☆Capitulo 6☆

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Hoseok era el típico chico problemático del instituto, el alumno con el peor rendimiento escolar, el peor comportamiento, el peor todo, literal. Siempre estaba a punto de recuperar el año y parecía no caer en cuenta de la gravedad de aquello, no era mi compañero, por suerte, pero no me libraba de sus molestas bromas, el apodo que acababa de decirme era uno de los que me acompañaron, en su recorrido por sus últimos años, hasta que por obra del diablo u otros rituales, pasó lo que todos creyeron, pasaría siglos después, llegó a la ceremonia de graduación y Hoseok logró callar a todas las personas además de lograr el fin de aquel apodo de "mal alumno" con el cual los profesores lo identificaban, pero lo más gracioso y sorpresivo fue que tuviera las notas más altas del ultimo semestre, era como si toda su estadía en el ciclo escolar solo fuera una mentira, casi parecía una broma, todos se rieron cuando el director lo llamaba para entregarle aquel diploma, pero cuando se acerco al escenario y mostró la sonrisa que la mayoría, incluyéndome, de los estudiantes odiaban, ya no era divertido, muchos menos una mentira, era real y nadie pudo evitar soltar el típico "se viene el fin del mundo, Hoseok con buenas notas".

Lo peor de todo era que no era nada más ni nada menos que el "mejor amigo de Kim Taehyung" cosa que odiaba, pero no podía sacar ese odio a flote, ellos eran amigos desde la cuna literalmente, yo solo era un simple niño a su lado, un niño que no pudo evitar que el sentimiento de amor se lanzara al espacio.

Taehyung pensaba que Hobi, como le decía, era la persona perfecta, ignorando las espantosas notas que le daban la fama de estudiante poco, no, nada comprometido, pero al margen de aquello y por supuesto todos los rumores que obviamente llegaron al portador de la bandera, porque Tae en su poca estadía en el instituto había logrado llevar la bandera de nuestra amada Corea, Taehyung aún pensaba que era una buena persona.

Y eso era la segunda cosa que odiaba.

Cuando pasaban caminando por mis alrededores, Hoseok no evitaba intimidarme con la mirada, mientras Tae no se percataba de aquello, claro, porque si lo hacía, adiós amistad, para Tae yo era como su hermano pequeño, su mascota, lo que sea, pero siempre me protegía de todo aquel diablillo que me molestara, todos menos de Hoseok, el era el angelito.

—¿No crees que ya deberías dejar eso?— Hoseok no dejaba de sonreír y cuando miraba su hilera de dientes anormalmente blancos me daban ganas de darle un remoquete, haber si así se le salía esa sonrisa estúpida que tenía.

Sonrió aún más firme que antes, por la mierda.

—¿De que hablas, rata?— Una vez más que escuchaba salir esa palabra de sus labios y me convertiría en un carpincho, bueno, no era tan grande, pero mejor que rata es.

—¡Deja de decirme rata!— Dicho aquello ,Hoseok se echó a reír como endemoniado, mi poca tolerancia había desaparecido y terminé por darme vuelta y volver por donde, por pendejo, había llegado.

—¿Rata? ¡Rata! ¡Jungkook!— Me giré e inventé la visión de rayos láser radioactivos anti caballos—¡Venga! Son solo apodos, no te enojes, ademas, tus padres ya me pagaron la clase de hoy, ¿Café o Té? ¿Algo para la merienda? Anda, tenemos mucho de que hablar y enumerar— Como siempre, se reía de el mismo y las bobadas que salían de su boca.

—Oh por Dios, enserio eres mi profesor particular, me va a dar algo— Hoseok intentó no reír, pero no pudo evitar soltar algo, lo digo de esa forma porque fue un sonido extraño, todo menos una risa.

—No te sorprendas, niño, soy el puto amo de las matemáticas— Había entrado ya a su cueva, aquel lugar, porque no parecía un hogar, era un desastre, como si un ogro mitad borracho viviera allí.

—¿No crees que deberías recibirme mejor?— Se relamió los labios mientras inspeccionaba el lugar, como si no lo conociera.

—Vaya... no lo noté, me va a matar— Tendría que haber traído mi celular para capturar el momento épico donde su rostro se transformó en el de un conejo, un conejo a punto de ser devorado.

—¿Quien te va a matar?— Hoseok pareció dudar antes de contestar a mi pregunta, sus labios se entreabrieron e imitó una mueca de confusión.

—Mi novio— Eso no lo veía venir.

—Así que Hobi tiene boyfriend— Me reí un poco, el no se cansaba de hablar mal de las personas con otro tipo de gustos, me sorprendió.

—Si... adelante Jungkook, toma asiento— Mandé mi bolso al suelo y corrí la silla para sentarme, madera oscura y con detalles en color negro, la mesa tenía un vidrio que la cubría y protegía de algún tipo de daño, saqué mis cosas y con cuidado las puse en la mesa, Hoseok había desaparecido de mi campo de vista y solo me quedaba admirar el poco espacio que había en aquella sala, algunos cuadros y muebles con muchos adornos, aquella parte era la única donde la limpieza se lograba apreciar, no obstante, la cocina era una cosa de otro mundo.

Algo llamó mi atención, en una esquina, casi oculto de la mirada de las personas, había un saxofón, se notaba a simple vista que ya tenía sus años, no pude evitar sonreír con nostalgia recordando a mi gran y triste amor.

—Jungkook— Hoseok dejó unos libros sobre la mesa y tomó asiento lejos de mi.—Me dijeron que eres pésimo en matemáticas y aún peor que eso ¿Es verdad?— Hice una mueca y luego asentí —Yo también— Dijo sonriendo nuevamente.

Lo miré incrédulo, ahora si que tenía ganas de patearle hasta cansarme.

 —Tienes una expresión de un asesino, venga, no puedo creer que hayas caído en mis bromas, mi novio va a enseñarte, así que calma— Por un lado estaba más calmado, el pedazo de animal no me enseñaría, pero por otro lado, el nerviosismo volvía a presentarse delante de mis narices.

—Siento llegar tarde, yo...— La puerta que dividía aquella pequeña sala de el pasillo se abrió cuando giré...

Cuando lo vi...

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Juejuejue ewe 




«¿De que sirve matemáticas en el amor? // Vkook»Where stories live. Discover now