi, que se interese por nuestra relación, cueste lo que me cueste.