Mi hermana sonrió. —Jacks...

     —Besó a Puggy Buggy. —soltó las palabras como una sentencia.

     Cerré los ojos y luego miré el techo—Hombre, en serio...

     —Tu la... —mi hermana pestañeó tantas veces que tuve miedo por su vista, luego tartamudeó, y sabía lo que se venía luego de la confusión, era ira y explosión. Me preparé mentalmente. Akku se tensó en su regazo, sacando las garras y quedándose alerta, como si fuera consciente del peligro que era mi hermana—Tú la... ¿Que? ¡Dijiste que ibas a esperarla!

     —Aún lo hago.

     Ella pareció indignada—¿¡Sacando provecho del asunto!?

     —¡Yo no me aproveché de ella!

     Claro que lo había hecho. Podría simplemente haber entrado allí y revisar los expedientes, y el director no podía decir ni un carajo debido a toda la suciedad que yo había limpiado sobre él. Absolutamente el beso jamás fue necesario. Tampoco sentía culpa en lo más mínimo. Lo peor era que más o menos debía sentirla, o al menos algo me decía que debía sentirla. El problema era que no lo hacía.

     Fue hermoso, había revivido en mi mente el beso unas mil veces desde entonces, iba a quedarse en mi memoria hasta que yaciera en una tumba y luego de eso también. Y de hecho, si tuviera la misma oportunidad de alcanzar ese resultado, jodidamente lo haría de nuevo.

    —¡Claro que lo hiciste!—estuve a punto de revivir la escena en mi cabeza nuevamente, si no fuera por los gritos de mi hermana. —¡Pusiste una estúpida excusa y ella no tiene idea! ¡Dijiste que harías las cosas bien!—Jackson comenzó a tensarse junto a mí al ver como mi semblante iba oscureciendo poco a poco, no me gustaban los gritos, ni mucho menos que mi hermana, sobre todo ella, lo hiciera, los estábamos intentando hace mucho, pero nuestra relación siempre era un poco conflictiva.

     —Junghee, solo fue un beso. No te pongas histérica.

     —Sabes perfectamente a lo que me refiero. — Sí, bueno. Digamos que había tenido un leve desliz con Pecas, pero tampoco era como para exagerar. Había sido un desliz que me había dado más años de vida. Junghee respiró hondo, parecía extrañamente afectada y frustrada al respecto, acariciando rápidamente a la pobre Akku. Tensó los labios y me miró a los ojos, como si estuviera preparándose para lo que iba a decir—Si manipulas a quien quieres, significa que no has cambiado en absoluto. —mi estómago se contrajo como si sus palabras se materializan en un puñetazo.

     —Noona...—susurró el castaño, mirándola con preocupación y los ojos bien abiertos.

     Bueno, había sido un golpe bajo y fuerte. En fin, no era como si no pudiera soportarlo. Me puse de pie como si fuera un resorte humano de de golpe—Iré a cambiarme, ya casi es hora de que vaya por Pecas. Pueden irse cuando gusten. —Junghee apartó la vista y miró el paisaje de edificios por las grandes ventanas, aún acariciando a la gata, tenía los ojos brillosos aguantando el llanto. Sintiendo un hueco en medio del pecho, caminé hacia mi habitación metiendo el estómago y comencé a cambiarme de ropa, intentando ignorar de una forma que se me hizo imposible el comentario de mi hermana. No supe en qué momento llegó, sin embargo, cuando me giré, pude ver a Jackson con un hombro apoyado en el marco de la puerta, mirándome con los brazos cruzados.

     Pasaron unos segundos antes de que hablara. —Sabes que solo está preocupada por ti.

     —Lo sé. —mascuillé. Era muy extraño cuando se ponía en modo serio, la mayoría del tiempo estaba lloriqueando o jactándose de su sangre china superior.

『 ɢ ᴀ ɴ ʙ ᴀ ʀ ᴜ  ||  jungkook 』Where stories live. Discover now