cancelación II

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Una vez que papá se marchó Pía me seguía hablando de Alonzo.

─Estaba muy furioso hablando por su teléfono. ─ comentaba.  ─ Tuve que poner en pause mi serie y obvio no dejar que me viera.

─¿Lograste escuchar lo que decía?

─Hablaba muy acelerado, lo ultimo que dijo fue algo como " los veo juntos y... " de ahí no escuche más, se metió muy rápido a su carro.

No me había fijado que por los nervios me estaba comiendo las uñas, antes de que llegase papá estaba muy furioso, temí lo peor pero agradecí el que el haya tocado.

─¿Entonces.... No te vas a casar? ─ Preguntaba inquieta.

─No nena, no lo haré.

─Ya que, de seguro encontraras alguien mejor. ─ motivaba.

─No tengo apuro alguno. Ven, vamos acostarnos.



••••

Era bien temprano cuando mi teléfono comenzaba a sonar.

─¿Alo?─ respondi aún soñolienta.

─Me he quedado toda la noche esperando noticias tuyas. ─ exclamaba Esperanza.─ ¿Cómo lo ha tomado Alonzo?

Tallando un ojo me desperezaba.─No lo tomó bien, se fue molesto, no continuamos hablando porque llegó papá.

─¿Continuarán hoy la conversación?

─No lo sé, no quisiera tocar más ese tema, ayer tuvo una actitud que no me gustó. 

─Rayos... Y ¿Manuel ya sabe? ─ había ironía en su pregunta

─No Esperanza, no he hablado con el. ─ vire mis ojos

─Se que te molesta pero no puedo cambiar mi sentimiento por el de la noche a la mañana, así como hiciste tu.

─No te lo estoy pidiendo. ─Nuevamente me estaba haciendo molestar. ─ Tengo cosas que hacer, hablamos luego.

Después de finalizar la llamada me levanté para hacer mis deberes matutinos, Pía aún descansaba.

Dirigiéndome hacer el desayuno miré en mi mesa que aún seguía allí el vestido de novia, hoy lo iba a devolver.

Ya Bien preparando el desayuno Pía se levantaba.

─Oye... Marina quiere verte hoy.

Aquello me hizo acelerar un poco el pulso. ─¿Ah?

─Estaba utilizando tu teléfono cuando Marina te escribió eso. ─ al ella entregarme el celular, en efecto así era, Manuel me quería ver. ─¿Quién es Marina?

─Eh... Ella es, una amiga. Ven, desayuna. Tengo cosas que hacer, te dejaré en casa de papá.

─De acuerdo.

Me fui a la habitación en cuanto Manuel me llamaba.

─Por un momento pensé que no contestarias.─ dijo.

─Casi no lo hago. ─sonreí.

─¿Casi? Bien, voy por buen camino entonces. ─ celebraba.

─No cantes victoria antes de tiempo.

─¿Te dejarán escaparte un rato para vernos?

─Me haces sentir como una adolescente, pero no. No necesito permiso y en realidad tampoco tengo tiempo. Tengo.... algunas cosas que hacer.

─Puedo acompañarte. ─ofreció.

─No, gracias. Lo puedo hacer sola.

─Sabes que de igual forma me apareceré en donde estés.

─¿Me espías acaso?

─No, pero eres predecible. Estoy seguro que irás a recoger tu vestido de novia. ─ eso me hizo guardar silencio. ─ por tu silencio intuyo que estoy en lo correcto.

Di un gran suspiro para decirle.─ En realidad, voy a devolver el vestido.

─¿No te ha gustado?

─No me voy a casar Manuel.

Después de un rato respondió, sabía que estaba contento─Buena decisión, muy buena decision.

─¿No me vas a preguntar el porque de mi cambio de planes?

─Tal vez en persona te pregunte los detalles pero ahora, me conformo con esa excelente decisión.

─De acuerdo, debo colgar. Hablamos luego.

••••

En cuanto llegué con el paquete a la tienda la encargada preguntó muchas veces si estaba segura de devolverlo, decidida le había dicho que si, aunque su expresión no fue algo que esperaba terminó aceptando.

─El dinero mandelo a está persona.─ Di un papel con los detalles de Alonzo para el reembolso.

─No hay problema. Que tenga buen día.

Seguramente era una de las pocas personas que devolvía un vestido de novia y eso explicaba su actitud tan tosca, sin embargo no le di importancia, salí del lugar y fui directo a beberme un batido de frutas ubicado en la galería del centro comercial.

─¿Acaso me estás siguiendo? ─ Preguntaba Manuel parado frente a mi, sonreía.

─Acosador. ─ respondí, dándole un sorbo a mi bebida.

─Hay muchos en la calle, así que le voy hacer compañía.

─Puedo cuidarme sola. ─ sonreí.

─Se que si, no está demás acompañarte. No insistas, no me iré.─ me dio un guiño para luego sentarse a mi lado.

Empezamos a platicar, jamás llegó a tocar el tema de la boda y eso me hacía sentir tranquila, no quería dar detalles.

Ya estaba oscuriendo y debía volver a casa.

─Te sigo hasta tu casa. ─ Me propuso.

─No te preocupes.

─Deja de decirme eso, te seguiré en mi coche.

─Bienn..

El camino no fue largo, al llegar a mi departamento y guardar mi coche el seguía esperándome en la entrada.

─Listo, gracias por acompañarme.

Agarrando mi mano no dejaba de sonreírme. ─ Mañana voy a salir por unas horas de la ciudad, si no tienes planes me gustaría que me acompañaras.

─No es una mala idea. ─pensé.─ déjame pensarlo está noche y te llamo en la mañana.

─¿Seguro?

─Tal vez. ─sonreí.

─Bien, me conformo con eso. Descansa.─ se despidió dándome un beso en la mejilla

Lo vi irse, un frío de repente me causó escalofríos por lo que me apresuré a entrar a casa.

Al entrar la casa estaba en total silencio, así iba hacer de ahora en adelante y me gustaba.

Cerré mi puerta y al dirigirme a la cocina me asusté.

─Te estaba esperando. ─recostado en la mesa se hallaba con su celular en la mano.

─Alonzo... ─ un frío atravesaba mi espina dorsal, entre en pánico de inmediato.

Sus pasos fueron más rápidos que los míos y sin mucho que decir me agarró por los hombros para arrojarme sin nada de delicadeza al piso.

R E L I G I O S A.Where stories live. Discover now