Más allá del destino • [ Vikings] •

• Capítulo 7 •

7:

"Por primera vez me siento sola. ¿Dónde estás, señor? ¿Dónde estás? ¿Y por qué no me respondes? "

El sol comenzaba a salir una vez más en la granja de Ragnar Lothbrok.
Ya habían pasado varios días desde que los dueños de ésta se habían marchado en una nueva expedición, pero hasta ahora todo se mantenía en calma.
Elizabeth y Gyda habían entablado una relación aún más cercana entre ellas, por lo que la mayoría del tiempo cumplían con sus tareas juntas, y hoy, no era la excepción.

Ambas se encontraban en el granero, dándole de comer a las pequeñas cabras del lugar, cuando la curiosidad de la niña pudo más que ella.

— ¿Tú tienes familia, Liz? — si bien había oído hablar a Elizabeth sobre un hermano, no sabía mucho más del tema.

Elizabeth sonrió no solo por la curiosidad de Gyda, sino también, por el apodo que había decidido usar — Sólo tengo a mi hermano Athelstan. Mis padres y demás hermanas murieron de fiebre. Nosotros nos salvamos porque fuimos abandonados en una iglesia cuando éramos bebés.

— Entonces ¿Estás sola? — cuestionó con inocencia.

— No, Dios es mi padre — respondió con esperanza — Con él jamás estaré sola.

La niña detiene sus movimientos, y se gira para enfrentar a la cristiana —¿Y cómo es tu Dios?

La pregunta de Gyda le saca una nueva sonrisa a Elizabeth — Nadie sabe como es. Sería como ver el sol, algo imposible. Pero él envío a su único hijo a vivir en la tierra y era un hombre como nosotros.

Gyda arruga sus cejas y contesta — Odín, Thor y Loki son hombres apesar de ser dioses.

— Ellos no son dioses — negó rápidamente la esclava — No existen.

En ese instante, la joven oyó un ruido detrás suyo, y se encontró con el pequeño Bjorn observandola claramente enojado. Intentó ir hacia él, pero apesar de llamarlo, éste lo ignoró huyendo del lugar.

*
Al momento de la comida, las dos se encontraban sentadas a punto de servirse, cuando el joven vuelve a aparecer y coloca una cabeza de cabra sobre la mesa, justo frente a Elizabeth — Quiero ir a Kattegat. Quiero que mi padre regrese, debe regresar pronto.

Ignorando la brutalidad de la cabeza frente a ella, Elizabeth contesta con tranquilidad —   Le di mi palabra a tu padre que los cuidaría.

— No nos estás cuidando, nos cuidamos solos — reprocha.

— No puedo permitirles ir solos a Kattegat. Su padre no permitiría eso — vuelve a negarse la joven.

— Entonces deberíamos ir los tres, juntos — propone.

— ¿Y quién cuidaría la granja, Bjorn? — antes de comenzar a tomar la sopa servida, Elizabeth junta sus manos y comienza a agradecer a Dios por la comida puesta allí —Por lo que estamos por recibir, que el señor permita estar agradecidos. Amén. — finaliza con la señal de la cruza sobre ella.