Decisión

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Manuel: La he visto. Tengo fe en que mejorará. Nos vemos pronto bro. Cuídala.

Eran las 6 de la mañana cuando Gustavo había leído el mensaje.

La Doctora los había despertado con una buena noticia, Aurora había logrado reaccionar.

Madre y padre esperaban la orden para poder entrar a verla.

—Antes que entren. — indicaba la doctora.— Debo recordar que despertar después de unos días debe traerle algunas lagunas mentales, así que pido por favor no la sofoquen. — dándole una mirada al expediente devolvía la vista a la familia. — Dentro de unos momentos pasaran, cinco minutos es lo que pueden durar. Es lo máximo que puedo darles, la paciente necesita descansar. Ya luego extenderemos los minutos de visita, dependiendo de su estado. Ahora, con su permiso, me retiro a Cuidados intensivos. — después de todos darle un sonoro gracias se marchó.

—Muy bien, nosotros entraremos.— comentaba Belen a los chicos— después podrán ir a verla ustedes. — ellos asintieron y posteriormente se encaminaron a la habitación.

—Oh mi niña... — murmuraba Belen intentando no llorar. — Gracias a Dios estás bien.— acercándose acariciaba su mejilla y cabello.

—La vas a despertar... — dijo Sebastián.— déjala tranquila

—Es solo que...

—Entiendo. — apresuraba a decir.— Pero no podemos sofocarla Belen.

—Si, si. Disculpa... Ya quiero que esté en casa

—Ella se irá conmigo. — apuntaba

—Sebastián, soy su madre debe estar conm...

—Por estar contigo pasó lo que pasó.

—Si pero...

En cuanto Aurora se removía Sebastián la chistó.— no es momento para hablar de esto. Aurora nos está escuchando y no le hará bien.

—Bien. Entonces finiquitemos esto de una vez por todas.

En cuanto salieron de la habitación Sebastián con un gesto le indicaba a los chicos que podían entrar, Gustavo y Esperanza intercambiaron miradas sin comprender que les había pasado.

Al entrar a la habitación el silencio los recibió.

Aurora aún seguía plácidamente dormida.

—¿Crees que si le digo algo me escuche? — preguntaba

—Estoy seguro que si amor. Inténtalo.

Tragando saliva se iba acercando a su lado.— me siento extraña... — decía con nervios, Gustavo le sonreía. — es en serio. Ha pasado mucho que no hablamos, quizás el escuchar mi voz no le agrade por cómo terminamos.

—Tranquila, a lo mejor no te recuerda... — bromeaba

—¡Gran ayuda Gustavito, eres el mejor! — decía con sarcasmo, ambos se echaron a reír. — Bueno, bueno... Yo... — quería empezar hablar, Gustavo tapando su boca suprimía una sonrisa, eran pocas las veces que observaba que Esperanza se pusiera nerviosa con alguna situación, siempre demostraba lo contrario. —Arg, no te burles, lo haces difícil. ¿Es difícil no? Ósea, nunca lo he echo porque... — había cesado sus palabras cuando Aurora tomaba su mano.

R E L I G I O S A.Where stories live. Discover now