Dream Clover (Black Clover fanfic) [Hiatus x corrección]

Capítulo 32. Desesperación

A pesar de que era un problema el que Ziya haya caído en un sueño y su animal espiritual haya tomado posesión de ella, algo peor se desató en ese mismo lugar. Del otro lado del templo bajo el agua se infiltró uno de los tres miembros del Ojo de la Noche Blanca en el mismo lugar donde se encontraba Magna y Luck . Su nombre, era Vetto. Una mirada bestial y siniestra había llegado al  lugar, estaba en busca del mismo objeto mágico que los Black Bulls y no iba a tener piedad con quien se interpusiese en su camino.

 Asta pudo haber sentido su ki, se no ser por otros asuntos que tenía que resolver. 

—¿Entonces?— continuó Asta aun en posición de ataque— ¿Me la vas a regresar?

—A un chico como tú, claro que no— el cuerpo de Ziya se posicionó para atacar con su espada y alzó su mirada— la vez que el chico de magia de aire pudo lograrla despertar fue porque no había controlado su cuerpo completamente. Fue pura suerte. Esta vez, estoy lista. 

—¿Hablas de que Yuno ya sabe de esta naturaleza de Ziya?

Ella asintió con una sonrisa burlona. Asta no pudo hacer mas que chasquear sus dientes y apretar más fuerte el mango de su espada. Parecía como si fuese a atacar pero lo que salió de él fue un grito escandaloso de molestia. 

—¡Pero que rabia!— Asta alzó su mirada frustrado— ¿Porqué siempre debe adelantarse a lo que yo quiero hacer? ¡Escúchame bien pavo real o lo que seas! Es la última vez que logras irritarme. Yuno y yo seremos rivales, pero hicimos una promesa de proteger a nuestra princesa. 

Ahora regresando a su manera seria, el joven caballero de ojos verdes la miró con unos ojos bestiales, cual demonio mirando a su presa. 

—Incluso si debemos protegerla de ella misma— Asta se lanzó hacia una Ziya petrificada por esos ojos que la habían hecho tener un terrible recuerdo de fuego y destrucción. Lágrimas salieron de sus ojos mientras veía como se aproximaba ese caballero  y al mismo tiempo veía una figura alta que poseía la misma espada. 

—Litch...— murmuró mientras volvía en sí cuando se percató que Asta se acercó. Bloqueó su ataque de espada con la suya y teniendo sus armas chocando arriba de ellos, sus ojos se conectaron. Mantuvieron esa posición por tres segundos y se volvieron a separar. 

—Deja de alejarme— comentó Asta— si te sigues resistiendo yo seguiré buscando otras maneras de acercarme. 

—¿Porqué... porqué estas tan obsesionado con ella? Solo déjala en paz. La oscuridad que se encuentra dentro de ti la aborrezco. ¡No eres digno!

Asta volvió a lanzarse hacia ella. Estando al aire soltó su espada y se dejó caer hacia Ziya, pero ella reaccionó cortándolo en el abdomen. Él escupió sangre de la herida y parecía que estaba a punto de caer al suelo, sin embargo tomó lo poco que le quedaba de energía y se balanceó hacia ella extendiendo sus brazos para después atraparla en un abrazo. La fuerza de los brazos de Asta era extrema, no lo suficiente para asfixiarla pero sí para mantenerla quieta. 

—¡Suéltame! ¡Suéltala, he dicho!— el espíritu comenzó a dejar salir su mana de luz sacando destellos destructivos. Los tres jinetes que se encontraban ahí comenzaron a temblar de miedo cuando veían que lo que la luz tocaba podía ser desintegrado. 

—El chico sin magia se quiere morir— dijo Earl. 

—Así que esa es la voluntad de un caballero— murmuró Air dejándose caer al suelo. 

Aun manteniendola quieta, Asta cerró sus ojos y apretó un poco más el abrazo, conectando sus latidos con los de ella. Tomó un breve respiro y habló. 

—Por favor... por favor devuélvemela— la voz de Asta se volvió calmada y cálida. Ni un solo grito salió de su garganta— No entiendo a lo que te refieres  con la "oscuridad dentro de mi" pero debes creerme cuando te digo que no dejaré que nada ni nadie le haga daño. Por favor... 

El hombro y la espalda de Ziya comenzó a sentirse mojado por alguna razón. Dentro de la oscuridad de su ser, ella lo pudo escuchar. Miró a su espíritu quien apartó su vista para no admitir su derrota. La princesa le sonrió y se despidió del pavo real. La delicada caricia de una suave mano se sintió en la nuca de Asta. Él se apartó de ella un momento y lleno de lágrimas contempló la mirada conocida de su hermosa princesa. 

—Oh Asta, mira que desastre— sonrió Ziya limpiándole las lágrimas a su caballero de ojos esmeralda.

Un poco más calmado, Asta la tomó de la mano. Teniendo palabras en su garganta para expresarlas con toda sinceridad, tuvo que dejarlas atrás al sentir un temblor fuerte y la voz de Yami se volvió a escuchar.

"Atención Black Bulls, un integrante peligroso se integró en nuestro juego. Por algunas complicaciones no me será posible ayudarles. Así que... Sobrepasen sus límites y no mueran"

"Una cosa más" habló el anciano esta vez "Las reglas del juego han cambiado, el tiempo será ilimitado. El primer equipo en derrotar al integrante del Ojos del Sol de Media Noche ganará el juego y le otorgaré el deseo que anhele, esta vez los tres jinetes y la princesa Ziya podrán participar."

Todos los caballeros quedaron atentos ante tales indicaciones y se dirigieron hacia el punto del templo donde sentían el mana del integrante. En ese lugar se encontraban un miembro del templo, Magna y Luck, pero pesar que eran muy fuertes, no fueron rivales para él, pues Vetto poseía un poder salvaje cual animal. Toda su figura era temible a simple vista y la energía de su mana paralizaba a quien de le acercase, la desesperación y el odio que emanaba era terrible. Ya había derrotado al integrante del templo. Magna y Luck fueron los siguientes al llegar a su límite, a pesar de haber peleado en equipo y fielmente sobrepasando sus habilidades. Pero eso no permitió que Vetto sufriera rasguño alguno. Cuando ambos cayeron al suelo, Asta, Ziya y los demás llegaron. 

—Aparecieron tarde— junto con una risa terminó su frase aquella bestia con deseos de matar— Pude sentir tu llegada, princesa Ziya. He venido por dos cosas en este lugar, ahora solo me hace falta una. Ven conmigo y no heriré a nadie más. 

—¡Bromeas!— respondió Asta— no te la llevarás a ningún lado, desgraciado. No perdonaré por lo que le hiciste a mis compañeros. 

—Pequeño... tú tienes algo que no te pertenece. Haré que pruebes el dolor y caigas en desesperación. 

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Felices fiestas y nos vemos la siguiente semana <3