R E L I G I O S A.

Persuasión.

Ya preparándose para ir a la universidad Aurora con poco animo se arreglaba, miraba su closet y empezaba a disgustarle los atuendos que en el estaban, no sabia que usar. Revisaba varias veces su ropa tratando de encontrar algo que le agradara, el jean que María le había dado llamó su atención, pero sabía perfectamente que si los usaba inmediatamente su madre le pediría que se lo quitara.

Agarro el mismo vestuario de siempre, mientras peinaba su cabello para recogerlo en una coleta se miró como se le veía suelto, se observaba y no lucia mal, eran pocas las veces que dejaba suelta su melena, lo peino hacia atrás dejándoselo así, se sentía bonita y se sonrió en el espejo, cogió su bolso y salió.

—Buenos días madre, nos vemos en la tarde – quiso despedirse rápido pero su madre la detuvo

—¿Se te ha caído la coleta?

—No, ¿por qué?

—Entonces no entiendo porque llevas el cabello suelto, es desagradable caminar con el cabello dándote en la cara, ocultando tu rostro en el

—No madre... — tímida hablaba — no me incomoda

Se levanto del sillón, quitó su coleta de la muñeca y postrándose detrás de ella recogió su cabello.

Aurora con sus ojos cerrados solo se limitaba a respirar mientras sentía como Belén apretaba su cabello intentando levantar la cola de caballo, Belen la manejaba a su antojo, ella no podía replicarle o hacer lo que quisiera sin antes tener su aprobación. Hablándole por el hombro le dijo — Ahora sí, estás preciosa. Nos vemos en la tarde, cuídate. — depósito un beso en su mejilla y así sin más se marchó.

***

En cuanto llegó al Instituto buscaba con la mirada a María pero no había señales de ella, sin percatarse había tropezado con Esperanza.

—Discúlpame, he venido distraída.

—Tranquila... — con el entrecejo fruncido le detalló el rostro — ¿Qué te pasó? Cualquiera diría que tuviste una pelea. — sonó burla pero en cuanto vio la expresión neutra y avergonzada de Aurora se puso seria.— ¿Quién te ha hecho eso?

—No tiene caso... — respondió encogiéndose de hombros.

—No, no, no... — la tomo de la mano dirigiéndose a una banca para tener privacidad — Cuéntame. Acaso fue... ¿Tu padre?

Mirándola como si le hubiese salido un tercer ojo respondió — No, Por Dios. Yo no tengo padre, ósea si tengo, pero nos abandonó cuando... No fue el.

—Tú madre entonces...

—No, nada de eso... Fueron unas chicas que ni conozco.

— A ver, explícate Aurora

Soltó un bufido— Estaba ayer en la feria que está en el Parque Central y mientras miraba las cosas que vendían unas chicas empezaron a burlarse de mí. — mirándose de arriba abajo vio a Esperanza — por mi aspecto y por lo que estoy dedicada hacer, caminé en dirección contraria a ellas y me siguieron, luego me empujaron y de ahí nos agarramos, tuve que defenderme... – cuando por su mente pasó Manuel una pequeña sonrisa se dibujó pero la trato de ocultar — de no ser por un amigo, bueno...

—Increíble, esas hijas de putas... – con una expresión de sorpresa Aurora la miró — Disculpame, pero es que... Bueno y te defendiste. — asintió con la cabeza — Y... ¿Ese amigo quién es? – preguntó con voz picarona — porque no creas que no vi esa sonrisa que trataste de esconder