Capítulo 44||

2.1K 212 23
                                    

Aron List


Estaciono frente al viejo y estrecho bar, donde desde las afueras se escuchan músicas rancheras las cuales no son de mi gusto, hay unos diez carros estacionados en el estacionamiento lo que me hace deducir que esta lleno. Es un bar de porquería pero parece estar en sus buenas hoy.

Camino por el pequeño estacionamiento dando pasos lentos pero concisos, con ambas manos dentro de mis bolsillos delanteros, algunos borrachos se tambalean a su auto mientras que otros discuten y pelean entre ellos, no les hago el mínimo caso y los ignoro. En una de las esquinas del bar más oscuras y peligrosas, puedo visualizar el cuerpo de una chica pálida hecho un bolillo, me fijo en su cabello poco común azul y me acerco hasta ella.

—Hey. —La toco con uno de mis pies como sí de un vagabundo se tratase. Levanta su rostro lentamente y puedo ver lo rojo e hinchado que esta. Suspira y sonríe levemente al verme.

—Gracias por venir. —Susurra por lo bajo, se para con ayuda de sus manos. —He tenido graves problemas.

—¿Qué clases de problemas exactamente? —Le pregunto con una de mis cejas alzadas.

—Mi... Ese hombre el cual supuestamente es o era mi padre, intento violarme. — Comienza a sollozar nuevamente. —Yo pude defenderme, le di un golpe en la cabeza y hui. No tengo donde ir ni a quien más acudir, perdona que te allá molestado a ti con esto. Son mis problemas y...y yo soy quien debería resolverlos.

—¿Lo denunciaste? —Pregunto y ella niega. No tengo perjuicios ni mucho menos moral para juzgarlo. Yo he sido un hijo de puta igual que él, aunque es mucho la diferencia cuando se trata de su propia hija. —¿Lo vas hacer o no?

—No me atrevería. Después de todo es mi padre. —Indica con voz temblorosa.

—Esta bien, como digas. Te llevaré a un hotel pero primero debemos ir por tu ropa. —Le digo y ella me mira apenada.

—No tengo como pagar un hotel. Yo he perdido todos mis ahorros por culpa de su vicio. —Me explica.

—No he dicho que lo vas a pagar. —Ruedo mis ojos. —Yo lo haré. —No tengo por que hacerlo, pero después de todo parece ser que no soy tan hijo de puta. Además el dinero no es problema para mí.

—Gracias. —Murmura avergonzada.

—Bien, vamos por tu ropa. —Le digo y empiezo a caminar, su mano toma mi brazo y me detiene.

—No quiero tener que ver a mi padre de nuevo. Me da miedo... —Susurra aterrada. Yo quito lentamente su mano de mi brazo y asiento.

—Puedes esperarme en el auto. —Respondo para tranquilizarla. Ella me mira preocupada.

—No quiero que te haga daño. —Me dice claramente asustada.

—No lo hará. —Le aseguro y empiezo a caminar nuevamente, esta vez con ella siguiendo mis pasos.

Entramos en el auto y en menos de 5 minutos estaciono frente a su casa. La casa es algo pequeña y por sus paredes cuarteadas puedo deducir que es lo bastante antigua. La puerta principal esta abierta por lo que no es un problema para mi entrar, recorro la entrada y en cuanto llego a la sala la cara del bastardo mugriento se hace presente.

—¿Quién es usted? —Pregunta con voz temblorosa.

—Solo vine por la ropa de su hija, viejo asqueroso. —Le espeto con asco, él se acerca hasta mí.

—No vas a llevarte nada de aquí. Sal de mi casa ahora, si no lo haces voy a llamar la policía. —Amenaza y yo me río.

—Adelante llamadla y veremos a quien se llevan, si al infeliz que intento violar a su propia hija o al chico que vino por su ropa. —Le amenazo y este abre los ojos asombrados. —Vamos hazlo. —Vuelvo a incitarle pero este solo se queda inmóvil.

Entro en la primera habitación donde por lo revoltosa y sucia que esta puedo deducir que no es la de ella, entro en la siguiente habitación, donde las cosas están mucho más ordenadas y limpias. Abro el armario y saco toda su ropa y la entro en una pequeña maleta, sus zapatos y demás cosas las entro en un bulto.

Salgo de la habitación y entro nuevamente en la sala, no veo a su padre por ningún lado por lo que camino hasta la salida.

Una vez afuera escucho los gritos de Daisy, visualizo a su padre arrastrándola de el pelo, me acerco rápidamente y le impacto mi puño contra su mandíbula, haciendo que la suelte al instante. Daisy se pone detrás de mi espalda.

—¡Voy acabar contigo maldita perra mal agradecida! —Le grita mientras sujeta su mandíbula rota. —¿Crees que por qué te hayas conseguido un novio, vas a detenerme? Pues te equivocas. —Aparto a Daisy de mi espalda y lo sujeto del cuello. —¡Suéltame desgraciado!

—Te lo advierto bastardo, vuelves a darle problemas a tu hija o atravesarte en mi camino y lo lamentarás. —Le digo sin dejar de estrangularlo. Suelto su garganta lentamente y este empieza a toser con desespero.

—Por favor ya vámonos. —Me pide Daisy y yo solo asiento.

                             ...

Registro el nombre de la chica y pago por varios meses de hospedaje adelantado, una vez todo el papeleo resuelto subimos por el ascensor, entramos en la habitación, deposito sus maletas en la cama y me apresuro a salir.

—Espera. —Me dice y la observo esperando a que hable. Me muestra una botella de vino que toma de la encimera. —Se que es mucho pedir pero... ¿Te tomarías una copa conmigo antes de irte?

—Esta bien, después de todo lo necesito. —Daisy destapa la botella de vino toma dos copas y las llena hasta la mitad.

Tomo la copa y me bebo el contenido de un solo sorbo, la relleno.

—¿Tu has tenido problemas hoy, verdad? —Cuestiona y la miro con una de mis cejas arqueadas. —No es que quiera ser entrometida, solo quiero que puedas desahogarte, que te sientas cómodo conmigo.

—No suelo contarle mis problemas a nadie. —Le aclaro y esta asiente. Me bebo todo el sorbo de la copa y la vuelvo a rellenar.

Siempre he hecho todo lo que mi padre me pide sin peros, desde que tengo memoria he trabajado para él, cada una de las cosas que me da incluyendo la comida no es gratis. Mi madre es modelo, una de esas descerebradas, nunca le hemos importado ni yo ni el hijo de puta de mi padre, ambos se casaron por obligación, todo por negocio y ambición de mis abuelos. Nunca me he negado a hacerle un trabajo a mi padre, no hasta hoy. ¿Por qué mierdas cuándo quiero hacer algo bueno en mi vida él me pide esto? Si hago lo que me dice, perderé lo poco que he construido con Emma, nunca confiará en mí y no querrá estar conmigo jamás.

Uno botella vacía y media después, Daisy esta totalmente ebria mientras que yo estoy prácticamente normal esto de la bebida no me ayuda mucho con mis problemas ni mis pensamientos, el punto es olvidarlo todo por un momento pero con la bebida nunca me ha funcionado por lo que me he llegado a drogar varias veces.

—Eres genial. —Murmura Daisy arrastrando las palabras, mientras se para con su copa de vino en mano, se acerca hasta mí y suspira. —Eres guapo, muy guapo, y buena persona... —Impacta sus labios contra los míos tomándome por sorpresa, los empieza a mover, pero separo su cuerpo del mío antes de que continúe.

—No hagas eso. —Le detengo. Pone ambas manos en su rostro y murmura un "Lo siento" alejándose avergonzada.

Recojo mis llaves de la pequeña mesa, donde se encuentra el vino restante y salgo. Esta vez con dirección a mi casa, no tendría caso ir a la de Emma ahora, su padre esta allá, además son más de 1 de la mañana y debe estar dormida.

Villano || Libro 1 Terminado©Where stories live. Discover now