☆Capitulo 9☆

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—¿Quién fue?— Yoongi apretó los puños y con la mirada fría se dirigió a Jimin, quien, ante la intensa ráfaga de hielo que esos ojos le mostraban, se asusto y dio un paso hacia atrás.

 —Dile, no me importa, nada importa ya— Los ojos de Jimin se llenaron de tristeza, nada de eso tenía sentido, ni la actitud de Taehyung, ni las lagrimas de Kookie, aún no podía comprender como el estaba al borde de comprometerse con ese chico, chico que muchos odiaban, ¿quién sería capaz de amar a alguien tan lleno de malas intenciones como Hoseok?

Yoongi los examinaba impaciente, las miradas cómplices entre Jimin y Jungkook le desagradaban hasta el punto de llenarse de odio poco a poco, parecía una bomba de tiempo a punto de explotar y si sus amigos no le contaban rapidamente aquel problema, de seguro nada de aquello terminaría bien. 

—¿Me pueden contar de una puta vez?— Jimin desvió la vista de aquella mirada asesina, el miedo le corría por sus venas, después de todo, Yoongi era famoso por alguna que otra pelea contra personas que olvidaron su carácter y no lograron calmar esa furia que en esos momentos se agrandaba a pasos agigantados.  

—¿Prometes que no dirás nada?— Yoongi hizo una mueca, el corazón de Jimin se retorció de miedo, casi parecía estar a punto de salir por su garganta —No es que no te tengamos confianza Yoongi, solo que... es algo delicado, o al menos en este instituto no son muy bien recibidas las personas como nosotros— 

—¿Cómo ustedes?— En esos momentos, la ira, había sido cambiada por la curiosidad, no sabía que escondían aquellos chicos y mucho menos las cosas que no eran aceptadas en ese lugar.

Jimin miró a su amigo de reojo, casi tratando de descifrar si de verdad quería decir aquellas palabras.

Pero su amigo no daba señales de que aquello tuviera importancia alguna, lo que le llevo a Jimin a un suspiro.

—Bien...— La voz de Jimin asusto un poco a Yoongi, su tono de siempre no estaba allí y no le gustaba para nada aquello.—Tal vez pienses que no somos normales, o que tenemos alguna enfermedad mental, pero no es así, nosotros no solo por ser—

—Homosexuales estamos enfermos, nosotros tenemos el mismo derecho a querer como los demás— Kookie y Jimin se quedaron congelados.

  —¿Es eso verdad?— Dicho eso, mostró su sonrisa pocas veces vista en aquel lugar.— No me miren así, ¿qué tiene de malo que nos gusten los chicos?—

  —No lo sabemos, pero si eres como nosotros... lo mejor es que escondas aquello, aquí, como dije antes, no somos bienvenidos.—    

—Por mi no se preocupen entonces, no diré nada—La campana se escuchó por los pasillos, anunciando el fin de clases y asustando a Jungkook quien pegó un salto aferrándose a Jimin.

—Vayámonos de aquí, vamos a mi casa, allí hablaremos bien, sin problemas, ni miradas— Antes de que la estampida de alumnos apareciera rumbo hacia las salidas, los tres salieron corriendo del instituto.

Las nubes oscuras inundaban el cielo ocultando el sol tras ellas y proporcionando un ambiente oscuro en la ciudad, Jimin miraba como todos corrían por las calles, otros con paraguas en sus manos mirando hacia arriba esperando que el cielo cayera sobre ellos en ese momento, mientras que ellos solo caminaban con toda la tranquilidad del mundo, sin preocupación alguna de que aquellas nubes de granizo golpearan sus cabezas.

Los pasos de Jimin y Kook iban disminuyendo de a poco, habían llegado a su casa y en la puerta su madre lo esperaba con la preocupación a tope.

—¿Están bien chicos?— Una bata rodeaba su cuerpo, la cual ajustaba cada dos segundos—Supuse que Jimin vendría, por lo que les hice leche con chocolate, pero no sabía que traerías un nuevo amigo—

  —Ah si, el es Yoongi — Jimin suspiró, el rostro de la madre de Jungkook cambió de la nada, algo de la tristeza habría llegado ella y cómo no iba a saberlo si ella lo conocía más que el.

—¿Te sientes mal bebé?— Ante aquel apodo, Yoongi trato de aguantar una risa.    

—Si ma, estoy bien—   Sin estar lo suficientemente convencida de aquella respuesta, se hizo a un lado dejándolos pasar. No sin antes darle un pequeño golpe a Jimin en el trasero.

—En un rato les llevo la merienda—   Los tres chicos pasaron de largo hacia la escalera subiendo rapidamente, luego, entre risas y golpes entraron a la habitación de Jungkook.

Yoongi toqueteaba cada cosa interesante que veía, la habitación de Kookie era bastante limpia, casi no había polvo u otras cosas en el piso o ropa en el ventilador, al contrario de su habitación.

Jimin se sentó en el suelo, recostando su cabeza contra la cama, mientras que Jungkook se acostó en su cama tapando su cara con un almohadón.

 —¿Quién es ese niño?— Jimin miró a Yoongi, se encontraba admirando el mural de fotos que Jungkook tenía, señalando con el dedo a la persona que había dejado a Kookie en ese estado.

 —Taehyung, Kim Taehyung— Sus dientes rechinaron al nombrarlo— Él es el responsable de todo esto—   

—Conocemos a Tae desde pequeños, el es cinco años mayor, pero aún así parecía de nuestra edad, a los trece años se mudó a Japón, prometió comunicarse con Kookie, pero no lo cumplió y ahora diez años después, nos enteramos que está aquí y es su profesor particular de matemáticas — 

—Bueno...se volvieron a ver al menos, pero...¿cuál es el problema entonces?—  

—El problema es que está a punto de comprometerse, con Hoseok, el chico que nos molestó toda su estadía en el instituto—    

Yoongi hizo una mueca, verlo todos los días y además, verlo con su prometido, ¿qué podría ser peor?

El mundo definitivamente no estaba del lado de kookie.

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«¿De que sirve matemáticas en el amor? // Vkook»Where stories live. Discover now