Capitulo 27

4.1K 160 53
                                    

—Hola papi— mi padre soltó un bostezó antes de contestarme:

—¿Tu, despierta antes del medio día? Ahora sí que lo he visto todo— se burló de mí.

—Que grosero eres...— ambos soltamos una risita— Estoy en el aeropuerto de Toluca, acabamos de llegar—

—¿Acabamos? ¿Creí que Heivy se había ido de luna de miel?— tragué con dificultad, seguía sin estar preparada para decirle sobre "mi esposo".

—Amm... Vine a acompañar a Roberto, mi... novio. Tiene un no sé qué, que que se yo, y vamos a estar aquí unas semanas—

—Con que vienes a acompañar a tu novio— dijo después de unos segundos de silencio— Eso es raro en ti—

—Sí, verdad...— miré a Roberto que iba delante de mí, hablando con Karla— ve el lado positivo, te voy a dar guerra durante unos días. Espero que a tu novia, no le moleste— comenté con tono de burla.

—Pues mientras a tu novio no le moleste, a la mía tampoco—

—Tu ganas— sonreí ante nuestros juegos— Te veo para comer, papi—

—Traes las tortillas— solté una carcajada ante sus palabras.

Era una antigua broma entre nosotros, siempre que lo iba a visitar, o cuando salía con mis amigos, me decía que llevara las tortillas. Agarramos de broma esa frase, cuando un día, estaba hablando con él en altavoz, se le ocurrió decirme de las tortillas, y todos mis amigos comenzaron a reírse, y desde ese momento, cada que se acordaba, me decía esa frase.

—Mi papi nos invita a comer... Bueno, yo me auto invite, pero es casi lo mismo. Tu también estas invitada, Karla— dije mientras nos subíamos a la camioneta.

—Gracias, pero yo prefiero ir a checar lo del hospedaje, necesito asegurarme que todo esté en orden— me contestó la asistente.

—¿Cuándo le vamos a decir lo de la boda a tu papá?— levanté las cejas al recordar que teníamos que quietarnos los anillos, me saque los míos y le pedí los suyos a Roberto.

—Corrección, tú le vas a decir a mi papá. Yo solo voy a esperar el "sí" o el "ni madres". Él es un hombre chapado a la antigua, lo que significa—

—Que vas a ser tu quien se arriesgue a recibir un disparo... Pero no te preocupes, ya estas acostumbrado a las balas— Karla terminó mi frase y yo asentí ante lo bien que había resumido las cosas.

—Primero pasamos a dejar a Karla, y después nos vamos con mi papi. No es que me quiera deshacer de ti— dije mirando a la chaparrita mujer— lo que pasa es que Santa Fe queda antes de Naucalpan—

—No te preocupes, yo entiendo— me contestó con una sonrisa.

Santa Fe, era una de las zonas "lujosas" en crecimiento, lo que hacía que sus habitantes compitieran entre ellos para demostrar quién tenía más. Para nuestra fortuna, estábamos acostumbrados a ese tipo de gente, en Monterrey no era muy diferente.

Dejamos a Karla en el hotel Jw Marriott, y nos dirigimos hacia la pequeña casa de mi padre. Eso sí que era pasar de un mundo a otro.

Esa vez, el vigilante de la unidad habitacional, estaba informado de que llegarían visitas, por lo que no me toco coquetear con él para que nos dejara pasar.

Estacionamos frente a la casa de mi padre, toqué el timbre, y trate de no parecer nerviosa.

—¡Hija! Llegaron justo a tiempo— mi padre me recibió con un fuerte abrazo y yo le devolví el gesto.

—Papi, te acuerdas de Roberto, ¿verdad?—

—Es un gusto volver a verlo, señor— ambos hombres se estrecharon la mano y pasamos a la mini casa.

Te casaste con la GORDA! (Regresa!!)Where stories live. Discover now