Capítulo 28: Cara de culo.

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Asiento con rapidez.

— Estudia en mi instituto y...somos muy cercanos desde hace años...

— No parecía gay —opina mientras hace un mohín.

Pues claro que no parece gay, es todo un promiscuo.

— ¿Por qué el cerdito? —cuestiona, acusadora.

No me cree, debo hacer algo para que me crea.

— Pues, discutimos —pienso en una buena mentira—...porque yo...no quería apoyarlo en su relación con Tom, su nuevo novio, es que no...no me parece lo mejor para él, tú me entiendes ¿no? Y entonces decidió no apoyarme con Mikhail y me molesté, y por eso este peluche, es un peluche de las disculpas...

Frunce el ceño pero asiente.

— Sí, bueno, a veces tenemos que apoyar a nuestros amigos en sus relaciones —me aconseja—. Además, puede que Tom sea un buen chico así como lo es Mikhail, no tienes de qué preocuparte.

Le sonrío y ella me sonríe de vuelta. Me disculpo y subo a cambiarme.

Ya dentro de mi habitación me doy tiempo para respirar.

Mierda.

Bien, cada vez la cago con más y más mentiras. ¿Ahora qué le digo a Mikhail sobre Nomar? ¿Y qué hago si Nomar se llega enterar que lo puse como mi supuesto amigo gay? Las mentiras siempre salen a la luz, así que no sé qué esperar.

Me coloco un pantalón de talle alto color blanco, una camisa de mangas color violeta y mis botas altas color negro. Me guío por el outfist de Aisha, la cual lleva unos pantalones de mezclilla altos, un suéter color gris y botines altos de cuero negro. Supongo que no iremos a un lujosísimo restaurante y que solo iremos a una pizzería local a comer pizza.

Saco mi teléfono y le marco a mamá. Después de un par de timbres, contesta.

— ¿Aló?

¿Aló? ¿Cielo? ¿está todo bien?

Oigo la música anticuada y de jazz al fondo, supongo que está en un bar retro o algo así.

— ¿Vendrás a cenar? —cuestiono, peinandome con los dedos frente al espejo.

Ay, cielo, lo había olvidado —suena arrepentida—. Pero voy para allá.

— No, no importa, te llamé para decirte que saldré a cenar con Mikhail y su prima —le informo saliendo de la habitación.

Ah, bueno, sí es así me quedo otro rato ¿vale?

— Vale, mamá. Que te diviertas —digo mientras bajo las escaleras.

Igual tú, cariño. Me avisas cuando llegues y no llegues muy tarde ¿bien?

— Ok...te amo.

Yo más, mi amor.

Y con eso cuelga la llamada.

Termino de llegar al pie de la escalera y Aisha está aún sentada revisando su teléfono. Creo que es adicta al celular.

Se pone de pie en cuanto me ve.

— Qué lindo outfit—dice mirándome de arriba abajo—. ¿No tomamos una foto para instagram? Ya sabes, como cuñadas.

Le doy una sonrisa de boca cerrada y asiento. Hacemos el gif en instagram y salimos de la casa.

— ¿De quién es el auto? —cierro la casa con llave al salir.

— Matt —responde mientras hace un vídeo corto con un bonito filtro—. Es un presumido y le gusta tener lo mejor. Ahí lo tienes, nada más y nada menos que un Mercedes Benz.

Estrella Fugaz © [Completa ✔] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora