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HARPER

"Tu peor batalla es entre lo que
sabes y lo que sientes."



Me coloqué el pedazo de lencería que había ido a comprar con Addie para salir esta noche. Todavía estaba preguntándome porqué pensé en comprarlo. Pero la verdad fuera dicha..., me quedaba de maravilla, me hacía sentir sexy de una forma diferente, como nunca me había hecho sentir antes.

Era una especie de body de lencería negro que se ceñía a mi cuerpo como una segunda piel, pero sin dejar nada a la vista; abierto por la línea entre mis pechos hasta casi la mitad de mi vientre, combinado con unos ajustados pantalones negros rotos en las rodillas y unos botines de tacón. Me había ondulado el pelo y maquillado un poco.

—Entonces, ¿saldrás con Addie y Dash? —preguntó Nora desde el portátil.

—Aja, ya te había hablado sobre ellos —respondí mientras me ponía de perfil en el espejo, comprobando que estaba en su sitio.

—¿Y estás segura de que Dash es completamente gay? —masculló poniendo esa voz lastimera que siempre me hacía reír. La miré por encima del hombro, aunque estaba ocupada mirando el móvil—. Es una injusticia que todos los tíos que están buenos sean gays, si seguimos así la humanidad se extinguirá —farfulló.

Sí, no había perdido el tiempo en cotillear sus publicaciones y buscar el máximo de información sobre ellos... Así era Nora: siempre quería saberlo todo.

—En realidad..., no todos —canturreé con una nota divertida en la voz.

No, desde luego que no todos eran gays, para nuestra fortuna. Tuve la oportunidad de comprobarlo hacía relativamente poco.

Me di la vuelta y fui hacia el portátil sobre el escritorio, enarcando una ceja inquisitiva cuando los ojos de Nora se abrieron de par en par y me silbó de forma pícara, lo que me hizo reír con nerviosismo.

Se sentó en la cama con las piernas cruzadas.

—¿Quién es esta chica súper buena y dónde está mi mejor amiga? —inquirió fingiendo desconcierto. Después soltó una carcajada—. En serio: estás increíble, ¿desde cuándo te vistes así? —me pinchó.

Me senté en la silla y apoyé la mejilla en la palma de la mano.

—Quizá ya tenga a alguien a quien impresionar —lancé con una mirada sugerente.

Nora me señaló con el índice acusadoramente y me miró como si me hubieran salido dos cabezas antes de soltar un grito de esos de chica fangirl histérica.

—Dime que le has dado una oportunidad a Luke, por favor: ese tío está para comérselo —suplicó con las manos juntas como si estuviera rezando—. Ya me hubiera gustado a mi perder la virginidad con semejante bombón y no con el gilipollas de Vicent —refunfuñó.

—Pero si Vicent era atractivo —repuse con una risa divertida.

—Pero un gilipollas —arguyó Nora poniendo los ojos en blanco.

Todavía no había tenido oportunidad de hablarle sobre Carson, la verdad, no sabía si quería sacarlo a la luz, mucho menos decirle que había tenido... sexo con él. Me mataría por no contárselo, pero ni siquiera yo quería admitirlo para mí misma.

Negué con la cabeza y me mordí el labio inferior con indecisión.

—No..., no estoy con Luke. —Me pasé un mechón de cabello detrás de la oreja ante la expresión de decepción de Nora—. Es un chico de mi clase de Inglés...

—Oh, por Dios, no me digas que te has liado con un friki —me interrumpió con una mueca de horror.

En ese momento fui yo la que me reí con ganas, hasta que la barbilla me temblaba y el estómago me dolía.

TWISTED LIESWhere stories live. Discover now