Capitulo 12

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El calor del sol tocando mi rostro fue lo que me despertó de mi sueño. Seguíamos recostados cada uno en su camastro, lo que me hizo pensar que nada de lo que paso era real. Me estire y me puse de pie, recargándome en la barandilla de la terraza.

Se veía que el día iba a ser totalmente soleado, todo lo contrario de la noche anterior.

Me di la vuelta para contemplar lo serena y tranquila que lucia Lilith, dormida parecía tan calmada y feliz.

—Esposa mía, despierta— le acaricie la mejilla suavemente. Se retorció un poco, se froto los ojos y finalmente se sentó.

—¿Qué hora es?— dijo arrastrando las palabras

—No tengo idea, pero ya amaneció. Vamos a arreglarnos para desayunar ¿te parece?— poco a poco abrió los ojos para que la luz no la cegara. Asintió y se levanto, pasó a mi lado y se fue directa a la ducha. La seguí pero no me metí a baño con ella, ya me había pasado una vez que por no ser invitado me llevara una gritadera.

—¿No vienes?— me grito asomándose por la ventanita que daba a la cama donde estaba sentado.

—¿Segura que me quieres ahí?— le pregunte acercándome a donde ella se asomaba

—Si no te quisiera, no te preguntaría— me dedico una sonrisa

Sin dudarlo corrí a donde me había invitado, me desnude y entre a la bañera doble. Cuando me di la vuelta para abrir mi respectiva regadera, Lili me toco la espalda.

—¿Te duele?— me pasaba la mano por los rasguños que me había hecho mientras follábamos en el jacuzzi.

—No...me han hecho cosas peores— me mordí la lengua, pensé que el comentario la incomodaría o la haría enfadar.

—¿Eso significa que puedo hacerte cosas peores y no te vas a quejar?— me di la vuelta, tome su cara entre mis manos y le susurre cerca de sus labios:

—Puedes hacerme lo que quieras y no me voy a quejar— ella soltó una carcajada

—Sera mejor que no me tientes, chiquito—

—Hazme lo que quieras, amárrame y azótame...soy todo tuyo— le dije en tono de broma

—Hhmmmm... masoquista, eso me gusta— la forma en la que dijo eso, tan sensual y provocativa, me la puso dura. Tan solo con su voz me había causado semejante reacción.

—Mira lo que provocas con tu palabras— le señale mi erección— vas a tener que hacer algo al respecto— me miro y sonrió maliciosamente.

—Okey, okey, solo porque soy una buena persona te ayudare con eso—

Pasamos un excitante momento en el baño... follando. No me molestaría quedarme en la habitación y follar todo el día pero Lili ya tiene el día planeado.

Eran las tres de la tarde cuando bajamos a comer. El día de hoy si estaba el mesero "Carlitos", nos dio una mesa con vista al mar y se desvivía en halagos hacia mi mujer.

Cínicamente la invito a bailar esta noche, al parecer Lili vio mi enfado y le dio las gracias pero rechazo su invitación. Eso no evito que siguiera guiñándole el ojo y tocándole el brazo.

Terminada la comida, nos fuimos directo al mar. El agua estaba fresca y el día soleado, perfecto para nadar. No puedo negar que Lili es muy divertida, nos salpicábamos agua, corríamos como los "Guardianes de la bahía", me dio un caderazo que me hizo perder el equilibro y caer, haciéndome tomar un gran trago de agua salada, todo entre risas y gritos.

—Vamos a enterrarte bajo la arena— me dijo Lili tomándome de la mano, sacándome del mar.

Una hora le llevo enterrarme y hacerme un cuerpo de sirena con la arena blanca. Me tomo millones de fotos mientras lloraba de la risa, todos a nuestro alrededor trataban de evitar soltar una carcajada  y yo no podía enfadarme, me estaba divirtiendo como lo hacia ella.

Te casaste con la GORDA! (Regresa!!)Where stories live. Discover now