Capítulo 9: Una propuesta.

Začít od začátku
                                    

Borro el mensaje, no me gusta cómo suena en mi mente. Pruebo nuevamente.

Hola, soy Nat.
03:30 pm.

Ese me parece más simple, así que con unos leves nervios lo envío.

La respuesta no tarda en llegar, me sorprende la rapidez con la que responde.

Hola, Natalie. No pensé que fueras a escribirme.
03:31 pm.
Mikhail.

Sonrío. Realmente no iba a hacerlo pero bueno, ese es otro tema.

Otro mensaje:

¿Cómo estás? Gracias por preocuparte por mí ayer.
03:31 pm.
Mikhail.

Sonrío mientras escribo.

Bien ¿y tú? ¿Cómo sigue tu muñeca?
03:32 pm.

Lo envío para luego escribir de nuevo.

No te preocupes, en serio me preocupé.
03:32 pm.

Dejo el teléfono sobre la mesa de dormir junto a mi cama mientras termino de desvestirme para ir a tomar una ducha. Quedo en ropa interior y me apresuro a contestar el mensaje que recién acaba de llegar.

Yo estoy bien y me alegro que tú estés igual.

Mi muñeca está bien, ya no me duele, de hecho nunca lo hizo jaja.
03:33 pm.
Mikhail.

Río por lo bajo.

¿Qué harás esta tarde? Te tengo una propuesta. Creo que te conviene.
03:34 pm.
Mikhail.

Mi entrecejo se frunce con confusión y fisgoneo.

Estoy libre. ¿De qué se trata?
03:34 pm.

Me quedo de pie para esperar la respuesta. No dura más de un minuto en llegar.

Preferiría que lo habláramos en persona. ¿Moscafé a las cuatro?
03:35 pm.
Mikhail.

Miro el reloj, faltan veinticinco minutos para esa hora y ese local no queda muy alejado de aquí.

Bien. Nos vemos a esa hora.
03:35 pm.

Envío el mensaje y dejo el teléfono sobre la cama, luego me encamino al baño.

Después de tomar la ducha más rápida de mi vida, me encuentro buscando algo de vestir. Me decido por un pantalón color blanco, una camisa simple de mangas cortas color rosa y unos zapatos a juego. No me maquillo, simplemente me hago una coleta alta descuidada.

Salgo de la habitación con mi teléfono en mano y me pongo en marcha.

Mientras camino me doy cuenta de que mi vecindario no ha cambiado demasiado, un par de locales nuevos, linda grama que se extiende por todo el parque central y muchas personas transitando la tranquila calle.

Moscafé queda a la siguiente cuadra, es un local pintoresco donde se encargan de servir bebidas deliciosas, desde un simple café a una deliciosa malteada. Al cruzar la calle miro el lindo letrero que sobresale del local, mostrando un: bienvenido a moscafé en letra cursiva.

Al entrar al local la campanilla suena. Está a medio llenar, el olor a café y chocolate hace que mi boca se vuelva agua. Miro en busca de mi cita —por así decirlo— y me doy cuenta de que Mikhail está sentado en un reservado. Se encuentra distraído en su teléfono por lo que no se ha dado cuenta de que acabo de llegar.

Camino a paso firme a donde se encuentra, justo cuando estoy a punto de llegar él eleva la mirada.

Unos nervios bastante molestos se instalan en mi estómago. Me sonríe ampliamente, así que yo le doy una sonrisa de boca cerrada.

Lleva puesta una camisa simple de mangas cortas color aceituna, unos jeans algo desgastados y unos zapatos negros. Aun así vestido de lo más común no deja de aparentar qué es un niño rico.

— Hola. Siéntate —ofrece, señalando la silla delante de él.

Hago lo que me pide con cautela.

Después de sentarme lo enfrento, espero a que él hable ya que por eso es que he venido.

— ¿Cómo estás, Nat? —pronuncia mi nombre de manera pícara, o al menos así lo he sentido yo.

Su extraño acento —el cual no había notado— se escucha súper sexy, además que da la leve impresión de ser exótico. ¿De dónde será?

— Yo estoy muy bien, Mikhail ¿y tú? —pregunto para seguir el hilo de la conversación.

— Bien, gracias —responde, alzando el menú con interés—. ¿Te puedo invitar algo? Elige lo que quieras.

Miro el menú sobre la mesa dudosa, luego de un par de segundos lo tomo, es imposible negarse a tomar una malteada si es aquí, son las mejores en toda la ciudad. Elijo una malteada de vainilla, café y chocolate, mientras él solo se decide por un simple batido de moras.

Cuando el mesero desaparece, por fin veo su intensión de querer hablar.

— Te preguntarás porque te he citado.

— De hecho si, es lo único que ronda mi cabeza. Es bastante curioso que un chico al que apenas conoces diga que tiene una propuesta que me puede ser conveniente.

Su mirada derrocha un brillo divertido. Alzo una ceja esperando su respuesta.

— Bien, lo siguiente que te quiero proponer es algo que quizá te convenga, quizá no. Todo depende de cómo lo tomes.

Explica sin despegar sus ojos de los míos. Sus ojos me resultan impresionantes, ese verde mezclado con mototitas color marrón es bastante atractivo. Le hago un par de señas para que continúe.

— Bien, la propuesta consiste en lo siguiente: necesito que te hagas pasar por mi novia durante dos semanas.

Quedo paralizada. ¿En serio acaba de pedirme eso?

Pues creo que sí.

Estrella Fugaz © [Completa ✔] Kde žijí příběhy. Začni objevovat