Capítulo 19

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I

Otra vez en la entrada del hotel, caí en cuenta de que no tenía otra opción más que perderme por el otro pasillo, el que estaba contrario a mi posición actual. Pero tampoco era que fuera una buena idea ir a ciegas, mas no tenía cartas bajo la manga a mi favor.

Sin ganas de perder el tiempo, me dirigí hacia la zona y atravesé el umbral, el cual estaba constituido por una especie de arco de madera antigua. Pareciera que era una especie de decoración, pero las viejas marcas a los costados me indicaban que había algo extraño sobre este lugar, una historia que desconocía, pero que parecía acechar en la oscuridad, dispuesto a lanzarse hacia mi cuello desprotegido. Debería tener cuidado, especialmente al estar tan a profundidad en el pueblo. Por algo los humanos no estaban en ese sitio y se refugiaban en otras zonas como el hospital.

Frente a mí, se abría un pasillo con diversas puertas a ambos lados. Había un par con números, pero el resto carecía de ellos. Sin saber exactamente a dónde me dirigía, abrí la puerta más cercana, la que se encontraba a mi izquierda. Dentro, me encontré con un armario de conserjería con diversos implementos de limpieza y un par de cañerías oxidadas, además de un mapa de mantenimiento. Tomé la cañería y el mapa, agradecido de por fin encontrar algo que pudiera utilizar.

Seguí con las puertas que continuaban a aquella, pero la mayoría estaba cerrada o con la manilla demasiado gastada como para que pudiera ceder. La primera en la que logré ingresar tenía un gastado número "103" en la parte de arriba. Era una habitación de hotel como cualquiera, pero todo parecía haber sido atacada por la humedad de la niebla. Nada parecía servir y, lo que sí, había sido roto o estaba en un estado demasiado deteriorado. Busqué en el armario, cajones y en el baño, pero nada.

En la siguiente habitación disponible, la que contaba con un "105", me encontré con otra masa en descomposición sobre la cama, junto a una pistola inutilizable. Todo allí apuntaba a que había ocurrido hace muchos años, pero algo no terminaba de cuadrarme. Tampoco era una sorpresa, siendo que no terminaba de entender como funcionaba todo ese lugar. Desde los muertos hasta los vivos, desde los lugares hasta los objetos, nada funcionaba de acuerdo con leyes prescritas. Parecía como si fuera algo de azar y eso lograba ponerme de mal humor y en estado de alerta a partes iguales.

Hice el amago de acercarme para luego detenerme. Ese lado monstruoso en mí quería tocar, ver, oler... pero no podía perder más tiempo en ello. Mientras antes encontrara una manera de salir vivo de allí, antes podría terminar con todo aquello.

Mis ojos, inconscientemente, se dirigieron a la punta de mis dedos, los cuales se habían estirado. Me quedé unos segundos contemplando el como esa tonalidad amenazante se había extendido hasta mis nudillos y retrocedí, apartándome de la masa de la cama.

El castigo servía como un recordatorio de lo que estaba en juego, algo que no estaba seguro de querer perder o ganar. La incertidumbre de mis propios deseos era una carga que se comenzaba a tornar insoportable.

Abandoné el lugar con la mano, que afirmaba el tubo, tensa. Hace tiempo que no dejaba salir la ira que burbujeaba bajo mi piel, ya que no era algo difícil de controlar. Tenía que distraer mi mente del monstruo que gruñía junto a mi oído, por lo que abrí el mapa y le di un rápido vistazo.

El hotel contaba con tres pisos, aunque el último era sólo para una habitación en suite, como las que reservaban cuando alguien importante iba de viaje a sus instalaciones. El segundo, era habitaciones comunes y corrientes, dispuestas a ambos lados de un pasillo que iba desde las escaleras que estaban al final de donde yo me encontraba, hasta las de servicio justo por encima de la cocina, las que eran reservadas para el personal. Si llegaba a ellas, lo más seguro es que podría ingresar a la cocina, donde era más probable encontrar baterías para la linterna. ¿El problema? No había señal de que el pasillo tuviera ventanas y la oscuridad podría ser absoluta. Sin pistas de que no habría algo allí, habitando en la oscuridad, esperando a cazar.

Sombras en la NieblaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora