Más allá del destino • [ Vikings] •

• Capítulo 20 •

XX:

"Quédate a dormir, Ragnar... "

Las palabras se habían ahogado en la garganta de Elizabeth. Si bien su corazón deseaba oír ese esperado "te quiero" de Ragnar, no era ésta la situación deseada. Los celos habían hablado por él, lo habían consumido al verla cerca de otro hombre y por esa razón, Lothbrok había dejado su orgullo de lado y se dejó llevar por los sentimientos recién nacidos por la esclava.

Por su parte, Ragnar no esperaba una respuesta. En su interior, sabía que ella lo había comenzado a querer incluso, antes que él lo haga. Sus caricias, sus miradas, sus constantes mimos estaban presentes en cada encuentro. Quizás sus "te quiero" pudieron silenciarse, pero aún así estaba allí. El vikingo pegó sus labios a la boca de Elizabeth con suavidad, pero pronto, la pasión los cautivó a ambos. Se habían extrañado demasiado como para tener tiempo para pausas ésta noche.

Se habían hecho falta.

Se extrañaban.

Se necesitaban.

Ragnar posó sus manos sobre la cintura de la joven, y con suavidad la empujó hacia la cama dejándose caer sobre su cuerpo. La ojiazul comenzó a desnudar a su vikingo, quien sonreía disimuladamente al notar la desesperación con la que actuaba. Ella había cambiado muchísimo; su caracter se había fortalecido y ya no era la misma muchacha temerosa que le decía a todo que sí. Tenía presencia, valentía, simpatía y una belleza que llamaba la atención de todo Kattegat.

En el fondo, Ragnar sabía que su amor con Elizabeth tendría dificultades. Ella era todo luz para él después de la partida de Lagertha y Bjorn. Quizás ella no estaba destinada para él, pero no tenía dudas: se estaba enamorando.

Pero ésta vez no era como su enamoramiento a Lagertha. Su amor por la cristiana fue creciendo lentamente, logrando enamorarse de cada detalle que ella poseía. Con cada segundo compartidos, Ragnar dudaba cada vez más acerca del destino y sus predicciones. Pero su peor dolor era no estar enteramente entregado a su secreto amor. No podía dejar a Aslaug, como también se le hacía imposible dejar libre a Elizabeth.

Comenzó a besar su cuerpo, mientras sus manos la desnudaban por completo. Ragnar mordía apenas la piel desnuda de los muslos de Liz, dejando a flor de piel la pasión que lo caracterizaba y que tanto extrañaba la joven. A ella, se le escapó un suave gemido al sentirlos. Había necesitado tanto a Ragnar que apenas su mente podía articular el lugar y el momento en el cual estaban ambos.

— ¿Me extrañaste? — susurró mientras comenzaba a elevarse sobre sus senos.

— Solo en las noches — contestó pícaramente.

Lothbrok sonrió y tironeo del pezón derecho de Elizabeth, mostrándose divertido — Yo te necesitaba, Elizabeth...— lamió la piel del cuello de la joven, llegando hasta su boca, a la cual le susurro con voz suave — No sabes como te necesité todas estas noches.