Villano || Libro 1 Terminado©

Capítulo 25||

Emma Jackson

—No te pases de idiota, claro que no quiero tener sexo, —Expresé mientras retrocedía hacía atrás, consiguiendo así una distancia más apropiada. —Al menos no contigo. —Terminé de decir con una sonrisa irónica acompañando mi rostro.

—Bueno, como quieras. —Escupió de manera tranquila y normal, sorprendiéndome con su actitud y palabras. Que ingenua eres Emma, ¿pensaste qué se iba a enojar o qué?

Abrió la puerta de su coche trasera, y tomó ambas bolsas, y volvió a posar su mirada sobre mí.

—Subamos arriba, y me agradeces acompañándome, a eso me refería. —Espeta, y niego.

—Ya te dije que no tengo hambre. —Le dejo claro, y este me ignora activando el seguro de su auto, apresurándose a dentro.

Imbécil, no sabe recibir un no como respuesta.

Entré al edificio resignada y saludé al señor Juan como de costumbre, quien dejó pasar a Aron sin peros, me apresuro  al ascensor, del cual Aron sostiene la puerta apoyado con sus ojos puestos en mí, entro fijando mi vista en mis manos, y el presiona el número exacto de mi piso.

Abro sumamente incómoda, el espera a que pase, siguiéndome a dentro, deja caer su cuerpo el sofá, y paso a mi habitación, tiro mi bolso a la cama, y exhalo totalmente nerviosa, estoy muy cansada y lo único que necesito y quiero es dormir, no su presencia aquí, por lo que cierro bajo llave, y paso a la ducha, me tomo un efusivo baño, rápido y placentera, me coloco al salir algo de ropa cómoda y holgada, para seguido tirarme a la cama y dormir, queriendo olvidar totalmente su presencia y lo hambrienta que me encuentro, lo cual no creo posible, ya que no tarda en tocar la puerta, lo ignoro, pero continúa insistiendo.

—Abre, se que estás despierta, puedo escuchar tu respiración desde aquí. —Espeta, y coloco mi almohada sobre mi rostro tensa.

—Solo vete, quiero descansar. —Pido, no contesta, escucho como se aleja, y contesta una llamada.

—¿Qué sucede, Megan ? —Contesta en su particular tono frío, y no puedo evitar el levantarme de la cama, pego mi oído contra la puerta, tratando de escuchar lo que claramente no es mi asunto. —Estoy ocupado ahora. —Vuelve a contestar. —En una hora, está bien. —Dice, acabando con la llamada.

Y salgo de la habitación tirando mi cabello hacia atrás.

—¿Qué compraste ? —Inquiero sentándome en el sofá, y él me observa con el ceño fruncido, y se sienta a mi lado, sacando la comida de las bolsas. —¿Hamburguesas? No me gusta el tómate. —Me quejo.

—Lo sacas y ya está. —Espeta con fastidio, y tomo una de las bebidas, encendiendo la pantalla.

—¿Quieres ver una película ? —Ofrezco, y me observa como si estuviese frente a otra. —Ya que estás aquí, no quiero actuar descortés. —Comento encogiéndome de hombros, y se ríe.

—No me digas. Entonces todo el acto de hace poco, fue un tipo de ensayo a alguna obra dramática titulada " La descortesía y la bipolaridad "? —Comenta, y aprieto mis labios. —Porque si es así, en definitiva tienes el papel principal. —Expresa con burla, y lo ignoro buscando algo para ver en la tele.

Coloco una película que promete acción, y vuelvo a fijar mis ojos en él, quien está sacando el tomate de la hamburguesa, voltea y me lo ofrece.

—No te acostumbres. —Advierte, y lo tomo, sintiéndome incómoda con su mirada.

—¿Te quedas o no ? —Estúpidamente insisto, y este niega, derrumbando toda estúpida ilusión.

—Tengo cosas que atender, luego. —Contesta.