Capítulo 29||

2.4K 233 30
                                    


Aron List


La furia arde dentro de mis venas, tanto que puedo sentir como se inflan en mi piel, desde que encontré a Emma aquí no ha cesado ni un poco, ya se que soy un capullo y que no soy quien para reclamarle nada, pero el hecho de verla cerca de Lucas hace que la sangre me hierva como el demonio, hace que quiera romper todo a mi alrededor, empezando por la cara de Lucas. Hace minutos que se ha marchado ya, y yo sigo aquí como un idiota parado en medio del pasillo de la casa de Lucas, quien hace unos segundos se marcho con Miria de vuelta a ver la película junto con las amigas de Megan, mientras que ella seguía aquí, viéndome con la cara de un perro rabioso o quizás también me esta hablando, el caso es que yo no escucho nada.

Empecé a caminar con dirección a la sala de cine, donde se encontraban todos viendo la dichosa película bastante entretenidos. Megan seguía pisándome los putos talones, lo cual me cabreaba más, pero decidí dejarlo pasar, tomé mi celular de la silla en la que estaba sentado anteriormente y lo metí dentro de mi chaqueta.

—¿Ya te vas? —Me pregunta Lucas, con suma hipocresía, como si no hubiera pasado nada recientemente.

Ruedo mis ojos. —Eso parece, ¿no?

—Bueno, supongo que adiós. —Me sonríe falsamente y yo vuelvo a rodar mis ojos, gilipolla.

—¿A dónde te vas? ¿Me vas a llevar antes verdad? —Cuestiona Megan por lo que yo no puedo evitar reír ante su descaro.

—No. —Me limité a responder y salí de allí sin más, no quería tener que discutir con ella, no somos una puta pareja, para que me este andando todo el tiempo con jodidos reclamos, por más que se lo dejé en claro, no para, es como si fuera un puto grano en el culo, creo que viene siendo hora de que dejé de follar con ella.

Me monté en mi coche para luego conducir de inmediato, estaba algo cansado y cabreado, una combinación para nada buena, necesitaba beber, lo necesitaba joder. Unos minutos después, me detuve en el primer bar que visualice, era algo pequeño y apestaba a sudor y a borrachos, no podía esperar menos.

—¿Qué desea? ¿Whisky, vodka, cerveza? —Me pregunta el batender una vez que me siento frente a la barra.

—Whisky. —Digo, y este me lo sirve de inmediato.

—¿Problemas en el amor? —Cuestiona luego de una media hora, llevaba alrededor de seis vasos de whisky ¿O quizás eran siete?

—No se que demonios es eso. —Gruño y me bebo todo el trago de un tiro.

—Todos los que vienen a beber aquí los tienen, muy pocos son la excepción. —Vuelve a decir mientras me sirve otro trago.

—Pues al parecer soy parte de la excepción. —Le digo y el ríe levemente.

—Creo que ya ha bebido suficiente, tenemos un límite de bebidas aquí, y usted ya lo ha sobrepasado. Debería llamar a alguien, no creo que pueda conducir así.

—Yo soy quien decide cuando es suficiente. Y que te valga verga si pueda conducir o no. —Exclamo cabreado. Estoy putamente borracho pero aún así puedo conducir. No necesito nadie que finja preocuparse por mí, estoy acostumbrado a que nadie no lo haga, por lo que siempre me ha valido verga, es más me molesta cuando alguien lo hace.

—¿Me presta su celular? —Pregunta claramente ignorando mis palabras.

—¿Para qué? —Le pregunto a pesar de que ya se la respuesta.

—Necesito hacer una llamada, solo será un minuto. —Responde. ¿Me ve la puta cara de idiota? ¿O es que tan borracho cree qué estoy? Por que ni siquiera me siento mareado, es más tengo la sensación de que solo he estado tomando agua.

—¿Me quieres tomar el pelo? Te dije que puedo conducir joder. Es más sírveme otro trago.

—No lo voy hacer, le dije que ya ha sobrepasado el límite.

—Ags, ya te estas poniendo jodidamente pesado, hijo de puta. —Espeto molesto, mientras me levanto. —Esta bien, me largo. —Dejo un pal de billetes sobre la barra y empiezo a caminar directo al estacionamiento.

—¡No! Dejadme en paz, hijos de puta. —Escucho unos gritos desesperados cerca de mi auto por lo que me apresuro el paso hasta llegar, encontrándome con tres putos borrachos intentando abusar de una chica algo joven con el cabello azul.

No puedo evitar recordadme de Emma, de aquel día, aquella vez que también abusé de ella, luego de haberlo hecho me sentí jodidamente culpable, no pude controlar mi ira y mis ganas de follarla, al momento de darme cuenta que era virgen me reprendí y me sentí como la mierda. Soy un hijo de puta y he hecho cosas muchas peores pero que le haya tomado la virginidad a la fuerza me hace encabronarme conmigo mismo hasta los cojones, ese día, aquel día en el que encontré a mi padre en tal acto, juré que nunca iba a ponerle un dedo encima a una mujer. Pero no lo cumplí, abusé de Emma y no me sentí culpable hasta después de hacerlo.

—Ha dicho que la dejen en paz, bola de inútiles. —Exclamé deteniendo sus movimientos, haciendo que centraran toda su atención en mí.

—Será mejor que te alejes hijo de perra. No te metas en esto, te irá mucho mejor si no lo haces. —Escupió uno de ellos, sin dejad de tocar a la chica, mientras que los demás empezaban a acercarse a mí.

—Se-ñor List, no sabía que era usted. Yo- yo lo siento. —Dice uno de los que se acerca, al percatarse de mi rostro se vuelve toda una puta gelatina, supongo que ser el hijo del asesino más grande de la ciudad tiene sus beneficios. Joder, no, no los tiene. —Vámonos chicos. —Grita y los otros hacen caso, y en seguida se echan a huir, no los detengo, aunque si debía darles una paliza y así acabar con toda mi ira.

Los sollozos de la chica me hacen salir de mis pensamientos, por lo que me acerco hasta ella y la ayudo a pararse, esta hecha un bolillo y no deja de temblar pero aún así toma mi mano.

—Gracias, de verdad muchas gracias. —Me dice sin dejar de sollozar.

—No deberías andar por estos lugares sola, siempre está rodeado de borrachos. —Le digo a pesar de que no me importa.

—Lo sé, vivo a dos cuadras. Solo vine por una bebida para mi papá. —Explica y frunzo mi ceño.

—Ya veo tienes un padre adicto, que además te manda por sus bebidas genial. —Comento sin interés y ella parece sentirse incómoda.

—Lo es, golpea a mi madre. Me obliga a trabajar y a comprarle bebidas, sí, es todo un asco. —Responde, dejando los sollozos y lloriqueos de lado.

—Puedes sentirte tranquila, no eres la única que tiene un asco de padre —Le digo. Entro una de mis manos en uno de mis bolsillos delanteros y saco la llave de mi auto. —¿Quieres un empujón? —Le pregunto sin siquiera pensarlo ¿Qué demonios estoy haciendo? Ni si quiera la conozco ¿Por qué coños me he ofrecido a llevarla?

—Te acabo de conocer, no debería. —Me dice tímidamente y yo asiento.

—Bueno. Hasta lu... —Me interrumpe.

—No, quiero decir... Si, si quiero que me acerques a mi casa, por favor. —Vuelve a decir, pero esta vez mirándome a los ojos y es ahí donde caigo en cuenta de lo hermosa que es.

—No me dijiste tu nombre. —Espeto una vez que se monta en el coche.

—Daisy, me llamo Daisy Lorenz ¿y tú? —Me pregunta con algo de entusiasmo.

—Aron. —Me limito a decir, mientras le doy una efusiva mirada y ella parece sonrojarse. Empiezo a conducir luego de que me deja saber su dirección.

Villano || Libro 1 Terminado©Where stories live. Discover now