Capítulo 5. Los nuevos caballeros

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Muchos jóvenes estaban interesados en convertirse en caballeros. La mayoría de los presentes eran hombre. Ziya sentía un gran nudo en el estómago por ver a tanta gente ahí abajo esperando su turno para poder entrar y comenzar el examen.

—Solo tengo que observar. .. solo tengo que observar— se repetía una y otra vez. En su mente pensaba eso y el ver a sus hermanos mostrar sus habilidades.

—¿Nerviosa?— dijo William, quien apareció de repente.

—Un poco— Ziya tiene el hábito de sobar con su pulgar sus cuatro dedos, rodeando conforme a las manecillas del reloj, cuando está nerviosa. Cuando estaba en la capilla con sus hermanos, siempre que iban a ser regañados por una travesura que hicieron o porque ella volvía a desobedecer al padre de no irse mas haya del bosque, comenzaba a frotarlos para relajarse. Ahora que lo recordaba, en la graduación del Grimorio, ella no se sintió tan nerviosa como para aplicar ese habito,  solo que no recordaba el porque. En eso, William la toma de la mano suavemente y ambos se miran a los ojos.

—No temas. Estaré aquí para apoyarte— una extraña y familiar sensación hizo que Ziya se sonrojara y apartara la mirada. William, por otro lado, sonrió y la soltó— Debo irme, yo soy el que debe presentar.

Ziya asintió aun sin levantar la mirada. ¿Qué fue esa extraña sensación? No debió ser algo importante, pensó y se preparó para salir y presentarse ante la multitud como principal testigo del examen. Todos los ojos estaban sobre ella. Habían muchas voces murmurando. Sentía que su respiración se cortaba y sus nervios la dominaban, le tocaba decir algo, no era mucho, solo debía saludar, pero sus labios se sellaron y su garganta se secó. Justo en ese momento Asta habló.

—¡Ziya! ¡Hola! Oye, estoy aquí abajo. ¡Salúdame! Yuno y yo lo logramos, estamos aquí.

Ziya despertó de su lapso y miró hacia abajo, sus ojos se conectaron con los de Asta y una gran sonrisa, capaz de mostrar sus dientes, se dibujó naturalmente. Esa confianza era la que hacia que siguiera adelante.

—Sean todos bienvenidos. Que los mas dignos caballeros sean formados en estas pruebas.

Seguido de eso, Ziya se dirigió a su asiento y respiró al fin.

—Vaya, eso salió natural— dijo Asta sonriendo.

—Así como tu voz— dijo Yuno apartándose de él.

—Oye Yuno, presentaron a Ziya como la hija del mago emperador. Es increíble que él la haya adoptado. Me pregunto porqué. Debe ser sorprendente vivir en un castillo.

Yuno no respondió. Solo podía pensar en una cosa.

—No te distraigas o terminaré venciéndote.

—¡Eso es lo que tú crees!

—Callate.

Las pruebas fueron muy extremas. En realidad, no tengo una palabra fija para describirlas. Cada pelea era impresionante para los ojos de Ziya, aunque también pensaba que algunos no eran rivales para sus hermanos, sin embargo, el ver a Asta con su espada anti magia, lo único que podía pensar era "Increible, Asta es poderoso" pues mostraba gran capacidad de velocidad y fuerza cuando peleaba, sus ojos mostraban gran fijación. Hacia su oponente y su meta de convertirse en el mago emperador. En verdad era digno de admirar, casi nadie creía que un chico de su estatura y alta voz fuera capaz de vencer a un joven de categoría media. Ziya sabía que Asta no debía ser subestimado. Pero la palabra poderoso no era puesta en las mentes de los otros caballeros que observaban la pelea, pues al ser un poder desconocido, no daba pruebas para definir que era invencible. Ziya temía que ninguno fuera a reconocerlo como un caballero digno.

Cuando veía a Yuno pelear, su corazón se aceleraba de la emoción. Sus practicas no fueron en vano y la manera tan fresca de vencer a sus oponentes hacia que varias chicas que estaban presentes exhalaran suspiros. Tenía talento, mostraba determinación y firmeza, daba la impresión de un caballero digno y era obvio que por su gran poder muchos caballeros lo tenían puesto como candidato. A Ziya no le preocupaba Yuno, le preocupaba Asta.
Una vez terminadas la pruebas, todos los jóvenes se formaron para recibir la respuesta de los líderes de acuerdo a sus impresiones. Fueron muy estrictos, eso fue lo que pensó Ziya. Aunque algunos no ganaron sus batallas, la verdad era que mostraban una gran capacidad y podían mejorar si se lo proponían, pero, el estatus social también se debía calificar y era algo que tanto Asta como ella no podían tolerar. Finalmente Yuno llegó al frente, las manos de todos los capitanes fueron alzadas, debía ahora escoger a qué grupo él quería unirse.

—Me uniré a la orden de los Golden Dawn— exclamó con firmeza y una ligera sonrisa se dibujó debajo de la mascara de William. Ziya estaba atónita. Aunque no era de sorprenderse su decision, eso quería decir, que Yuno y ella estarían más cerca.

Cuando llegó el turno de Asta, el silencio invadió el lugar. Él en verdad estaba esperando ver manos alzadas, pero ninguna se movió de su lugar. Asta no se iba a rendir con facilidad, solo quería una oportunidad. Y lo dijo, habló con el corazón, diciendo que trabajaría duro para convertirse en el mago emperador. No era lugar de Ziya el intervenir, por más que quería hacerlo, expresar lo mucho que él valía la pena. Eso era lo que quería decir, pero a Asta no le hubiera gustado ser admitido debido al favoritismo de la nueva princesa. Fue entonces, cuando Yami, el líder de los Black Bulls habló y decidió aceptarlo en su grupo. Eso alivió a Ziya.

Una vez terminadas las decisiones, los nuevos caballeros fueron dispersándose para encontrarse con su nuevo líder. Aunque Ziya debió de haber estado en su carruaje durante ese tiempo, ella se escabulló entre la multitud para encontrarse con sus hermanos que aun seguían en el coliseo. Se lanzó hacia Asta y lo abrazó con mucha fuerza.

—Estoy tan feliz de volverlos a ver—dijo emocionada.

—Ziya, no sabes lo mucho que te extrañamos en la iglesia— Asta había bajado un poco su tono de voz por lo conmovido que estaba de volver a ver a su hermana— Tanto que todo se tornó aburrido sin ti.

Asta aún seguía abrazando a Ziya, no la soltaba y Yuno ya estaba irritandose.

—Bien, ya es suficiente— dijo alejandolos— suéltala ya.

—Vamos Yuno, no seas celoso, debo aprovechar que la tengo cerca.

Eso irritó a Yuno y lo golpeó con su puño en la cabeza.

—Cierra la boca, idiota.

Ziya comenzó a reírse, hacia mucho (solo dos días pero parecían años) que no reía así. Se sentía bien estar cerca de su familia otra vez.

—Te ves bien, Ziya— dijo Yuno acariciándole la cabeza— Espero que estés siendo feliz en tu nuevo hogar.

Ziya se sonrojó y una vez mas volvió a sentir esa sensación. No sabía que era, pero le causaba mucho conflicto.

—¡Es verdad!— exclamó Asta— No tuviste tiempo de explicarnos, Ziya. ¿Eres la hija del mago emperador?

Ziya se exaltó al escuchar a Asta y cuando estaba a punto de responderle, la voz de Yami y de William se escuchó en dos extremos distintos esperando a sus nuevos integrantes.

—Oh vaya, nos están esperando— dijo desanimado Asta— Me tengo que ir. Pero, todavía me debes una explicación Ziya.

Asta se fue corriendo a gran velocidad y junto con su nuevo líder salieron del coliseo.
—Yo también debo irme— dijo Yuno dando una ligera sonrisa.

—Claro— Ziya solo lo miraba un tanto nerviosa pues subía y bajaba la mirada de vez en cuando— Suerte.

Yuno asintió y se agachó para darle un beso en la mejilla. Una vez más parecía como si el tiempo se detuviera y una calidez se sintió en el lugar que Yuno la besó.

—Nos vemos— y se retiró.

Ziya no podía moverse, sus ojos quedaron abiertos de la sorpresa y un cosquilleo en el estómago comenzó a incomodarla.

—Que... ¿Qué acaba de ocurrir?

Las cosas toman un giro rotundo al experimentar nuevas emociones y apenas estamos comenzando.

Dream Clover (Black Clover fanfic) [Hiatus x corrección]Where stories live. Discover now