Capítulo 14: Eso no es suficiente.

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— Nomar...solo vete ¿sí? —pido sin ganas de seguir hablando.

Está creciendo en mí una repentina molestia conmigo misma y solo quiero estar sola.

— ¿Sientes algo por mí?

Yo niego, confundida. Ya no sé lo que siento. Sí, me sigue gustando pero hay algo que me impide dar el .

— ¿Tú sientes algo por mí? —le hago la misma pregunta.

El silencio es su respuesta y me decepciona lo suficiente como para mandarlo a la mierda.

— Tu respuesta es la misma que la mía. Así que lárgate inmediatamente de mi puerta —gruño. La molestia, la decepción y la tristeza comienzan a nublar mi mente.

— Nat...

— ¡Largo! —grito sin importar que alguien en casa se levante.

El nudo en mi garganta crece con cada segundo y mis ojos se humedecen. Me tumbo en la cama y las lágrimas corren solas.

No sé ni porque lloro, solo sé que es lo suficientemente liberador para no detenerlas. Mis ojos se cierran constantemente y no tardo lo suficiente en quedarme dormida.

*****

— ¿Nat? —Rachell me despierta con suavidad.

Me estiro con pereza y la enfoco enfundada en su uniforme.

Me mira, curiosa.

— ¿Estabas llorando? —me pregunta preocupada. Niego con rapidez. Ya imagino mi rostro en este momento.

— No...solo anoche tenía alergia —invento. Ella sabe cómo me pongo con las alergias.

— Ah...ya. Levántate, el desayuno está servido. Mamá preparo tu batido preferido para desayunar —informa, acariciando mi hombro. Ella sabe que ocurre algo, pero agradezco que no pregunte.

Esbozo una sonrisa algo cansada.

— En seguida bajo.

Ella sonríe y asiente para después salir de la habitación.

Me levanto y entro al baño con la toalla, al mirarme en el espejo me doy cuenta de que si me veo realmente fatal. Mis ojos están diminutos por la hinchazón provocada por llorar. Me aseo con lentitud y salgo a vestirme.

Cuando por fin estoy lista, no me preocupo mucho por mi aspecto, la verdad solo llevo mi uniforme, un moño desalineado y ni una gota de maquillaje.

Entro a la cocina la cual desprende un aroma delicioso. La señora Lilia se encuentra sirviendo los huevos en los platos junto a las tostadas y el tocino.

Rachell está sentada mirando su teléfono y Nomar no ha aparecido.

— Buenos días, princesa. ¿Cómo dormiste? —pregunta la señora Lilia atenta.

Me acerco a ella para saludarla y me da un beso en la frente de forma maternal.

— Buenos días, muy bien ¿y ustedes? —pregunto, ayudándola a servir la mesa.

Suspira.

— No pude dormir muy bien, Raúl no durmió en toda la noche con fiebre y tuve que cuidarlo.

Raúl es el padre de Rachell. Asiento, comprendiendo lo que dice.

— De seguro es un virus —comento, sentándome en la mesa lista para desayunar.

— Sí, seguramente es eso —concuerda tomando asiento junto a nosotras—. ¿Dónde está Nomar?

Me tenso de inmediato, agradezco poder disimularlo mientras le unto mantequilla a mi primera tostada.

Estrella Fugaz © [Completa ✔] Where stories live. Discover now