☆Capitulo 24☆

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El aspecto desgarbado de Taehyung le había llamado la atención, las veces que lo había visto siempre llevaba atuendos dignos de un profesor, camisas y pantalones de vestir, se encontraba siempre presentable para la ocasión.  

Pero esta vez Taehyung traía una camisa desalineada, con algunas líneas curvas formando arrugas, la prenda era de un color barbecho gastado por las múltiples lavadas, también unos jeans negros a tonos grises perdiéndose entre las zonas que cubrían sus rodillas, volviéndose claro de a poco debido al tiempo.

En lo que lo observaba, Taehyung se hizo a un lado, evitando el contacto visual con Jungkook, invitándolo a pasar con un gesto leve con su mano. El asintió, adentrándose en el departamento buscando indicios de alguna presencia poco deseada, pero Taehyung parecía estar solo, el silencio le pegó encima como una cachetada fría, un fuerte aroma a almizcle impregnó sus fosas nasales. No fue mucho después cuando escuchó el sonido de la madera hueca encajar con el marco de la puerta seguido de los pasos desalineados de Taehyung acercarse hacia su lugar.

—Siéntate Jungkook— Ordenó, con un tono de voz más gélida que de costumbre.

Pero a pesar de que sus padres pagaban cada centavo de aquella visita, el no había llegado ese día para eso, las matemáticas estaban en otro plano, pendiente de un hilo, pero menos importante para el en aquel momento. 

Jungkook se quedó de pie, haciendo caso omiso a la petición que Tae le había hecho, en lugar de eso, movió su cuerpo para quedar frente a el, teniendo que levantar la vista hacia el mayor, quien era un par de centímetros más alto que el. Taehyung lo miraba de a ratos, estaba seguro que podía ver algo de nerviosismo en sus ojos.

—No Taehyung, necesito que me escuches— La voz de Jungkook sonó gruesa y firme, invadiendo cada sentido de Taehyung y manteniendolo alerta—. Quisieras que me expliques como pasó Tae— Las manos de Jungkook se posaron con delicadeza en las mejillas amorotonadas de su amigo.

Taehyung había sentido todo un mundo de sensaciones en ese momento, dolor, calor, las manos de Jungkook bajaron a su cuello que junto al camino de su yugular se unía uno de punto rojizos, formando manchas moradas y marcas de una corrida de mordeduras perdiéndose bajo sus hombros, no logró seguir bajo los intentos de no llorar, por lo que al encontrarse con sus ojos nuevamente decayó y las lagrimas se dispararon.

No encontraba forma alguna de explicar el dolor que llevaba su cuerpo en ese momento, por su mente se le cruzaban las palabras marcadas por Hoseok la primera vez que le puso una mano encima.

—Hoseok solo tuvo un mal día— y aquellas palabras subieron el nivel de ira en su organismo, ¿cómo que Hoseok había tenido un mal día? ¿acaso el era el problema? No tenía ningún sentido.

—Si alguien tiene un mal día no golpea a su pareja, ¿no crees?

—Tu no entiendes Jungkook, el es muy importante para mi.

—No, tu eres el que no entiende Taehyung, sea lo que sea que haya hecho Hoseok por ti no justifica que te golpee, no tienes que aguantar ningún maltrato por parte de nadie— tomó aire antes de seguir—. Si le debes algo no es justificable de ninguna manera que tu le devuelvas el favor con dolor.

El silencio apareció en bandeja servida. Jungkook analizaba su expresión, llena de terror como si lo que estuviera a punto de decir fuera terrible.

Y lo era.

 —¿Recuerdas el día que me fui de Corea?— Jungkook asintió—. No fue por el trabajo de mi padre.

Otra vez, un eterno silencio sepulcral, lleno de un aura intranquila, el lugar sumaba a que diera una extraña sensación de miedo, aquellas palabras serían el comienzo de algo horrible, Jungkook estaba a punto de adentrarse en un pasado pintado de colores y flores, cuando en realidad era todo lo contrario, si no era por su trabajo, ¿por qué se había ido?

Y era bastante fuerte cada segundo que pegaba en el ambiente, parecían que corrían horas en el reloj, de contraste se podían admirar las nubes vagar hacia el este por el cielo, cambiando de color al unirse con el insistente Sol que en cualquier momento se cubriría con uno de aquellos grandes edificios, la luz del mismo se colaba por el ventanal, llegando con pasos apresurados hacia las puertas de la sala de estar, aquel lugar donde había visto el otro lado de su vida, cuando Hoseok actuaba de forma extraña y los ojos de Taehyung se habían vuelto completamente miedosos y sumisos ante los de Hoseok, que al contrario de los suyos, tenían una expresión dominante.

El cuerpo de Taehyung temblaba, todos sus recuerdos estaban hechos un lío, trataba de encontrar una forma tranquila de como empezar, ¿pero cómo disparar la bomba? ¿cómo decir? 

"Me fui por que mis padres no soportaban que yo te amara"

Parecía sencillo, doce palabras cortas y sin ninguna complicación, pero que fuertes eran aquellas palabras y que peso tenían en el, porque aún lo amaba, porque su corazón en ese momento palpitaba como un loco, bombeando sangre por el y porque su cercanía era como un volcán y si este se acercaba un poco más todo en ese momento explotaría.

Pero claramente no diría aquello, no expresaría tanto con esas noticias, le molestaba el hecho de que tuvo que alejarse de el por amarlo, quería decírselo cuando todo estuviera en paz.

Claro, si eso pasara.

—Mis padres pensaban que alejarme de esta ciudad lograría que me dejaran de gustar los chicos, ellos pensaban que yo estaba enfermo.

—¿Y cómo se enteraron Taehyung?

—Yo se los dije, les había hablado sobre el chico que me gustaba en ese entonces, pero ellos reaccionaron como locos, mi padre lo primero que hizo fue golpearme y aquello no terminó hasta que apareció Hoseok— Los ojos de Jungkook se habían expandido por la sorpresa.

—¿Todos esos años tu padre te golpeó?

No daba crédito, lo veía en su mente, pequeño, escapando de sus padres.

Y ahora estaba aquí, escapando de Hoseok.

—Si, el no paró, nunca paró, no se como reaccionaría si se enterara que voy a casarme.

—De ninguna forma te casaras con Hoseok Taehyung, ¿acaso quieres tener una vida con ese chico? ¿le puedo decir siquiera chico? es un maldito monstruo Tae, no te merece, no debería ni siquiera tocar un cabello tuyo— Y el enojo de Jungkook era evidente, no entendía como alguien puede casarse con personas que solo causan daño.

—Pero el me dijo que si no me casaba con el le contaría todo a mis padres, yo no quiero verlos de nuevo Jungkook.

—Y no lo harás— Jungkook se alejó unos pasos— Quiero que busques tus cosas—

—¿Qué?

—Qué busques tus cosas Taehyung, nos vamos de aquí, te vas de aquí.

—¿Pero a donde iré Kookie? No tengo donde ir— Aún sin moverse, Jungkook lo miraba esperando que el se dirigiera a la habitación.

—A mi casa, mis padres entenderán, recuerda que mi papá es policía, cualquier cosa que pase tu estarás protegido y si Hoseok se acerca yo me encargaré, no lo quiero cerca tuyo, no más.

Desde pequeño su padre le había enseñado a disparar, en su mesita de noche, bajo algunas chucherías sin algún significado especial, tenía una pistola.

Y no dudaría en usarla.

«¿De que sirve matemáticas en el amor? // Vkook»Where stories live. Discover now